Tenebroso y Palpitante Amor - MERLINA Y XAVIER

¿Seré capaz?

Los tejados crujían con los golpes de las gotas de agua, un sonido sordo y relajante que acompañaba a las grandes nubes oscuras que se encontraban sobre las estructuras, las aves de color azul revoloteaban de un árbol a otro, tratando de encontrar alguna superficie que fuera apta para soportar aquel clima, sus pequeños canticos se esparcieron por aquel lugar y los oídos de una azabache, pudieron percibir aquel ruido desde las altas horas de la mañana. Sus padres habían desaparecido hace tan solo unas horas, dejándola en su habitación, junto a su rubia compañera quien no se avergonzó en demostrar su gran emoción por medio de varios saltos y abrazos excesivos que a Merlina por poco le provocaron arcadas.

Pero eso no era lo que principalmente la tenía nerviosa, sino su estrepita reunión con Thorpe. Sabía que era lo que debía hacer, sus pasos habían sido fríamente calculados durante todas la horas de viaje desde su gran mansión hasta la academia. Había imaginado el escenario en el que se encontraría, había repasado sus palabras y sus respuestas de manera efectiva. Pero su única dificultad, fue que, siempre imaginaba una situación positiva, nunca suponía que podía suceder lo contrario a lo que ella quería. Y más, porque no quería aceptar el hecho de que, probablemente Xavier pudo haberse hartado de ella por todo el embrollo de problemas que se suscitaron entre los dos.

Sus dedos se tensaban cada que imaginaba un escenario distinto, uno en dónde sería rechazada completamente, uno en dónde tendría que aceptar el hecho, de que su vida se había ido por la borda por su propia responsabilidad. Nadie había interferido, solamente su cabeza y sus emociones llenas de paranoia, habían llevado su situación a un acantilado, en dónde su corazón tan solo se balanceaba. Solo esperando un golpe que lo derribara por completo o una mano amiga que pudiera salvarla.

Volteó su cuerpo hacia la ventana, la media luna estaba presente y casi perdía su visibilidad por las nubes espesas que cubrían el inicio de la mañana, con una gran capa de neblina.

Sus párpados se sentían pesados, pero su mente no la dejaba descansar tranquila, sus ojos no abandonaban el marco de la ventana, como si inconscientemente estuvieran esperando que alguien pudiera atravesar aquella madera, con la intención de calmar sus pensamientos por completo. Todas sus extremidades estaban rígidas, demasiado conscientes de lo que iba a suceder en unas horas. El tick tack del reloj, desesperaba a sus nervios, como si su sentencia estuviera cerca de llegar. Pero muy en el fondo, quería que el tiempo volara, quería volver a estar junto a Thorpe, sentir su presencia, su respiración mientras dormía y su calor a tan solo unos centímetros.

Se volteo nuevamente con vista al techo. Debería estar preocupada en otras cosas más importantes. Pensó. Sus manos volaron hacia su cabeza y frotó su rostro con desesperación, definitivamente su mente no la dejaría dormir, una gran interferencia para su reunión con la coordinadora, a quien tendría que dar explicaciones por su ausencia. 

Un golpe sonó en la habitación. Merlina volteó a ver hacía la puerta, pero lo descarto al escuchar el sonido por segunda vez, era un especie de chasquido que golpeaba la ventana. Sus piernas bajaron de la cama y sintió el piso frío a través de sus calcetas oscuras, su pijama se escurrió entre su cuerpo y una brisa la recorrió de pies a cabeza al apartar las cobijas. Caminó lentamente hasta la ventana de su habitación, pero nada era perceptible ante sus ojos. Otro chasquido resonó con más fuerza, lo que provocó que Enid saltara en medio de sus sueños. 

Merlina tomó el seguro y abrió la ventana con suavidad para no hacer ruido. El viento la invadió y despeinó sus cabellos en segundos, sus ojos recorrieron el balcón con una especie de ansiedad que se estaba formando en su pecho, salió con pasos inseguros y lanzó la cabeza hacia la terraza para observar los alrededores. Su corazón se detuvo al sentir un toque en su hombro, sus ojos se abrieron y sopeso las posibilidades con mucha rapidez en su cabeza, volteó rápidamente hacía la ventana pero todo estaba vació. El toque seguía presente en su hombro, sus ojos voltearon y un suspiro de alivio invadió el aire que la rodeaba.