- Nueve meses para amarte - Mexusa Countryhumans -

13. Retando al desconocido

[Narrador omnisciente]

La mañana parecía ser tranquila, y no muy diferente a cualquier otra. México preparó del desayuno temprano, esperando a que América bajara para poder servirlo y comer juntos como ya les era costumbre; sin embargo, algo que aquel latino no había podido ignorar desde el día anterior, era la forma tan extraña en la que América había estado actuando con él.

No era como si luciera enojado o hubieran tenido una pelea, pero seguro que pasaba algo, tenía que ser así. No encontraba explicaciones o motivos, pero cosas como ser observado por aquel estadounidense a penas y se distraía, sólo para verlo apartar la mirada con prisa cuando él se daba cuenta era sospechoso.. Ame ya casi no le hablaba, pero no con el afán de ignorarlo, más bien, pareciera como si buscara la forma de decir algo, pero si él hacía el intento por acercarse, aquel estadounidense se ponía en extremo nervioso y no tardaba en encontrar la forma de escapar.

Apenas había pasado un día desde que esto comenzó, pero México ya no quería verlo así ni por un segundo más, necesitaba saber lo que estaba pasando, si había un problema quería que América confiara, y si el culpable de esta actitud había sido él mismo, entonces debía hacerlo todo para solucionarlo cuanto antes. 

Sus miradas se encontraban por segundos mientras tomaban el desayuno el uno frente al otro, apartando sus ojos apenas chocaban, y fingiendo que encontraban algo muy interesante en sus platos además de los huevos revueltos y las tostadas francesas.

- Sabes.. - México empezó a hablar, paralizando a América desde el segundo uno - Ahora que no irás a las reuniones, creí que sería bueno que comenzaras a buscar casas o algún departamento para cuando nos mudemos juntos

Por un segundo, el nerviosismo extremo del estadounidense le hizo malinterpretar las cosas, perdiendo el hilo de todo hasta que segundos después pudo recordar sus planes anteriores, tomando un poco de agua antes de asentir.

- No quiero presionarte, ni nada, sé que te quedan cosas por resolver aún, pero sería mejor que encontremos un lugar cuanto antes y puedas estar cómodo un tiempo antes de que nazca el bebé - De nuevo, el estadounidense no usó palabras, y sólo afirmó en un pequeño movimiento de cabeza

De pronto, México dejó sus cubiertos de lado, puso sus codos sobre la mesa tomando sus manos, y se quedó viendo fijo al menor en espera a que notara su mirada en él; cuando esto pasó y sus miradas al fin se encontraron, el estadounidense sintió un nudo formarse en su garganta por sólo ver aquella expresión firme y casi molesta del latino.

- Bien, ¿Me dirás que está pasando o aún esperas a que yo lo adivine? - América mordió su labios levemente, aún incapaz de responder - Escucha.. siempre he sido muy paciente, pero en cosas como esta no te dejaré escapar. Tenemos un hijo juntos, si queremos que esto funcione tendrás que aprender a decirme lo que te molesta y confiar en que voy a entenderte, lo harás por nuestra familia - Mencionó demandante como nunca solía hacerlo, haciendo al estadounidense respirar hondo

- No estoy molesto - Terminó por decir, hablando por primera vez en el día

- ¿Entonces qué es lo que ocurre? - De nuevo, la mirada de América se apartó, pensando bien en sus palabras mientras México suspiró hondo, hablando sus expresiones - Por favor.. no quiero que las cosas funcionen de esta manera entre nosotros 

- Te escuché.. - Mencionó, incapaz de ver a México de frente mientras sus mejillas se sonrojaban - Ayer, cuando desperté en el sillón, pude oírte.. creí que seguía dormido, pero cuando me abrazaste yo.. pensé que lo mejor sería no hacer nada, y entonces lo dijiste, dijiste que nos querías.. que me.. querías, a mí 

Los ojos del mexicano se abrieron como nunca antes mientras sentía que los colores se le subían al rostro, siendo esta una confesión que para nada se esperaba, tomándole algunos segundos recobrar la compostura.