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Jackson Wang es una bestia. Estoy hablando de un tío de uno noventa y cinco y cien kilos de pura potencia, y del tipo de velocidad y precisión que le llevará a firmar un suculento contrato con un equipo de la Liga Nacional de Hockey en el fututo. Bueno, solo si la liga está dispuesta a pasar por alto todo el tiempo que pasa en el banquillo
de expulsados. Estamos en el segundo tiempo y a Braxton ya le han pitado tres penaltis; uno de ellos tiene como resultado un gol, cortesía de Tae, quien a continuación sobrepasa el banquillo de expulsados para hacerle un gesto de chulería a Jackson. Craso error, porque ahora Jackson está en el hielo y tiene hambre de venganza.

Me golpea contra la valla con tanta fuerza que sacude cada hueso de mi cuerpo, pero por suerte consigo pasar el disco y sacudo las estrellas que dan vueltas por mi cabeza a tiempo para ver a Hiseok batir, con un tiro de muñeca, al portero del St. Anthony. El marcador se ilumina y ni los gemidos y abucheos de la multitud disminuyen la sensación de victoria que corre por mis venas.

Los partidos fuera de casa nunca son tan estimulantes como los que se juegan en casa, pero yo me alimento
de la energía de la multitud, incluso cuando es negativa.

Cuando el timbre señala el final del segundo tiempo, vamos a los vestuarios ganando por 2-0 al St. Anthony. Todo el mundo está de subidón porque no nos han marcado un gol en dos tiempos, pero el entrenador Jensen no nos permite celebrarlo.

No importa que vayamos ganando, nunca nos deja olvidar lo que estamos haciendo mal.

—¡Min YoonGi! —le grita a YoonGi —. Estás dejando que el 34 te zarandee por ahí como una muñeca de trapo! Y tú —el entrenador mira a uno de nuestros defensores de degundo curso—. ¡A ti se te han escapado DOS veces! Tu trabajo consiste en ser la sombra de esos gilipollas. ¿Has visto el golpe que Taehyung ha lanzado al empezar el
segundo tiempo? Espero ese tipo de juego físico de ti, Suho. No quiero ver más cargas de cadera de gatito. ¡Dales como un león, chaval!

Cuando el entrenador se va hacia el otro extremo del vestuario para repartir más críticas, Taehyung y yo intercambiamos sonrisas. Jensen es duro que te cagas, pero es
muy bueno en su trabajo. Felicita cuando los elogios son merecidos, pero la mayoría de las veces, nos aprieta fuerte y nos hace mejores.

—Vaya hostiazo te ha dado. —Hoseok me lanza una mirada compasiva cuando me levanto la camiseta para examinar con cuidado mi lado izquierdo.

Jackson me ha golpeado pero bien y ya puedo ver cómo mi piel adquiere un tono azulado. Me va a dejar un moratón cojonudo.

—Sobreviviré —respondo con un encogimiento de hombros.

El entrenador da una palmada para señalar que es hora de volver al hielo; nos quitamos los protectores de cuchillas y formamos una línea en el túnel.

Cuando salgo al hielo, puedo sentir su mirada clavada en mí. No le busco, pero sé que si lo hago, le encontraré: mi padre, sentado en su asiento habitual en la parte superior de las gradas, su gorra de los Rangers calada hasta los ojos, los labios, apretados en una línea tensa.

El campus de St. Anthony no está demasiado lejos de, lo que significa que mi padre solo ha tenido que conducir una hora desde su casa en las afueras de Seul para llegar hasta aquí. Pero incluso si hubiéramos estado jugando a horas de allí en un partido de fin de semana durante la tormenta de nieve del siglo, también estaría en el campo. Mi viejo nunca se ppierde un partido. Kim Phil, leyenda del hockey y padre orgulloso.

Sí, ya. Y una mierda.

Yo sé muy bien que no viene a los partidos para ver jugar a su hijo. Viene a ver cómo juega una extensión de sí mismo.

A veces me pregunto qué hubiera pasado si yo fuese una puta mierda en el hielo. ¿Y si no se me diera bien patinar? ¿O disparar? ¿Y si hubiese salido escuálido como un alfiler y con la coordinación de una caja de Kleenex? ¿O si me hubiese molado el arte o la música o la ingeniería química? Probablemente le habría dado un infarto. O tal vez habría convencido a mi madre para darme en adopción.

Prohibido EnamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora