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Aiyana no estaba segura de que el asignarle una compañera hubiera sido una buena idea por parte de Makima, quizá lo hubiera sido sino fuera porque las habilidades de la chica no encajaban del todo con las de ella, pero al fin y al cabo sería raro encontrar a alguien que pudiera pelear en absoluta obscuridad. Por lo menos Kobeni hablaba, no recordaba cuando había tenido una conversación normal con alguien que no fuera un demonio, aunque escuchar las constantes quejas de la chica...era mejor que nada.
Llevaban siendo compañeras poco más de dos semanas, les asignaron una nueva sección de patrullaje, al parece una más cerca a la del chico motosierra porque los demonios habían comenzado a manifestarse, aunque estos eran considerablemente débiles, no olvidaba al demonio mariposa del día anterior pero es que en serio ¿alguien realmente le temía a las mariposas?
En ese momento se encontraban patrullando sobre de una azotea de un edificio abandonado, Kobeni mencionaba tener hambre y quizá antojo de un ramen que vendían no lejos de ahí. Mientras por su parte Aiyana se maldecía por olvidar sus lentes de sol; a la vez que maldecía al hombre del clima, quién había asegurado un día nublado.
—Bueno, será mejor que vayamos por ese ramen, continuaremos patrullando cuando el Sol baje— anunció Aiyana comenzando a buscar por donde bajar de aquella azotea.
Estaban por llegar al lugar cuando se dieron cuenta de que estaba fuera de su rango de patrullaje.
—No creo que sea gran problema, ¿o sí?— cuestionó Kobeni algo apenada.
—Bueno, no lo sería supongo, pero considerando que todo lo que yo hago implica un problema para Makima...sería mejor no arriesgarnos— dijo dándose vuelta para volver.
—Espera— interrumpió Kobeni—, si él problema eres tú, puedo entrar yo a comprarlos y regresar, lo comeremos en alguna otra azotea, ¿te parece?
Aiyana estaba por negar cuando su estómago hizo lo contrario. Kobeni sólo sonrió antes de continuar su camino hasta aquella tienda y dejar atrás a su compañera, quien no tuvo más opción que esperar.
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El pedazo del demonio pistola no dejaba de apuntar hacia una dirección fuera de su perímetro de patrullaje, al principio Aki pensó en dejarlo pasar y esperar a que alguien más de seguridad pública se hiciera cargo; pero considerando los pocos que ya quedaban y lo bueno que sería conseguir otra parte del demonio, decidió que ser reprendido por Makima podría valer la pena. Denji y Power ni siquiera parecieron darse cuenta de que estaban saliendo de donde tenían prohibido.
El lugar al que los llevaba era lo que parecía un gran edificio abandonado, el Sol ya estaba por ponerse cuando llegaron.
—Es probable—comenzó a decir Aki— que dentro haya un demonio poderoso, así que...
—¡Vamos allá!— gritó Power adelantándose para estar.
Denji sólo se encogió de hombros antes de seguirla.
—...estén atentos— terminó Aki para sí mismo antes de ir tras ellos.
El lugar parecía encontrase desierto, y casi en la oscuridad, alguien parecía haber trabado todas las puertas y cerrado las ventanas.
—Alguien estuvo aquí hace poco— dijo Power—. No, aquí sigue, puedo oler su sangre.
—¿Será el demonio?— cuestionó Denji.
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EFÍMERO | AKI Y TÚ
Hayran KurguAki Hayakawa planeaba seguir con lo poco que le quedaba de vida como lo había hecho hasta el momento: buscando matar al demonio pistola. La muerte de Himeno no había cambiado eso, al contrario, solo le había dado más ira. Y entonces, una chica...