Gregory no podía entender la reacción de su pareja ante la muerte de Sherlock. Ni siquiera había derramado una lágrima. Sabía que las emociones no eran el punto fuerte de Mycroft, pero tampoco podía concebir que fuera tan frío.
Ni siquiera los padres del difunto habían asistido al funeral. Los Holmes eran personas impredecibles, en realidad.
Se convirtió en el nuevo punto de apoyo de John Watson. Intentaba sacarlo de su estado de depresión, pero era en vano. El Doctor apenas si podía pensar en otra cosa que no fuera Sherlock. Sólo hablaban sobre él, acerca de lo que había acontecido en ese fatídico día.
Lestrade no podía ayudarlo a superar su pena. Él también estaba triste por la pérdida del menor de los Holmes. Nunca lo había comprendido, pero siempre intentó ser una especie de amigo del muchacho. Le agradaba, realmente lo hacía. Estaba completamente admirado de sus capacidades. Y confiaba en que algún día pudiera abrirse a la gente ordinaria. A ellos, a quienes lo rodeaban e intentaban ayudarlo a ser una persona feliz.
Porque siempre había querido eso para su amigo Sherlock Holmes. Que fuera feliz.
Sí, su amigo. Lo consideraba como tal.
Los meses pasaban con lentitud, y el Detective Inspector comenzaba a sospechar. Mycroft viajaba más de lo usual y volvía completamente exhausto, como si no durmiera nunca. Greg se preocupó cuando volvió con moretones en el cuerpo. Obviamente no podía preguntar, regla de oro.
Pero no quería tener una relación basada en mentiras y silencio. Quería respuestas y las encontraría.
Mycroft leía el periódico en la cocina. Era su único día libre del mes, puesto que tenía que salir de viaje al día siguiente, primera hora. Sonrió ante la presencia de Gregory, aunque el gesto fue minúsculo y desapareció sin dejar rastro cuando Greg se sentó frente a él y cruzó los brazos.
- ¿Podemos hablar?
- Gregory, sabes la respuesta
- Me iré si no me lo dices
Los ojos de Mycroft se oscurecieron de golpe.
- Vete entonces - replicó, con un hilo de voz
- ¿Tan poco te vale lo nuestro?
- Es lo único que me hace feliz, pero no puedo decirte absolutamente nada
- No confías en mi - dijo, levantándose y buscando su abrigo
- Me odiarás si te digo la verdad
- Te odiaré más si me ocultas las cosas
- Gregory...
- Nada, quédate con tus secretos de estado y tu sonrisa diplomática
Se fue dando un portazo. Mycroft pudo sentir como la soledad llegaba a abrazarlo e invadir su roto corazón.
Por eso odiaba las emociones. El que te importe no era una ventaja.
Y ahora le importaba, demasiado.
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All Of Me
Fiksi PenggemarNo todo es misterio y crímenes difíciles de resolver en el 221B de la calle Baker Street. Algo más está naciendo dentro de esas paredes. Algo completamente incontenible. CONTIENE: Johnlock & Mystrade, para todas las fanáticas del slash. Foto de port...