—¡Akaashi!
Vergüenza. ¡Solo puedo sentir vergüenza!
—¡Bokuto-san!
Él exclama y se tira sobre mí.
Voy a morir. ¡Voy a morir! ¡Auxilio!
—¡Akaashi, me estás abrazando!
Correspondí rápido, apretándolo contra mí y alzándolo un poquito. Siento mi rostro arder con mi sonrisa incluida, con la sensación de mi corazón inflándose de amor por sentir a Akaashi cerca mío. Es como si mi salud se hubiera restaurado al tener su calor.
—¡Bokuto-san, pensé que había muerto!
Exclama tontamente, dándome ternura. Yo lo miro, ¡nuestros rostros están cerca! Y eso me hace ver bien sus ojos y sus expresiones; ahora parece preocupado y sorprendido.
¿Puedo besarlo?
Quiero besarlo.
—¡No morí, Akaashi y tampoco lo haré!
—¡¿Entonces por qué ha faltado por tres días?!
Pregunta apretando mis hombros, todavía con sus pies en el aire porque me niego a soltarlo. Yo frunzo mi ceño.
—¿¡Konoha no te dijo que estaba enfermo!?
Akaashi niega, pasando sus brazos por detrás de mi nuca. Yo entro a mi casa todavía sin soltarlo, cerrando la puerta con mi pie. Pienso que asesinar a mi amigo por hacer preocupar a mi (no)novio es lo mejor.
—No, Bokuto-san. Me dijo que debía visitarlo porque quizás moriría.
Akaashi la mayor parte del tiempo es inteligente, ¡pero también tiene sus momentos donde pensamos lo mismo! Cosas de almas gemelas, obviamente.
—¡Olvídate de eso! —exclamé—. ¡No moriré, lo juro!
Corro mi rostro para toser y Akaashi se suelta, obligándome a bajarlo para tapar mi boca con mi antebrazo. Él golpea suavemente mi espalda y cuando termino, lo miro con los ojos llorosos.
—Akaashi, quizá sí muera.
Dramatizo y él me mira con horror, negando.
—¡Bokuto-san, mejor vaya a acostarse! —Yo niego—. ¿Ha tomado algún medicamento?
—No sé qué hora es... —murmuré prendiendo la pantalla de mi reloj—. Ah, ¡debería haber tomado el remedio hace cinco minutos!
—Lo distraje, Bokuto-san —Akaashi murmuró histérico—. Mejor debería tomar su medicamento. ¿A dónde está?
—En mi habitación... —hice una mueca.
—Bien, usted vaya a su cuarto. Y-yo le llevaré agua...
—¡No, quiero que vayamos juntos!
Chillé infantil. Akaashi suspiró y asintió.
¡Espera!
¡Mi cuarto es un desorden!
—Tengo que arreglarlo... —murmuré y miré a Akaashi—. ¡Mejor voy a mi cuarto, tengo que ver si no me olvidé el medicamento!
Y sin prestarle atención, comencé a correr.
—¡Bokuto-san, no se agite!
Obviamente cuando llegué a mi cuarto, tosí y miré todo a mi alrededor. En realidad, no hay mugre. Eso es porque desde pequeño tengo un leve problema con ver las cosas sucias, no es que sea tan obsesivo con la limpieza, pero me pone nervioso ver objetos con tierra, no cambiar mis sábanas cada tres días o no bañarme todos los días. ¡Cosas mías, supongo!
Arreglé mi cama y eché perfume hasta en las cortinas repentinamente nervioso. ¡Es la primera vez de Akaashi en mi cuarto, quiero que todo se vea bien!
—Bokuto-san.
Mordí mi labio inferior y Akaashi abrió la puerta, con su típica mirada aburrida de todo y un vaso de agua.
—¿Encontró sus medicamentos?
—Sí, sí —miré mi buró y luego volví mis ojos a él—. ¡Bienvenido a mi cuarto, Akaashi!
Él sonrió tan tranquilo como siempre y asintió.
—Muchas gracias, Bokuto-san. Mejor acuéstese.
Yo asentí, dispuesto a que me cuide el amor de mi vida. Akaashi me arropó ignorando mi sonrisa de tonto enamorado y se sentó en el borde, entregándome el vaso de agua. Me senté correctamente y tomé la pastilla.
—¡Gracias, Akaashi!
—No hay de qué, Bokuto-san. Espero se mejore.
Yo asentí, acostándome otra vez. Akaashi volvió a arroparme.
—¡Akaashi!
—¿Si, Bokuto-san?
—En mi escritorio están las dos cartas que te escribí estos tres días. ¡No te las olvides, por favor!
Suspiró.
—¿Sigues con eso, Bokuto-san? —preguntó dejando el vaso sobre la mesa. Asentí.
—¡Obvio! Hasta que te admitas que me amas también.
Nos quedamos en silencio durante un momento que considero larguísimo. Akaashi tiene la mirada perdida en mi cuarto mientras que la mía está en él.
De repente, se me ocurre una idea increíble.
Como sentí el sueño comenzar a subirme a la cabeza —porque me duermo realmente fácil cuando no estoy estresado o frustrado—, abrí las sábanas otra vez y tomé la cintura de Akaashi casi abrazándolo, obligando a mi chico a caer en el otro lado de la cama.
—¡Bokuto-san!
Yo solté una risa, todavía envolviendo su cintura con sus brazos y apoyando mi mentón en su hombro, destapados. Akaashi me mira con su rostro alejado del mío a duras penas, pero yo solo le sonrío ante su mala mirada.
—Durmamos juntos, Akaashi.
—No, Bokuto-san. Debo irme a mi-
—¿Casa? —completé. Él asintió—. Quédate a dormir.
—No.
—¡Akaashi! —hice un puchero, restregando mi mejilla en su hombro—. ¡Si no jamás me curaré!
—No te mejoras por dormir con alguien, Bokuto-san. Te mejoras porque tomas medicamentos y haces reposo —dijo cansado, tomando mi brazo que descansaba en su estómago.
—Mentiras. ¡La medicina y la ciencia mienten, Akaashi! —exclamé negando—. Solo tú me puedes curar, ¡cúrame!
Pedí alargando mis labios como si quisiera un beso. Akaashi suspiró de mala gana y bajo sus ojos al agarre de mi brazo.
—Está bien, Bokuto-san. Dormiré con usted, solo déjeme sacarme los zapatos.
Yo asentí, soltándolo. Akaashi se sentó en la cama y rápidamente lo volví a abrazar, apoyando mi mentón en su hombro.
—Bokuto-san...
—Es que descubrí que me gusta abrazarte, Akaashi.
Él solo rueda los ojos y se saca los zapatos, luciendo más lindo que nunca. No pasa mucho para que nos volvamos a acostar y nos tape a los dos, dejando que yo me acomode sobre su hombro y abrace su cintura otra vez.
—Akaashi.
—¿Si, Bokuto-san?
—¿Me prometes que cuando me despierte estarás todavía durmiendo conmigo?
—¿Qué pasa si llega su familia, Bokuto-san?
—Nada. No van a entrar si la puerta está cerrada.
Él asintió, pareciera que se relajó debajo de mí un poco más.
—¿Entonces?
Respiró hondo y asintió, acariciando mi brazo. Mi piel se erizó automáticamente.
—Entonces sí, Bokuto-san. Cuando se despierte, yo estaré aquí.
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Nonsense | Bokuaka
FanficCon cartas y corazones, Bokuto Kotaro le explica entre parloteos a Akaashi cuánto lo ama, esperando que algún día de estos, su querido armador le diga lo mismo. Aunque es muy complicado, porque Akaashi no es sincero y Bokuto se frustra. ¡Pero eso no...