Sana y Salva | Joel Miller (TLOU) | Pedro Pascal (CANCELLED)

9. Regalo

— Es la misma canción que sonó en el auto cuando fuimos a ver a Bill y Frank. — Dijo entusiasmada. — ¿Qué te pareció, entonces?

— A mí me pareció hermoso.

Joel la seguía mirando, mientras ella se mantenía boquiabierta.

— ¿Hace cuánto has estado allí? — Dijo seria.

— Desde el primer verso hasta el último. — Sonrió.

Estaba muy avergonzada, porque el canto para ella era demasiado importante. Solamente se atrevía a mostrar esa faceta cuando tenía mucha confianza, y eso ocurrió con Ellie por el momento de complicidad que habían tenido cuando la niña la arrastró al cuarto de Joel para contarle quién era Tess. Sintió que estaba desnuda frente a él, cubierta solo por la vieja guitarra.

— Qué leal, Ellie. Gracias por esto. — Reía irónicamente hacia la niña.

— De nada. Ahora tendrás que salir, eso sí, porque soy muy responsable y tengo que hacer mi tarea.

Le arrebató la guitarra de un sopetón y a Izzie no le quedó más remedio que salir de allí junto con él. Por primera vez se veían después de la conversación. Él tomó asiento un momento en el sillón que estaba más cerca del vinilo de la mariposa azul, dándole la espalda. Sin embargo, ella caminó firmemente hacia él para ponerse frente a frente. Lo miró estando de pie, se acercó y habló.

— Quiero que sepas que estás obligado a ayudarme a encontrar a Anna, porque me lo has prometido. Así que mientras yo viva acá, tendrás que soportar mi presencia, aunque te moleste. Al menos tendrás que disimular por Ellie. — Le soltó, seria.

— Isobel, yo-

— No he terminado. — Miraba sin parpadear. No estaba molesta ni triste, ahora solo intentaba hablar normal. — Estaré aquí al menos hasta que termine el traslado y llegue el Mayor. Me acompañarás a la central cuando eso suceda. Mientras tanto, ayudaré con los gastos. Mañana pediré mi sueldo por adelantado e iremos a comprar más insumos, porque se están agotando y ya no están quedando velas.

— Está bien, pero-

— No he terminado. — Repitió. Tragó saliva. — Vamos a hacer de cuenta que esto nunca ocurrió, al menos por unos días, o será insoportable convivir así y sinceramente no quiero volver al Blue Inn, pero tú harás tu vida y yo la mía. Volverás a dormir en tu habitación, donde corresponde. Le preguntaré a Ellie si le molestaría que duerma junto a ella, y si es así, seré yo la que usará el sofá. ¿Te ha quedado claro?

— Sí, señora. — Por fin alzó la mirada hacia ella. — ¿Por qué esta actitud?

— Porque es lo más sano para todos. — Se iba yendo, pero volvió. — La última cosa: Ellie te necesita más de lo que aparenta. Deberías intentar acercarte un poco más a ella, porque le gustaría. No te has enterado por mí.

— Isobel.

— ¿Qué?

Silencio.

— Nada.

Se dio la vuelta para caminar hacia la cocina y prepararse una taza de té caliente, porque hacía mucho frío esa noche. Luego, mientras hervía la tetera, cumplió su palabra al preguntarle a Ellie si podían dormir juntas. La niña aceptó encantada.

— Te lo advierto: Ronco.

— Yo también te advierto: Pateo durmiendo.

Le preguntó si quería cenar algo, y cuando la niña negó, se retiró para dejarla sola nuevamente. Joel seguía sentado en el mismo lugar.