Los norteños

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Daemon permaneció en Winterfell la noche que llegaron, pretendia solo descansar e irse en la mañana a primera hora, después de recibir la gratitud de los ñorteños por haber traído a su lady. de regreso. Vhalien fue recibida con mucho cariño y anhelo pues siempre la esperaron. Le desearon buena fortuna en las guerras por venir, aunque para ellos no la necesitaba, era el príncipe canalla, el dragón hacedor de guerras, quien estaba listo para empezar una nueva por el futuro de su familia. Asegurándole que harían todo lo posible por ayudarle a su esposa a conseguir aliados.
Daemon encargó a Alec cuidar a su lady e investigar acerca de los maestres en Winterfell, ya que Lord Cregan, no había aceptado que fueran ejecutados cómo a los de Dragonstone.

Vhalien se sintió en casa por primera vez en mucho tiempo. Ni siquiera al volver a dormir junto con Daemon se sintió así. Cómo al estar tras la habitación que le había guardado Cregan en Winterfell.
Lady Alysanne esposa de su tío, ella permaneció en Winterfell junto con el resto de sus hijos, el mayor Rickon que era el representante del guardian del norte, mientras su padre no estaba.
Al día siguiente lady Alysanne había preparado un pequeño festival, un baile donde había invitado a todos los señores de grandes casas del norte. Una especie de bienvenida a lady Vhalien.

Durante la mañana después del desayuno que llevaron a su habitación, solo una cosa rondaba su cabeza y era su vieja habitación y el reflejo de los pies de Alec por detrás de la puerta.

Alec había cumplido su deber, apenas y se le había acercado los últimos días, la miraba de vez en cuando cuando nadie le veía pero no sé había atrevido a ninguna otra cosa.
Vhalien por otro lado, sentía como que su cuerpo había guardado en su memoria su olor y todo lo que representaba a él.
Se sentía mal en ocasiones y se justificaba pensando que había pasado muchos años lejos de Daemon y que sabía perfectamente que lo primero parecido al hogar después de salir del encierro fue Alec, y por supuesto Daemon había tenido sexo con muchas prostitutas, y que el no pretendia dejar de hacerlo. Por ahora solo tenía que ver a Alec a lo lejos, disfrutar su hermosura y ese era de los más grandes placeres que tenía por ahora.

Alec, estaba junto a la puerta y entro cuando las dos damas que había enviado lady Alysanne para que la arreglaran bañaran y vistieran. Vio claramente cuando una de ellas miro a Alec con galantería antes de entrar, intento ignorar todo aquello mientras la bañaron en una tina de agua caliente, le pusieron un vestido nuevo que Cregan había comprado, y le hicieron un peinado como el que solo las ladys del norte podían llevar.
Cuando terminaron se despidieron y la dejaron sola, recordándole que su Lady la esperaba en diez minutos. Espero un par de minutos todavía en su habitación para mirarse y descubrir que le gustaba. Hace mucho tiempo no se veía tan bien, pero todo ello fue arrancado de si cuando escucho las risas de esa misma dama riendo tras la puerta.
-Es muy afortunada mi lady Vhalien, de tener a tan fuerte y apuesto cuidador - dijo ella con una risa boba - alguien debería cuidarlo a usted mi lord, alguna dama de la corte, o una dama...
Vhalien enfureció y abrió la puerta inmediatamente, para ver a la misma dama que lo había mirado con galantería y a Alec riendo con ella.
La dama se puso roja, cuando vio a lady Vhalien y se inclino ligeramente en un acto de reverencia para después irse.
Vhalien hizo una mueca de enojo.
-Se ve hermosa mi lady - dijo Alec, en voz baja. Vhalien frunció el ceño con incredulidad.
-Veo que no pierde el tiempo, ser Alec - comento, Vhalien mirándolo.
Alec la miro y sonrió.
-¿Está celosa mi lady? - pregunto. Por supuesto que lo estaba las demás mujeres ya habían notado que Alec era un hombre muy apuesto y eso le molestaba, pero no podía decirlo ella dió la vuelta para dejarlo atrás no pretendia seguir esa conversación - mi lady la amo, ninguna mujer se compara en belleza a usted en todo Westeros, si tan solo yo fuera digno de usted la tomaría ahora mismo.
Vhalien tiro de la mano de Alec,para introducirlo a su habitación con cuidado, comenzó a contar el tiempo con su boca. Él no supo que hacer, quiso correr hacia ella y besarla pero ella no lo permitió, bajo su ropa interior. Solo para acomodarse en la cama en cuartro puntos, miro a Alec esperándolo ahí abierta.
Alec quien se había negado a usar armadura, saco su miembro rápidamente y la penetro en cuatro puntos sin tocarla para no arruinar el brillante trabajo de las damas norteñas habían hecho para arreglar a su lady.

Después de eso bajaron rápidamente al evento de Lady Alysanne, quien estaba desesperada porque su esposo regresará pronto. Mientras las piernas de Vhalien debajo del vestido escurrían aún, ella se sentía lo suficientemente mal, pues era la primera vez que lo hacía con Alec estando casada con Daemon. Después se reconfortó pensando que era suficiente lealtad ayudarle a hacer una guerra a los Targaryen.
Intento dejar de pensar en ello, pues ahora debía convencer a las grandes casas del norte, que marcharán a una guerra por una mujer en el trono de hierro, y lo peor era que quien contaría la historia sería otra mujer.
En la fiesta estaban los Karstark, los Bolton, los Reed, los Glover, los Mormont, los Umber y los Manderly. Rickon Stark siempre fue muy bueno para desenvolverse en los eventos, era mucho mejor para eso que para usar la espada, por mucho que no le gustaba a Cregan.
Lady Alysanne traía un vestido color salmón y el pelo ligeramente recogido con flores. Se acercó a ella en cuanto bajo con Alec por detrás.
Lo grandes Lores de las grandes casas los saludaron con cortecia aunque no muchos de ellos estuvieran tan seguros de permanecer con los negros.
-Mi lady es un honor verla, quedan pocos Stark tan naturales - dijo Lord Anton Mormont el líder de la casa, ese era el hombre con quien,bCregan había recomendado casarme en un principio y quizá eso hubiera resultado mejor - dejeme decirle que los Mormont siempre cumplen sus juramentos y mi casa seguirá a la legitima heredera al trono la reina Rhaenyra.
Vhalien sonrió de oreja a oreja, su trabajo estaba resultando más fácil de lo que había considerado. Anton Mormont siempre había sido elogiado por su sensatez.
-Siempre dice las palabras correctas mi Lord - dijo Vhalien - tan sensato y sabio como siempre. Es un placer volver a verlo.
Mormont sonrió, su esposa frunció el ceño.
-Yo no lo sé - dijo Jojen Reed - el primer varón heredero es el rey Aegon.
Todos lo miraron.
-Los norteños, sabemos que la sangre y el apellido son más importantes. Rhaenyra Targaryen es una Targaryen digna, orgullosa y lo es mucho más que cualquier hijo de Alicent Hightower - dijo Vhalien con sentimiento.
-Es una mujer, las mujeres no heredan - repitió.
-Pense que usted era una persona muy devota a la fe de los viejos dioses, Lord Reed - dijo Alysanne.
Jojen la miro.
-Lo soy, mi lady - dijo.
-Los Targaryen han intentado mantener las religiones en Westeros, no solo la luz de los siete - dijo Vhalien - según yo recuerdo ellos son los que estipulan eso, los septons. En fin mi señor Reed supongo que está preparado para dejar su fe por los viejos dioses y jurarle lealtad a los 7, con el mando de los Hightower en Westeros la prohibición llegará pronto.
Reed hizo una mueca.
-Supongo que los árboles ancianos serán cortados mi lady - dijo Lord Mormont.
-Asi es, mi Lord.
Para el final de la noche lady Vhalien ya había bailado dos piezas con lord Mormont, una con Karion Karstark, una con Jojen Reed y dos con Robbet Glover y muchas más con sus primos. Después todos firmaron y juraron lealtad a la nueva reina Rhaenyra.
Poco a poco todos se fueron, y al final se sentó en la mesa con lady Alysanne mientras sus hijos bailaban y jugaban.
-Ser Alec, trae a las damas de la corte patas para arriba - menciono lady Alysanne.
Vhalien la miro.
-Oh, si es un gran partido - respondió tomando un trago grande de vino.
-Acompañeme a caminar mi lady - dijo Alysanne, miro a Alec detrás de ellas - ser Alec tendrá que permitirmela un momento a solas, está charla es solo de mujeres.
Vhalien acepto con la cabeza, y Alec sedio el paso. Salieron del castillo hasta los árboles ancianos.
-Ser esposa de un Lord de una gran casa, es complejo - dijo - ellos suelen tener muchas mujeres. Y nosotras debemos comprender irremediablemente - Vhalien no sabía a dónde iba esa conversación, aún así escucho - nosotras nos conformamos a veces con uno solo, para aliviar la indiferencia de nuestros esposos. A veces puede ser un hombre de nuestra guardia, nuestro cuidado personal...
Vhalien entro en pánico.
-¿Que quieres decir lady? - dijo Vhalien un poco alterada.
-Su secreto está a salvó conmigo mi lady - dijo Alysanne - veo como lo miras y como te mira él. No diré nada. Todas tenemos algo por ahí.
Vhalien la miro, entendía lo que estaba insinuando.
- Muchas gracias mi lady - dijo Vhalien un poco incómoda.
-Vengo a hacerle un regalo mi lady - dijo - el señor de la luz, escucha, sabe de la indiferencia de nuestros esposos, lo escurridizos que son los guardias. Y se pone a nuestro favor mi lady, cómo una Stark debería saber que si reza con fuerza y ofrece algo a cambio, podrá tener un niño de cada uno en su vientre.
Miro al árbol anciano que siempre había sido su dios, pensó en lady Alysanne que se había casado con su tío en nombre de los viejos dioses, y en su boca predicaba la fe del señor de la luz. Ella le sonrió, mientras con la mirada encendía en llamas un pequeño arbusto, que predio tanto, que alumbró el bosque. Una combustión de la nada que había provocado lady Alysanne con su mirada. Los guardias comenzaron a correr hacia ellas por el fuego. Mientras Vhalien se quedó viendo las llamas embobada.
Alysanne saco de entre ellos un ave en una jaula de detrás del árbol y se la tendio.
-Prueba con un ave - le dijo - deja su corazon bajo su cama y un hijo de cada uno tendrás.

El principe canalla /Daemon Targaryen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora