Golpe de Conciencia

557 37 19
                                    


Una espesa nube de vapor cubría todo el espacio del baño, había tomado una larga ducha fría, que calmo sus nervios y permitió que sus sensaciones se estabilicen.

Caminó con su bata negra por los azulejos, con pasos cuidadosos para no tropezar con el agua que caía de sus piernas. Se cubrió sus pechos con los bordes de la toalla, el viento corría y no quería contraer una pulmonía.

Demasiado tenía con los apretones que surgían inesperadamente sobre su vientre.

Envolvió su cabello dentro de una gran toalla, del mismo color de la bata, y se puso sus zapatillas de baño para salir a su habitación a buscar algo de ropa. Hace horas que Thorpe había salido a buscar lo que "supuestamente necesitaba", y no sabía si había ido a fabricarlo o porque demoraba tanto.

Pero en lugar de sentarse sobre su propia sangre, prefirió adentrarse a su ducha para poder limpiarse y relajarse del largo y agonizante día que había tenido. Podía suponer que eran exactamente las 3:00 de la mañana, y de seguro Enid ya no regresaría a dormir.

Así que camino con libertad, arrastrando sus pantuflas con pereza y acercando su cuerpo al gran cajón de ropa, que tenía a un lado de su escritorio. Debería recordar, comprar ropa exclusivamente para estos asquerosos días.

¿Cuánto podría durar este suplicio? ¿3 o 4 días? Esto sería una verdadera pesadilla.

Recogió un conjunto de pijama negro, la seda se resbalaba entre sus dedos y se aseguró de que fuera lo suficientemente ajustada, para que no vuelva a traspasar sobre los trapos sueltos.

Puso la ropa sobre su cama y soltó el nudo de su cintura, la bata calló a sus pies y una ráfaga de aire fresco, invadió sus extremidades. Su cuerpo se estremeció por puro instinto.

Tomó la camisa para pasarla por sus hombros desnudos, la tela fría tocó sus pechos y su piel se erizó. Sujeto sus pantaletas nailon y las subió por sus piernas con rapidez.

Recogió los pantalones y estiró el elástico para proceder a pasarlo por sus piernas. Hasta que la puerta se abrió de un momento a otro.

Un despistado Xavier la estaba cruzando, como si fuera una situación de todos los días.

- Bien, ya lo traje, creeme que fue muy complicado encontrar una farmacia decente a esta hora- pronunció y camino hasta su escritorio, sin percatarse de la cara paralizada de Merlina.

Ella reaccionó rápidamente y subió los pantalones, hasta más arriba de su cintura, para evitar el momento incómodo. Él giró su vista hacia ella y le sonrió. No se había dado cuenta del gran pánico que había creado.

- Espero que te sirvan...y ahora pues, me voy- asintió una vez y se acercó hacia la puerta para irse.

- Oye..- gritó hacia su figura alejándose.

- ¿Mmm?- regreso su mirada hacia ella y levantó una ceja.

- Amm gracias...por...- volteó a ver el paquete que había dejado sobre la mesa y parpadeó, sin saber que era lo que había dentro.

- Oh, son toallas..- le aclaro al ver la duda en su rostro.

- ¿Toallas?

- Sí- metió sus manos en los bolsillos de su abrigo y se acercó un par de pasos para explicarle- son una especie de...trapos en dónde...pues, eso permite que te muevas con normalidad sin que...... tengas accidentes.

Él se aclaró la garganta con nerviosismo y se trató de alejar nuevamente.

- Thorpe...se que no debo preguntarte esto, precisamente a ti..- se tapo los ojos con la yema de los dedos y suspiro antes de hablar- ¿Sabes cómo debo...

Tenebroso y Palpitante Amor - MERLINA Y XAVIERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora