Capítulo 72: La conejilla de indias

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Capítulo 72: La conejilla de indias

Después de que terminaron de explicarme todo el plan que el servicio secreto planeaba con unas manzanitas sobre la mesa y unas cajas de fósforo simulando la escena de la casa de Kora y como entraría estaba más que convencida de hacerlo.

Yo iba a ser la conejilla de indias entrando a esa casa y enfrentándola, teniendo una grabación de su cara como respaldo de evidencia para que por fin la encerrara.

Iba a hacer todo lo que hiciera falta para que esa mujer nos dejara en paz.

Tanta maldad no podía existir en este mundo.

—No. Sobre mi cadáver dejaré que ella vuelva con Kora. —soltó Hades.

El agente Angelo Smith pareció algo molesto porque Hades se había negado a todo desde el principio del plan, él no quería que por nada del mundo yo me involucrara en esto.

—Entiendo que le preocupe pero es la única forma. —replicó el agente Angelo Smith.

—No es la única forma —replicó Hades siempre queriendo tener la razón—, rodeamos la casa —movió las mazanas y las cajas de fósforos—, se llenan de explosivos...

—Señor Parker no tenemos orden de asesinar a menos que sea en defensa propia, solo es una orden de captura —replicó el agente Angelo Smith.

Hades no le respondió, de hecho no dijo nada más cuando el agente Angelo Smith terminó de explicar como llegaríamos a la casa de Kora. Yo miré a Hades de reojo, su rostro sin expresión aparente pero podía percibir que pensaba algo porque su mirada estaba perdida... aunque él parecía tener siempre esa extraña mirada fija y a la vez perdida, él era muy raro.

«Deja de mirarlo tanto».

No lograba comprender por qué siempre lograba acaparar todos mis pensamientos.

Tenía que evitarlo.

El plan de atrapar a Kora se ejecutaría en una hora mientras ellos acomodaban las unidades así que entré a la habitación para cambiarme a la ropa que ellos me dieron; un chaleco antibalas, una camisa lo suficientemente ancha para disimular la chaqueta que tendría debajo, jeans y botas militares. Apenas me quité el vestido cuando de repente abrieron la puerta sin tocar, me cubrí por inercia los pechos y el vientre a pesar de tener bragas y sostén.

—¡Está ocupado! —grité molesta volteando a ver quién había tenido la osadía de entrar.

Era Hades.

Él cerró la puerta a sus espaldas sin inmutarse a mis gritos.

—¡Estoy cambiándome! —repetí molesta de que no me prestara atención.

«Este tipo definitivamente no es normal».

En cambio el señor Parker se acercó a mí, su mirada fija en la mía dejándome por medio segundo sin ningún pensamiento coherente cuando se detuvo frente a mí, tuve que alzar la cabeza para poder mirar sus ojos dorados que parecían pasear por mi rostro; como si me analizara la expresión.

—A veces se me olvida que siempre te gustó llevarme la contraria —dijo— era lo que más me gustaba y exasperaba de ti.

—Tú no decides qué puedo o qué no puedo hacer —repliqué porque sabía muy bien que se refería a mi decisión de participar para ayudar al servicio especial.

—¿Has visto la regla? —preguntó de la nada.

¿Uh?

—¿La regla? —repetí— Eso no le interesa.

Eternamente Tuya (#3) (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora