—A-Akaashi... ¡E-es la casa de tus abuelos!
—Y a mí qué.
Estoy muriendo.
Apoyado contra la pared del cuarto de invitados, Akaashi me acorrala y besa mi cuello. Yo entré en pánico apenas empezó a besarme. Él es realmente rápido y aunque ame esto, me sigue dando vergüenza.
Hace dos meses estamos de novios y todavía no me acostumbro a la personalidad tan suelta pero seria de Akaashi. Él ya se acostumbró a mí en todos los sentidos.
Espero eso no haya sonado mal.
—Mis abuelos no están... —Susurra colgándose de mi cuello después de dejar besos ahí—. Y no estaré este fin de semana contigo.
—Lo sé —Suspiré, alzándolo—. ¿En serio no puedo ir? No quiero estar sin ti...
—No me dejan, lo siento —Deja un beso en mi mejilla—. Tendrás que sobrevivir. ¿Planeas hacer algo este fin de semana? —Asentí.
—Konoha tiene una fiesta. Iremos con los chicos —Lo recosté sobre la cama. Akaashi envolvió sus piernas alrededor de mis caderas—. ¡Pero no quiero ir si no vas tú, Keiji!
—Tienes que ir y disfrutar, Kotaro —Toma mi nuca y me atrae a él. Yo ardo de la vergüenza—. Pero ahora disfrútame a mí.
Qué débil soy.
El viernes por la noche llega y yo me estoy despidiendo de él en la central de autobuses, que es de donde parten todos los vehículos hacia diferentes localidades. Akaashi me saluda desde la ventana.
Es un viaje familiar. Simplemente no puedo ir. Y odio eso. ¡No quiero estar lejos suyo!
Por eso quiero llorar cuando llego a casa, pero no lo hago porque no quiero parecer alguien realmente dramático. Los mensajes de mi novio llegan al instante que llego a mi cuarto y no es como si Akaashi se hubiera ido por tanto tiempo, solo lo extraño. ¡Son cosas de almas gemelas!
—Hermano, deja de ser tan dramático y ve a darte una ducha.
¡Salto de tiempo! Al día siguiente, a las siete de la tarde, Konoha me saca de la cama con una mala cara. Yo no soy feliz.
—No quiero.
—¡El lunes verás a Akaashi, ridículo! —Me empuja al baño. Yo me quejo—. ¡Báñate!
Claro que lo hago y cuando salgo de la ducha, Konoha está sentado en la cama.
—Esta noche bailaremos y seremos felices. Tomaremos.
—No puedo tomar mucho.
—Tomaremos un poquito, entonces —Me tira una camiseta—. Esta noche volverás a ser libre.
—Soy libre. Solo tengo novio.
—¡Pero no está!
Lo miré mal. Konoha rió.
—Estoy bromeando. ¡No te acercarás a nadie!
—Claro que no.
—¡Pero sí beberás!
Terminé riendo.
Cuando estamos en la fiesta, no me siento realmente cómodo. Me gustaría estar bailando con mi novio, pero tengo que conformarme con los chicos y algunas que otras personas que se acercan a bailar.
Llega un punto de la noche en la que, algunos de la fiesta, incluído yo, Konoha y Washio, estamos sentados en una ronda con más gente. He notado que hay una chica, creo que se llama Reiko, que no ha dejado de mirarme. Me siento incómodo, ayuda.
—¡Juguemos verdad o reto!
Suspiré al escuchar a Konoha. Es la primera vez que soy más serio que todos los chicos.
Al final todos terminan aceptando. Yo intercambio mensajes con Akaashi; son las dos de la mañana. Él espera que sus tíos regresen con las cosas para la fogata. No entiendo cómo tiene señal en medio del bosque, pero no me quejaré.
Terminan girando una botella. Cuando cae en mí, levanto la vista de mi teléfono.
—¡Bokuto-san, ¿verdad o reto?!
—¡Reto!
—¡Te reto a...! —Quien lo dice, mira a su alrededor y sonríe—. ¡A estar siete minutos adentro del baño con Reiko-san!
Mierda.
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Nonsense | Bokuaka
FanficCon cartas y corazones, Bokuto Kotaro le explica entre parloteos a Akaashi cuánto lo ama, esperando que algún día de estos, su querido armador le diga lo mismo. Aunque es muy complicado, porque Akaashi no es sincero y Bokuto se frustra. ¡Pero eso no...