La chica de las mil oportunidades

Dolerá toda la vida

Acababa de salir del conservatorio y ya era de noche, y ver como el cielo se teñía de negro sin permitirme sentir la luz del sol en mi piel hacía que cada día odiara más mis horarios, no me dejaban tiempo para nada. A pesar de que el verano estaba a la vuelta de la esquina, salía a las diez de clase, y no me sentía con ganas de llegar y ponerme a estudiar, pero era lo que tenía que hacer si quería aprobar los exámenes finales. Al ver el cielo oscuro solo iluminado por la luz de la luna, una idea pasó por mi mente, ¿y si le hacía una pequeña broma a Daniel? Tal vez era lo que necesitaba para divertirme un poco, que falta me hacía.

Había visto un vídeo en las redes sociales en el que una chica le mandaba un mensaje a su novio diciéndole que estaba sola de noche en la calle y tenía miedo. Le pedía que le mandara un audio para ponerlo y que la gente pensara que su novio tenía la ubicación y sabía exactamente donde estaba ella. Él, en vez de ponerle un mensaje, salió de su casa a la una de la mañana para acompañarla a su casa, un gesto que me pareció precioso.

Mucha gente valoraba más las palabras que los actos, y solo con escuchar cinco frases bonitas creían todo lo que se les decía, pero yo ya estaba acostumbrada a la mentira. Una vez que estás en una relación en la que lo único que hay son palabras vacías, comienzas a valorar más los actos, por eso esta broma era tan importante para mí, a pesar de saber que no era un tema con el que bromear.

Pensé en hacer lo mismo que había hecho aquella chica, para así ver como reaccionaba la persona que presumía ser mi amigo y conocerme mejor que nadie. Estaba segura de que como mínimo me mandaría un audio, porque este tema era muy delicado, y sabía que Daniel me ayudaría si pensase que estoy en una situación peligrosa, aunque también cabía la posibilidad de que llegara incluso a venir a buscarme al conservatorio, porque vivía en un piso a quince minutos caminando.

Hola Daniel, estoy sola esperando a que me recojan y tengo miedo porque está todo muy oscuro. ¿Puedes mandarme un audio donde finges ser mi novio y dices que tienes mi ubicación?

Esperé unos minutos a que me contestara, pero no obtuve respuesta, incluso cuando llegué a mi casa después de que mi madre me recogiera, él seguía sin contestarme.

Para evitar pensar en la profunda sensación de decepción que se instauró dentro de mí, decidí ponerme a estudiar, pero no logré concentrarme. No entendía el motivo por el que no contestaba a mis mensajes, si siempre obtenía una respuesta a los pocos minutos de enviarlo.

Resolví más de cinco ejercicios de matemáticas, e incluso llegué a pensar en que quizá al leer mi mensaje ni siquiera había pensado en escribirme una respuesta, a lo mejor directamente había ido a buscarme. Esto me parecía bastante probable, porque él era una persona muy detallista que se molestaba por mi bienestar, y aunque le hubiera dicho muchas crueldades el día que descubrió mi mentira en la nota de castellano, finalmente me había pedido perdón por haber desconfiado de mi, y yo le había dicho que también sentía haberlo herido con mis palabras. Todo se había arreglado, y habíamos vuelto a la monotonía y al aburrimiento que nos caracterizaba.

Estuve a punto de llamarlo para decirle que no hacía falta que fuera al conservatorio, pero cuando estaba cogiendo mi móvil para informarle de la broma, y casi veinte minutos después de haber llegado a mi casa, por fin recibí su respuesta.

¿Y qué haces sola a estas horas?

Bueno, parece ser que estaba equivocada y no había ido a ver si estaba bien.

He salido del conservatorio hace unos minutos, pero mi madre aún no ha llegado, no sé por qué tarda tanto.

Una pequeña mentira no le hacía daño a nadie, y además quería darle una segunda oportunidad para que me ayudara ante una situación de peligro, así que decidí seguir con la broma un poco más. Después le contaría todo y le diría que era una pequeña broma para medir su reacción, pero decidí seguir insistiendo para que entendiera que era una situación de urgencia.