La chica de las mil oportunidades

Prólogo

Llevaba más de un año soltera, y para muchas personas de mi instituto eso era algo insólito, ¿Jessica llevaba más de un año soltera? Imposible, ella no sabe estar sola. Posiblemente no supiera estar sola, pero estaba segura de que si un hombre hubiera salido con seis personas a sus quince años nadie le hubiese recriminado nada.

En realidad ninguna de mis relaciones había sido muy duradera, todas habían sido de tres meses o poco más y sólo una me había marcado para siempre, de forma negativa, por supuesto.

Todo se remonta a cuando tenía doce años. Conocí a un chico que inmediatamente supo como hacer que me fijara en él, y en mi defensa debo decir que era prácticamente imposible no hacerlo, malas notas, fumador y todos los recreos se dedicaba a rapear con sus amigos.

Él me buscaba con la mirada, me hacía reír y fingía preocuparse por mi, todo esto provocó que la Jessica de doce años muriera por estar con él; pero el problema llegó cuando empezó a burlarse de mi físico, de mis granos, de cómo vestía y de lo mal que me quedaba el pelo recogido. De un día para otro, yo, que nunca había prestado atención a lo que decían de mí, empecé a decirle a mi madre que no quería que me volviese a peinar con coletas o trenzas y que necesitaba renovar mi vestuario para verme mayor, y es triste, pero estuve encerrada en esa relación más de un año. También me fue infiel con demasiadas chicas, lo perdoné todo porque si yo vestía mal y tenía granos a lo mejor él necesitaba a alguien que vistiera bien y tuviese la piel perfecta, al menos de eso traté de convencerme hasta que me fue infiel con una de mis mejores amigas.

Sara era una de las personas en las que más confiaba y me traicionó, y ahí fue cuando me cambié de instituto y bloqueé a todas las personas con las que alguna vez había tenido contacto en el pasado, incluso lo bloqueé a él a pesar de sentir un fuerte dolor en el pecho al hacerlo. Aunque pasado un tiempo comencé a sentirme libre, las inseguridades continuaron estando ahí, y muchas de ellas me acompañaban incluso a día de hoy.

Después de él he salido con más chicos, pero con ninguno ha durado ni he sentido nada, por eso he decidido dejar de perder el tiempo y centrarme en mí misma, así también dejaré de hacer daño a personas que no se lo merecen.

Y así llegamos a la actualidad, me cambié de instituto el año pasado, llevo soltera más de un año y solo tengo relación con Beatriz, mi mejor amiga. También es la chica que siempre me ha apoyado en todo y ha estado ahí cuando más la necesitaba sin traicionarme nunca, mucho más de lo que puedo decir del resto de amistades que he tenido.

Cuando noto como alguien me toca el brazo con insistencia, me giro para mirar a mi compañera de clase que me mira con cara de desesperación mientras rellena un cuestionario que nos han dejado para saber que estudiar de cara al futuro según nuestras preferencias.

—Jessica, ¿Has elegido ya que bachillerato vas a escoger?

—El de ciencias biológicas, es el que más me llama la atención.

—Yo no se cuál elegir, me llama mucho la atención el de ciencias sociales pero dicen que es muy fácil y que sólo lo eligen las personas vagas que no saben qué quieren con su vida.

—¿Qué más da lo que diga la gente?

—Ay no lo sé, no puedo tomar estas decisiones con dieciséis años.

—¿Qué salida laboral te ha salido en el cuestionario?

—Periodismo, y nunca me había planteado hacer esa carrera, pero si estudio el bachillerato de ciencias sociales podría entrar ahí —suspiró y se puso un mechón de pelo detrás de la oreja antes de continuar con su monólogo—. Quizá es la carrera ideal para mí y estoy perdiendo el tiempo pensando en estudiar psicología, además lo ideal para entrar a esa carrera lo ideal es cursar el bachillerato de ciencias pero no me gustaría tener tantas asignaturas relacionadas con las ciencias.