Eternamente Tuya (#3) (Completa)

Capitulo 10: Jugando en el infierno (parte I)

(Actualización 1/2)

Capitulo 10: Jugando en el infierno (parte I)

«¿De verdad vas a dejarte manipular por Hades en estado de ebriedad, Nube?»

Vacilé por un momento teniendo una lucha conmigo misma, que se debatía entre complacerlo para que me diera la clave o solo llamar a seguridad.

«Basta Nube, usa esto, juega, hazlo sufrir».

Uhm, esa idea que rondó por mi mente me gustó, jugar un poco; hacerlo sufrir. Mi leona empoderada rugió cuando pasé mis dedos por su espalda en una leve caricia; mis uñas rozando su piel, Hades se tensó, noté su piel erizarse, sus músculos contrayéndose y pude notar como su mirada oscurecida en lujuria resplandeció en sus ojos dorados cuando me miró; reaccionando a mi caricia.

La intensidad en el ambiente empezando a ser más magnética y torturante, sentía que todo mi cuerpo empezaba a incendiarse de lo caliente que estaba.

«La idea es torturarlo Nube, reprime tus deseos».

Terminé de inclinarme hacia adelante y rocé mi nariz contra la suya, noté que Hades aguantó la respiración, la poca distancia entre nosotros hizo que mi corazón se acelerara, sentía todo mi cuerpo entero arder en llamas.

—¿Un beso por una clave, señor Parker? —pregunté en un susurro, nuestros alientos mezclándose.

Sus ojos levemente entornados jamás dejaron los míos.

—Sí —respondió Hades, su voz más profunda de lo normal y un poco más ronca también.

El recuerdo de su voz ronca mientras me hacía suya tiempo atrás vino a mi mente haciendo que el calor dentro de mi cuerpo entero incrementara aún más, la idea era torturarlo a él y enloquecerlo de deseo, no enloquecer yo.

«Calma, mantén la calma, Nube».

Giré un poco mi cabeza y con mis labios besé la piel de su mejilla cubierta de los vellos de su barba, lo sentí estremecerse, sonreí un poco separándome para llegar a su oído y susurré:

—¿Así querías, señor Parker?

Me eché hacia atrás evaluando su reacción por haberle dado el beso en la mejilla, relamió sus labios y susurró:

—2.

¿Uh?

Lo miré incrédula, me había dado el número pero... solo uno.

—¿2? —dije y le mostré el teléfono— ¿y el resto de los números? me pide 3 más.

Hades sonrió pareciendo malvado, sus mejillas y ojos aun algo enrojecidos de ebriedad.

Pero aún así... lucía condenadamente atractivo.

—Necesito otro beso para decirte el resto —dijo Hades—, pero no puede ser en el mismo lugar.

Lo miré incrédula, me estaba pidiendo más besos a cambio de más números.

Al parecer mi pequeña trampa de darle un beso en la mejilla no funcionó.

—Eso no era el trato. —repliqué.

Él mantuvo esa sonrisa que ahora empezaba a parecerme irritante.

—Nunca puse reglas —replicó—, ahora sí, y esas son las reglas. Un beso, por cada dígito.

Aún borracho seguía siendo malditamente astuto.