Prólogo

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Habían sido semanas llenas de dudas e incertidumbre, buscando hasta el cansancio alguna pista que le ayudara a encontrar al chico, a su chico. La cabeza le dolía a montones, notorias ojeras se hacían presentes bajo sus ojos y, aún con tanto esfuerzo y la ayuda de SHIELD, no daban con nada, ninguna señal, casi como si la tierra se lo hubiese tragado.

—Tony... Tienes que calmarte, ya lo encontraremos— Le dijo Pepper en una ocasión.

Su voz suave buscaba tranquilizarlo, odiando ver a su amigo cada vez más agotado y más apagado.

—No me pidas que me calme, Pepper ¿No lo entiendes?— Habló dolido y alterado, aunque claro que ella lo entendía —Joder... ¡Perdí al chico! Y juré tantas veces protegerlo— Pasó sus manos por su rostro, estresado y desesperado, la angustia lo atormentaba más que nunca.

La mujer lo miró comprensiva, pues, por mucho que detestara verlo en ese estado, sabía de sobra que el perder a alguien importante era devastador, y aún así, Tony se había mostrado lo suficientememte centrado como para idear estrategias para dar con el paradero del hombre araña, aunque ninguna hubiera funcionado hasta ahora.

Se sentó junto a él en el sofá de la sala y acarició su espalda con cariño, queriendo consolarlo de alguna manera. No podía hacer nada más para ayudarlo, e igualmente, estaba inmensamente preocupada por el jóven desaparecido, le tenía una gran estima, pues siempre lo veía dar vueltas por el complejo y la misma empresa. Estaba asustada.

Hubo silencio durante un rato, hasta que Pepper habló.

—Iré a dormir ahora— Acarició la mejilla del hombre y le regaló un dulce beso —Deberías hacer lo mismo. Necesitas descansar— Aconsejó, aunque sabía que no iba ser escuchada.

Tony la miró y luego suspiró, volviendo a bajar la mirada casi de inmediato.

—Lo intentaré— Mintió. No iba a cumplir esas palabras.

La mujer asintió resignada y se marchó a su habitación, permitiendo a Tony luchar sólo contra los demonios que lo tenían vuelto loco.

—Voy a encontrarte Pete— Habló hacia la nada, esperanzado de que al menos su añoranza llegara al corazón del chico —Te lo prometo.

Y pronto bajó a su taller. Aquella noche, no hizo más que trabajar, por una parte para distraerse y por otra para pensar en qué hacer, cómo encontrar al chico, cómo volver a tenerlo a su lado. Resistió hasta las 5 de la madrugada, cuando finalmente cayó dormido sobre el mesón, con su ropa y manos aún empapadas por el negro de la grasa, con Peter siempre rondando en su mente.

Tan sólo logró dormir un par de horas antes de ser despertado por el sonido retumbante de una notificación de su celular, ese sonido que, al escucharlo, le brindaba las falsas esperanzas de tener noticias del hombre araña.

Era un mensaje de texto de un número extraño. El impulso lo hizo abrirlo de inmediato, revisar. Había un archivo. Su sistema era suficientemente inteligente como para dejar que un virus barato lo invadiera, así que lo abrió.

Un video.

Le dio a reproducir.

Jodido video.

Era Peter. Su Peter.

Su corazón se paró, no literalmente, claro, pero poco faltó. Olvidó cómo respirar por un momento y un jadeo ahogado salió de sus pulmones, seguido de un quejido, un sollozo y lágrimas acompañando al dolor que lo golpeaba.

Vio un cuerpo jóven, desnudo, lleno de cortes, terriblemente magullado. Vio a un irreconocible Peter, siendo jodido por tres sujetos al mismo tiempo, y era claro que no era consensuado.

—Mierda— susurró en un principio.

Apretó con fuerza el aparato entre sus manos.

—Mierda— Repitió y, lleno de rabia, soltó un grito desgarrador mientras lanzaba el teléfono con todas sus fuerzas hacia el otro lado de la habitación.

Tenía que encontrarlo.







Justicia para Peter |+18| Peter Parker | Todos x Peter ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora