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—Así que has perdido una apuesta —dice Jimin dubitativa. 

—Sí. —Me siento en el borde de la cama y me inclino para cerrar la cremallera demi bota izquierda, evitando deliberadamente la mirada de mi compañero de piso. 

—Y ahora tienes una cita con él. 

—Ajá. —Froto uno de los laterales de la bota con mi dedo pulgar como si estuviera limpiando una mancha de la piel. 

—Una cita con Kim Seokjin. 

—Eso es. 

—Me estás tomando el pelo.Por supuesto que no. ¿Una cita con Kim Seokjin? 

Bien podría también haber anunciado que me voy a casar con Chris Hemsworth.Así que no, no culpo a Jimin por su estupefacción. Haber perdido una apuesta era la mejor excusa que se me había ocurrido y aun así es bastante floja. Ahora tengo la duda de si debería confesarle a mi amigo lo de Namjoon o no.O mejor aún, me pregunto si debo cancelar la cita por completo.No he visto a Jin desde... «el gran error»... como llamo ahora al beso. Ayer me envió un mensaje después de su examen de recuperación. 

Cinco miserables palabras: pan comido, chupado y rechupado.No voy a mentir, me puse super contento al saber que todo había ido bien, pero nolo suficientemente contento como para empezar una conversación de verdad. Decidí contestar con un simple ok. Ese era el único contacto que habíamos tenido hasta hace veinte minutos, cuando me envió un SMS, para decirme que venía de camino a casa para recogerme e ir la fiesta. 

Por lo que a mí respecta, el beso nunca existió. Nuestros labios no se tocaron y mi cuerpo no se estremeció. Él no gimió cuando mi lengua llenó su boca, y yo no gemí cuando sus labios chocaron contra ese punto sensible de mi cuello.No pasó nada de eso.Pero..., vale, si no fue así, entonces no hay razón para que me eche atrás con lo dela fiesta ahora, ¿verdad? Porque no importa lo confundido y afectado que me haya dejado el bes... «el gran error»; sigo muriéndome de ganas de tener la oportunidad dever a Nam fuera de clase. 

Aun así, no me atrevo a contarle la verdad a Jimin. Normalmente me siento tan seguro en otras áreas de mi vida: cantar, deberes, amigos... Pero cuando se trata delas relaciones con los chicos, vuelvo a ser la chico traumatizado de quince años que necesitó tres años de terapia antes de ser capaz de sentirse normal de nuevo. 

Sé que si Jimin supiera que he estado usando a Jin para llegar a Nam lo desaprobaría por completo, y ahora mismo no estoy de humor para aguantar ningún sermón. 

—Créeme, «tomar el pelo» es el segundo apellido compuesto de Jin —digo cortante—. El tío afronta la vida como si fuera un juego. 

—Y tú, Jeon Jungkook, ¿estás jugando también? —Niega con la cabeza, incrédula—. ¿Estás seguro de que no te mola nada ese chico? 

—¿Jin? ¡Qué va! —contesto de inmediato. 

Ya, ya.... Porque tú sieeeeeeempre te enrollas con chicos que NO te gustan. 

Aparto la vocecita burlona de mi cabeza. No, yo no me he enrollado con Jin.Simplemente acepté un reto.La vocecita burlona asoma otra vez: Y no sentiste absolutamente nada, ¿verdad?

 Aaaaahhh, ¿por qué no hay un botón que apague esa parte sarcástica del cerebro?Pero lo cierto es que sé que eso no borraría la verdad. SÍ sentí algo cuando nos besamos. ¿Ese hormigueo que Nam provoca en mí? Lo sentí la otra noche con Jin. Aunque son hormigueos diferentes. Las mariposas no se quedaron flotando en mi vientre... Con Jin se escaparon y revolotearon por todo mi interior, haciendo que cada centímetro de mi cuerpo palpitara de placer. Pero eso no significa nada. 

Prohibido EnamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora