Joder, a final de cuentas, sí desarrollé un apego emocional hacia Lars, pero no me malinterpreten: no es algo romántico, sino más bien, algo de amistad. Hace mucho tiempo que yo no tenía un amigo, encontrándome sumergido en la inmensa soledad de mi imaginación y yo, luego sentí esos cosquilleos, la sonrisa en mi rostro... cosas que, creo, nunca haber sentido antes, sin duda, extraño su compañía, aunque sea para hablar estupideces, la extraño.
"Cobarde, maricón, ¿acaso te enamoraste de un hombre?"
No, Zorra, dije que era algo amistoso, lávate las orejas primero antes de hablar mierda.
"No tengo cuerpo, imbécil. El tuyo es el mío, por tanto, lávatelas tú."
Me cagó con eso, maldita zorra, la odio.
"Kirk, tómatelo con calma, si logras acercarte a él, dar el primer paso, que sería conversar fuera del tiempo de la terapia, entonces, si logran tener una charla los dos y le aclaras todo lo que pasó, ya no te va a tener ese 'odio', vamos, ve con él."
Ahhh, no sé, L, estoy tan confundido...
Y así estuve, debatiendo con las voces de mi cabeza durante casi todas las clases, en serio, era algo que me superaba. Yo miraba al otro extremo en dónde estaba Lars, siendo molestado por esos idiotas... me daba pena, quería ayudar y no podía. No tenía el valor para nada, ni siquiera podía concentrarme en la clase, las putas voces, dios mío...
Me picaban las cicatrices de los cortes de mis muñecas, llevaba semanas sin herirme. Levanté, muy sigiloso, las mangas de mi suéter y me rasqué, eran sólo costras, pero picaba mucho. Cerré los ojos para silenciar todo mi entorno, me relajé pensando en sólo una cosa: mis cortes, joder, ya estaban secos y por más que rascara la costra, nada de sangre brotaba. Eso me frustraba mucho, no existía dolor alguno, sólo picazón que era rápidamente aliviada con tan sólo frotar mis uñas. No era nada del otro mundo.
Suspiré, abrí los ojos, me encargué de vigilar muy bien a este profesor con la mirada: estaba dando su clase con el proyector, toda la materia era presentada a través de un Power Point y él estaba sentado en su asiento explicando la materia, mientras que nosotros debíamos tomar apuntes. No prestaba atención a los alumnos.
Un pensamiento masoquista vino a mi mente, los gritos en desesperación por ambas voces me daban jaqueca, comencé a reír por lo bajo, no por algo gracioso, sino, de maldad. Introduje con cuidado mi mano dentro de mi pantalón, tratando de que no se viera de una forma tan sucia... algo por la cual James y mi madre siempre me llamaron locos... ¿por qué tener un bolsillo en un costado de tu ropa interior? Pues vale, ahí guardo una navaja, en caso de cualquier cosa, yo les dije que era para defensa personal y se lo han tragado muy bien por estos años.
L rogaba que me detuviera, que pensara positivo, mientras que la Zorra no paraba de burlarse en mi cara, con una risa tan malvada como la mía.
Me costaba, sin embargo, ignoré todo lo que me decían, cerré los ojos para mantener mi mente en blanco y concentrarme en las sensaciones que tendré ahora: abrí la navaja y la rocé mi despacio por las cicatrices, lo hice por debajo de la mesa para evitar sospechas. Abrí de a poquito los cortes, estremeciéndome al sentir pequeñas gotas de sangre brotar, sin escurrir, se secaban y el corte se veía más profundo, se sentía tan bien. Por ahora culpa de nada siento, en una media hora más seguro lloraré por haber hecho esta estupidez, no obstante... no me queda más que disfrutar.
Sonó el timbre para salir a recreo, mierda, todos los alumnos debíamos salir de la sala hacia el patio y no quedarse en las salas, como era invierno-primavera, nos permitían quedarnos al menos dentro de los pasillos internos para no morirnos de frío.
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The Dream is my Reality (Metallica, KLARS)
FanfictionPor más ser de mi subconsciente que sea, sé que tiene la intención de unirme con él o de dañarme más que de ayudarme.