Tenebroso y Palpitante Amor - MERLINA Y XAVIER

Lugar seguro

Antes de comenzar con este capítulo quiero advertir que habrá contenido sexual explícito. Si no te parece este tipo de narración te recomiendo que no lo leas.

Sin más que decir, que lo disfruten.

Merlina odiaba el barniz de uñas, en serio, lo odiaba. No entendía como algo tan pequeño e insignificante podía llegar a esparcir tal aroma demasiado insoportable, era irritante tenerlo cerca de la nariz, tanto, que el hecho de tocarse la cara había llegado a ser un verdadero reto al tener que estar oliendo la fragancia de sus dedos. Pero, lo único bueno que llegaba a tener todo esto, es que existían frascos de sus colores favoritos, no había nada mejor que tener sus manos repletas de colorimetría obscura y penetrante.

- ¿Por qué no me contaste de Xavier y de su momento mágico? Pareciera que ya no confías en mí como antes...como cuando resolvíamos acertijos juntas- pregunto Enid mientras se rascaba la punta de la nariz con una de sus uñas recién limadas. - Si así fuera lo entiendo. Pero, quisiera saber el porque al menos...

- Enid, no te lo dije porque no es mi estilo estar contando mis intimidades a los demás. Y la verdad, no quise darle tanta importancia...- explicó mientras trataba de abrir uno de los frascos de pintura con los dientes.

- Creo que ese ya no funciona y por eso ya no abre...- le quitó el barniz e intentó abrirlo ella misma. La tapa continuaba intacta. - Si, definitivamente esta muerto...déjame ver si tengo algún otro. Y con respecto a lo anterior, me imagino que no estuvo tan bueno ¿Verdad?

- ¿A que te refieres?- preguntó sobándose las palmas de las manos contra el uniforme, dejando que el aroma de la crema hidratante cubriera el ambiente.

- Ya sabes...al sexo, cuando es bueno siempre lo quieres gritar a los cuatro vientos...es como decir "rayos porque no lo había hecho antes" - habló con entusiasmo, levantó las manos y se presionó el cuero cabelludo con los dedos. - Debo decir que mi primera vez con Ajax fue una de las cosas más maravillosas que me ha pasado en la vida...

- Me imagino, de seguro lo hicieron como animales que acaban de salir de sus jaulas- dijo Merlina apartando la mirada, no le gustaba el sentido que estaba tomando la conversación.

- Probablemente si...por eso fue tan increíble - suspiró y se tiro hacía atrás sobre una almohada de ositos azules que había conseguido en la feria y ahora adornaba su extravagante cama. - Entonces, a Xavier le falto ser más salvaje....si debí suponerlo, Merlina Addams espera a un monstruo que la destruya en varias partes, por eso te gustaba Tyler...

Comenzó a reírse y se tapo la cara con otra de sus almohadas, Merlina se sonrojo y abrió la boca. Ni siquiera había esperado ese comentario. En realidad debía decir, que su amiga estaba demasiado equivocada con la percepción de la que sería su "intimidad deseada". Cuando estaba con Tyler en verdad pensó que el hecho de tener una relación con él sería exactamente lo que correspondía con su espíritu y con su personalidad, algo intenso y diferente. Pero desde que Xavier se metió en sus pensamientos, todo había sido como una montaña rusa, con varios giros que cambiaron su mentalidad, sus deseos y su perspectiva de una relación.

Podría aceptar que prefería mil veces, tener algo real con alguien que entendía sus deseos, a tener algo intenso con alguien que solo puedes necesitar por las circunstancias. Eso podría convertirla en una mujer demasiado emocional pero, la verdad, ya no le importaba mucho el pensar en eso.

- Eso no, yo no quiero que nadie me parta a menos que sea con un cuchillo para aniquilarme - habló con incomodidad, sentía que debía aclararlo para terminar de una vez por todas con la conversación. - Xavier es...no lo sé pero con el se sintió distinto. Fue tan natural, sin nada de presión a pesar de lo trastornada que estaba por no saber que hacer y la verdad, fue ahí, cuando me di cuenta de lo importante que sería esto y que no era cualquier cosa, no era sexo simple por sacar los nervios o el estrés de una situación, no, esto era algo grande que se podía respirar, lo respirabas y te llenaba el corazón.