Epilogo

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Mi padre espera fuera del estadio cuando el equipo sale por las puertas traseras.

Yoongi ha conseguido de alguna manera un radio cassette portátil de la vieja escuela que sostiene apoyado en un hombro mientras que el We Are the Champions de Queen prácticamente revienta los altavoces. No hay nadie a nuestro alrededor que pueda oír
el canto de la victoria salvo nosotros, la familia y los amigos que han podido venir a Busan a vernos jugar. Los aplausos estallan mientras caminamos como los campeones que somos, y varios de mis compañeros de equipo hacen exageradas reverencias como bobos antes de ir a saludar a la gente que vino a vernos.

¡Lo he conseguido, joder! A ver, ha sido un esfuerzo de equipo. No, rectifico: una
dominación de equipo, ya que por primera vez en muchos años en el partido de la Frozen Four, un equipo se queda sin marcar ni un gol. Simms no permitió que nuestros rivales le batieran. Ni una sola vez. Y parece lógico que los tres golazos por nuestra parte hayan venido de mí, Hoseok y Birdie, respectivamente.

Estoy orgulloso de mi equipo. Estoy orgulloso de mí mismo por llegar hasta aquí.

Es el final perfecto para la temporada perfecta, y todo es un poco más perfecto cuando Jungkook se acerca corriendo y se lanza a mis brazos.

—¡Oh, Dios! ¡Ha sido el mejor partido de la historia! —exclama antes de besarme
con tanta fuerza que mis labios duelen.

Sonrío a su entusiasmo.

—¿Te gustó el gesto de la pistola que hice con el dedo en tu dirección para
dedicarte el gol? Todo para ti, bebé …

Me devuelve la sonrisa.

—Siento cargarme tu burbuja, pero en realidad señalaste a un señor mayor que
había unos asientos más arriba. El tío estaba totalmente flipado y comenzó a gritar a todo el mundo que habías marcado el gol para él; y después escuché cómo le decía a su mujer que quizá tú sabías que le acababan de diagnosticar diabetes, así que no
pude decirle quién era de verdad el objetivo.

Suelto una carcajada.

—¿Por qué nada es sencillo con nosotros?

—Oye —protesta—. Es más interesante así

No puedo discutirle eso.

Por el rabillo del ojo veo a mi padre observando junto al autobús, pero no hago contacto visual con él. De hecho, me doy cuenta de que NADIE le está mirando. Ni yo, ni Jungkook, ni ninguno de mis compañeros de equipo. Hace unos meses, les conté a los chicos la verdad sobre mi padre, porque la conversación que tuve con Jungkook
sobre lo injusta que es la vida y que mi padre siga siendo adorado, no dejaba de
darme vueltas por la cabeza. Así que después de Año Nuevo, cuando uno de nuestros defensores de segundo me preguntó si podía conseguirle un autógrafo de Kim Phil , ya no pude más.

Senté a todo el equipo, entrenador incluido, y les conté todo.

No hace falta decir que fue la hostia de incómodo e intenso, pero cuando por fin saqué todo fuera, mis compañeros de equipo me demostraron que no solo soy su capitán, sino que además soy su hermano. Y ahora, cuando todos vamos andando al autobús, ni un solo par de ojos se dirige en dirección a mi padre, la super estrella.

—¿Te veo luego en el campus? —le pregunto a Jungkook.

Asiente con la cabeza.

—Sí. Mi tío Mark me lleva en coche ahora, así que debería estar allí al mismo tiempo que vosotros.

—Llámame cuando estés en casa. Te quiero, Kookie.

—Yo también te quiero.

Le planto un último beso en los labios y después me subo al autobús y me instalo en mi asiento habitual junto a Tae. Cuando la puerta se cierra y el conductor se aleja, evito mirar por la ventana para ver al hombre alto y arisco que todavía está de pie en
el aparcamiento.

Ahora ya no miro hacia atrás.

Solo miro hacia adelante.

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Llego a su fin. Agradezco a todas las personas así que llegaron hasta aquí.

Estoy pensando en adaptar el segundo libro de la saga que es la historia de Tae ( claro la adaptación sería Jinkook)
¿Qué opinan?

Nos vemos pronto ❤

Prohibido EnamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora