Eternamente Tuya (#3) (Completa)

Capítulo 44: El placer de volver a ti

Dedicado a:  Angela, diaz_Itzel, Hilaryroxan, alecoronel, Nubequeen, Arianna, Celeste, Andrea Mena, Yelisa Diaz, Saraí Franco, Raquel, Alma, Eve, Leonelys, Cristina, Kimberly, por estar en el en vivo de hoy, se les ama con mi pulmón, mi hígado y mi corazón.

Capítulo 44: El placer de volver a ti

...Profundizó el beso apasionado estremeciendo mi cuerpo entero, quería más, quería consumirme en su cuerpo siendo dos almas que solo existían fundiéndose en una sola.

Sus manos acariciaron los laterales de mis piernas y se escabulleron hasta dentro de mi vestido rozando los laterales de mis bragas y rompió el beso para susurrar:

—Me enloqueces con ese vestido rosa, Nube y esos tacones rojos, me tienes a tus pies.

«Como amo que me digas estas cosas».

—No te veo que estés a mi pies. —comenté con algo de sarcasmo estirando mis labios en una ligera sonrisa.

Hades besó mi cuello mientras tomaba la tela de mis bragas bajándolas lentamente, se separó un poco con su mirada fija en la mía ocasionando que mi corazón acelerara más su ritmo frenético al igual que mi respiración.

Lo deseaba demasiado.

Lo ayudé a terminar de despejarme de las bragas y las tiró a un lado, dejándome desnuda de la cintura para abajo. A continuación, Hades se arrodilló frente a mí mientras me tomaba de los pies por los tobillos y los colocó sobre sus hombros de modo que su cara quedó metida entre mis piernas y mis tacones clavándose en su espalda.

—Déjame quitarme los tacones —comenté, no quería hacerle daño clavándole la punta en la espalda.

Él alzó sus ojos dorados en esa mezcla entre el verde y el cobre, su iris más amplio mostrando el deseo entero.

—No —respondió, su aliento chocando con mis labios inferiores erizando mi piel—, no tienes idea de lo que me hace verte con los tacones puestos.

—¿Qué te hace? —jadee cuando pasó su lengua por toda mi abertura y alcé los brazos aguantándome de la cabecera del teclado sintiendo que iba a desfallecer, puse los ojos en blanco.

—Querer follarte sin piedad. —susurró Hades antes de tomarme con más fuerza de mis glúteos y entonces su boca junto con su lengua experta me hicieron gritar de la impresión y cerrar los ojos con fuerza ante semejante acción de placer oral.

«Santas vacas del sexo».

Me aguanté más duro del piano con una mano y con la otra acaricié su cabello sintiendo que iba a desfallecer, las teclas haciendo un sonido torpe y estridente mientras me retorcía sobre ellas. La verdad era que no podía con la intensa sensación de su boca, había estado acumulando las ganas que le tenía y ya sentía que mis piernas cosquilleaban al igual que el vapor caliente empezaba a subir e invadir todo mi cuerpo.

Cuando apenas uno de sus largos dedos entraron en mí y su pulgar tocó mi clítoris hinchado me arquee recibiendo mi primer orgasmo y jadee fuerte, sin importarme quién pudiera escucharme. Toda mi piel se sentía caliente, sensible y cosquillosa, mi respiración echa un desastre joder, quería más.

—Me encantas... —susurré entreabriendo los ojos, Hades me observaba con atención, probablemente notando que no tardé elementalmente nada en llegar, pero es que el deseo que le llevaba acumulado solo me hicieron estar al borde.

Él estiró sus labios mientras se levantaba de entre mis piernas, Hades parecía el pecado hecho persona, solo verlo ya me hacía querer saltarle encima otra vez.