Capítulo 15: PARTE 5 All of my Love.

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Sonrió y procedió a chupar la piel de mi cuello con más intensidad, mordía sin miedo a desgarrar mi piel, me gustaba tanto ésto... ¿por qué tiene que ser algo prohibido para nosotros? Nuestras respiraciones eran mucho más irregulares y desesperadas, no sé cuánto tiempo ha pasado, pero ojalá que no lleguen pronto los padres de Lars, no quiero que ésto acabe nunca.

- Oh, Kirky, no sabes cuánto he deseado tenerte así... en mi cama, delirando de esta forma... -susurró en mi oído- No sabes cómo lo he soñado, cómo he fantaseado... -mordió el lóbulo de mi oreja y prosiguió- Quiero ir más lejos, ¿vamos o prefieres quedarte así?

- ¿Qué tan lejos iremos? -era una pregunta estúpida, lo sabía, aún así... quería oírlo a él decirme cuál es el último límite que cruzaremos. Me sonrió.

- Quiero follarte, ¿vale? Ahora mismo, pero sé que eres demasiado tímido, por eso te pregunto... ¿podemos ir más lejos?

- Fóllame -rogué mientras deliraba-... fóllame, por favor...

Vaya, ni él ni yo esperábamos que yo saliera con esa respuesta, pero ya saben... no podía controlarme, yo necesitaba más placer.

Terminamos de desvestirnos al cien por ciento, a su vez que manoseábamos nuestros cuerpos desnudos con besos, mordidas y gemidos que pedían seguir más a fondo en ésto.

- Date vuelta -ordenó, se levantó un poco de mi y él me puso de lado, posicionándose él detrás mío, percibiendo su miembro duro contra mi espalda-. Si te duele, avísame, ¿sí? No quiero herirte, lindo -jugó un poco con mi cabello, tirándolo hacia atrás para dejar descubierto mi rostro y mi cuello-. De todas formas, iré despacio, ¿ok?

Asentí, esperando que ese algo sucediera. Me asusté al principio porque sentí algo que NO era su virilidad entrando dentro de mi e intenté apartar eso alejándome, me tomó de las caderas y dio un besito en mi cuello.

- Sh... tranquilo, es sólo mi dedo, no creas que voy a metértela así como así, he visto el porno suficiente para saber qué debo hacer.

Solté una pequeña risa a lo que él me dio un último beso en el cuello.

- Tranquilo, recuerda: si te duele, avísame.

Asentí y empujó su dedo más a fondo. Mordí mi labio inferior, no me dolía pero era algo incómodo. Iba moviéndolo dentro y fuera de a poco, mierda, me ardía. Lo aguanté lo más que pude hasta que entró un segundo dedo, aferré ambas manos a la cama, tratando de soportarlo. Lento, bien lento... cuando empezaba a sentirse mejor, él aumentaba paulatinamente la velocidad, sin causar gran molestia, sino más bien, un tipo de placer inexplicable.

- M-más... -di comienzo a gemido más fuertes, que dejaron de ser simples susurros.

Fue más rápido y mis gemidos aumentaron, ésto era algo totalmente nuevo, que me estaba gustando.

- ¿Te gusta? -con su mano libre tomó mi miembro y se puso a acariciarlo.

- S-sí... -jadee, aferrándome más a la cama.

- ¿Más dedos o crees que estás listo para...?

- Ahh... e-estoy listo...

- ¿Seguro? -asentí, lleno de timidez.

Retiró sus dedos y me tomó de las caderas, cerré los ojos forzosamente, con mucho miedo.

- Shh... cálmate, ¿sí? Haré lo posible para que no te duela... -asentí, todavía con miedo.

La presión era demasiada, lo sentía tratando de entrar de a poco. Aferré mis uñas lo más que pude a la cama, el ardor regresó y con todo.

- Joder... -gruñí, traté de soportarlo hasta que por fin entró por completo, él jadeaba desesperado, se nota que está tan ansioso por ésto como yo.

- ¿E-estás bien? Porque si tú quieres, podemos dejarlo ahí y...

- ¡Qué no, mierda, sólo sigue! -le grité, luego tapé mi boca en vergüenza, él sonrió con perversión.

- Ok, ok, yo sigo...

Me agarró una pierna y me hizo cambiar de posición, quedando recostado sobre mi espalda y él entremedio de mis piernas. Él sobre mi, viendo fijamente mis ojos, ahhh, me dio un ataque de nervios y cubrí mi rostro, él me tenía agarrado de ambas piernas y me soltó para retirar mis manos de mi cara.

- No te cubras... quiero verte -negué, en vergüenza-. Eres muy lindo, ¿sabes? No tengas miedo, si algo te incomoda, dímelo. No quiero hacerte nada que no te guste.

- Ok... -me acomodé ocultando mi rostro en los hombros de Lars, aferrándome a su espalda ahora.

- ¿Listo? -asentí.

Comenzó a moverse lento dentro y fuera, con delicadeza. Él resoplaba y yo rasguñaba su espalda, gruñendo al principio por el ardor y más tarde suspiraba, gemía en medio de este deleite mutuo. Esta nueva sensación... umm... me gustaba más. No sabía porqué, pero me sentía mentalmente sano. La sanidad mental reinaba ahora en mi, me sentía normal. Lars me hacía llegar al cielo y me mantenía flotando allí, siendo él mi guardián y protector. Era mi todo prácticamente.

Sentía que mantenerme con Lars en intimidad podría ser feliz, libre, sin problemas ni nada, no tener que soñar imaginando situaciones utópicas, no señor... Ahora lo tenía, todo lo positivo, lo tenía.

Yo rasguñaba en su espalda, con las piernas paralizadas y temblando, yendo con ésto más, más rápido. Más duro... nos encantaba. Sudando y delirando en este desenfreno amoroso, sólo podían oírse nuestros gemidos, los jadeos y cómo la cama chocaba contra la pared una y otra vez. Joder, tenía casi todo el cuerpo paralizado no sentía nada que no fuera la sensación de placer, mi mente estaba congelada, no podía pensar con claridad, sólo podía dejarme llevar por la corriente y llegar donde ésta me llevara.

Hasta que una presión en mi virilidad me hizo sentir algo similar, dolor que me gustaba, no obstante, no podía soportarlo más.

- Hmm... Lars... joder, creo que... -traté de decir en medio de esta locura, mierda, no me salían palabras concretas- ahh... mierda, Lars... creo que... ¡creo que me voy a correr!

- ¿Umm... qué? N-no... joder, Kirk... resiste un poco, ahh...

Si aumentaba más la intensidad de ésto, menos iba a poder resistir. Dejé de medir la fuerza con que arañaba su espalda y creo que le hice una herida, sentí sangre escurrir. Mierda...

Llegó el instante en que no aguanté más y me corrí de manera violenta, mi cuerpo entero se tensó y los espasmos venían una y otra vez, grité su nombre y me quedé totalmente mudo e inmóvil, a los pocos segundos él se corrió dentro de mi y se desplomó encima mío. Nos quedamos en esa posición, abrazados y suspirando. Sonreímos. Ok, nunca creí que tener sexo cansaba tanto, no me podía mover ni nada, bueno, era gratificante ese momento, nos dábamos besitos cortos con mucha ternura, un montón de relajación y paz reinaba.

Hasta que...

The Dream is my Reality (Metallica, KLARS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora