Capítulo 7: ¡Confrotar a mis no-suegros!

911 158 34
                                    

—¡Soy Bokuto Kotaro y vengo a pedirles autorización para salir con su hijo!

Exclamo caminando hacia su casa. Arreglo mi cabello y observo mi ropa: Iba a ponerme un traje pero mamá me dijo que sería muy exagerado, así que opté por ponerme mi ropa deportiva de siempre. ¡Es cómoda!

Espero que a sus padres no les moleste...

Golpeé la puerta de la casa temblando, con el ramo de flores molestándome porque es un poco grande. ¡Pero les debe gustar!

Cuando abren, me encuentro con la figura —¡intimidante!— del padre de Akaashi. No se parece mucho, pero en el cabello sí.

—¿Se te ofrece algo?

—Yo... eh... Kotaro... Pedir... Autorización.

Balbuceé, apretando el ramo entre mis manos.

—¿Qué?

Aclaré mi garganta. ¡Tengo que ser... no lo sé!

Bien, aquí vamos otra vez...

—Soy Bokuto Kotaro y... ¡Y vengo a hablar con usted sobre su hijo!

Dije entregándole las flores. Akaashi-san me miró confundido.

—¡Quiero hablar sobre...! —Tomé aire—. ¡Sobre poder salir con él con su bendición! ¡Y si puedo, casarme!

Exclamé sincero. Él sigue mirándome confundido.

—¡Así que por favor, déjeme hablar con usted!

Pido. Ruego. Suplico.

Él solo asiente, haciéndose a un lado.

Genial, ¡ya entré!

Puedo ver que es una casa normal, me gusta este lugar. Me dirijo a sentarme en el sofá y Akaashi-san me mira.

—¿Quieres... agua?

—¡Si no es molestia, sí!

Él asiente, dirigiéndose a la cocina todavía confundido. Yo muerdo mi labio inferior sintiéndome más nervioso de lo normal, viendo en dirección a las escaleras.

—¿Bokuto-san?

Alzo más la mirada, encontrándome con Akaashi apoyado contra las barandas. Yo me levanto y le sonrío.

—¿Qué hace aquí?

—¡Ya estoy aquí!

Baja rápidamente y en el último escalón, yo abro mis brazos para agarrarlo pero él no me abraza.

—Bokuto-san, ¿qué hace aquí? —Repite.

—¡Vengo a hablar con tu padre!

—¿Con mi...? —Me mira confundido mientras yo tomo su cintura. Akaashi pasa sus brazos por mis hombros—. Bokuto-san, mi padre no está aquí. A estas horas trabaja.

—¿¡Eh!? —Fruncí mi ceño—. ¿¡Entonces quién es el que me atendió!?

—Aquí está tu vaso de agua.

—¡¿Ese no es tu papá, Akaashi?!

—No, Bokuto-san. Él es mi tío, el hermano de mi padre.

—¿Cuando querías pedir autorización para salir con mi hijo no te referías al mío?

—¡Me refería a Akaashi! —exclamé abrazándolo y mirando confundido al señor.

—Pensé que te referías a mí hijo, lo siento —Negó con una risa. Yo bufé—. Pero me pareció raro.

—¿A su hijo también le gustan los chicos?

—No, por eso me sorprendí.

—Qué extraña casualidad.

Akaashi asiente, sorbiendo su nariz.

—Bokuto-san, pásame el vaso.

Asiento, tomando rápidamente lo que me dio su tio para él. Akaashi bebe casi desesperado.

—Me siento deshidratado —murmura ronco, yo lo miro con un puchero—. Creo que iré a dormir.

—¡Yo te llevo!

Le quité el vaso y se lo di a su tío.

—Te enfermarás otra vez, Bokuto-san.

—¡Entonces me recuperaré contigo!

Lo alcé, cargándolo como si fuera una princesa. Él suspiró, apoyándose en mi hombro.

—¡Nos vemos, tio de Akaashi!

—¡Mantengan la puerta entreabierta, por favor!

Nonsense | BokuakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora