- Nueve meses para amarte - Mexusa Countryhumans -

16. Frente a tus ojos

[Narrador omnisciente]

 - Despertaste antes - Mencionó el mexicano que recién iba entrando a la casa, sorprendiéndose un poco cuando se encontró al estadounidense sentado en uno de los sillones, caminando hacia él mientras dejaba en la entrada las bolsas con vegetales que acababa de comprar 

- Escuché la puerta cuando saliste, desperté y preferí quedarme abajo - Explicó de lo más tranquilo mientras el mayor pasaba al lado suyo, revolviendo un poco su cabello antes de sentarse a junto a él, haciéndolo sonrojar levemente por aquella acción

- Lamento haberte despertado

- Está bien.. preparé el desayuno ya y ahora estoy haciendo algo para el bebé - América sonreía orgulloso mientras el latino prestaba atención al pequeño par de zapatos que el estadounidense estaba tejiendo con aguja y un estambre amarillo pastel, mostrando una ilusión notable en sus ojos

- No creí que supieras hacer esto.. es increíble

- Por favor, ¿Qué te sorprende? Sabes que soy bueno con las manos - Pronunció esto con una sonrisa sugerente para hacer reír al latino

América miró por un par de segundos al mayor buscando ver qué reacción tuvo; sin embargo, la sorpresa del estadounidense fue ver como el mexicano sentado junto a él llevaba consigo un enorme ramo de flores nube que no había notado hasta ese instante.

- ¿Qué es eso? - Preguntó con los ojos bastante abiertos

- Ah, no es nada en realidad; fui a un mercado aquí cerca para comprar algo de comida, y vi esto, así que pensé que te gustarían - Cuando México le entregó aquel ramo de flores al estadounidense, él a penas logró tomarlas con bastante sorpresa mientras un tono carmín se expandía al rededor de su rostro

Sus labios de entreabrieron buscando agradecer, pero por algún motivo no logró pronunciar palara alguna. Su mirada fue de las flores hacia el latino, mirándolo como si esperara algo más, aún cuando ésto sólo paraba por su impresión.

América no podía recordar la última vez que alguien le había obsequiado flores sólo porque sí, y ahora no podía evitar preguntarse qué había pasado por la mente de aquel latino para decidir darle ese regalo, ni entender el significado de éste, si es que había alguno si quiera.

- Gracias - Pronunció cortamente con las mismas expresiones de antes, mientras que México sólo pudo sonreír, sintiendo como el pulso de su corazón se aceleraba por las mejillas rojas de América

- No tienes que agradecerme.. me has dado muchas cosas desde que nos conocemos, esto es lo mínimo que puedo hacer por ti - La mano de México comenzó a acercarse al vientre de América con lentitud, esperando algún gesto o palabra de su parte como un permiso para poder tocarlo

USA tomó la mano del latino y la puso sobre la superficie de su abdomen con aquella pancita de embarazo, y que ahora, aún usando una pijama holgada terminaba por resaltar. 

Recién estaba iniciando el segundo trimestre para América, por lo que no se distinguía movimiento aún; sin embargo, México sentía una gran paz con sólo poder acariciar la superficie de aquel vientre, acercándose cada vez más al inglés hasta que en algún punto sólo lo abrazó por la cintura, dejando que su rostro quedara recostado cerca de su vientre. América se puso bastante nervioso por ese movimiento repentino, pero sólo tuvieron que pasar algunos segundos para que México le trasmitiera aquella calma que vivía, y entendiera que todo estaba bien.

Suspiró ligeramente y sólo comenzó a acariciar el cabello de aquel mexicano que le rezaba a cada dios que conocía porque le permitiera permanecer allí por siempre; abrazando a América de forma protectora y dulce, teniendo ese suave aroma a frambuesas y ron que él desprendía de forma natural, a la vez, que sus sentimientos de añoranza y amor crecían junto a aquel bebé al que esperaba conocer pronto, para ahora tenerlos a ambos entre sus brazos.