Voz Silenciosa - Jack Conway

9. Pogo

No me importa, no me importa, no me importa, no me importa que mi padre siga vivo por que aunque sobreviviera lo único que haría es estorbar en un mundo que merece liberarse del peso que lleva encima con un ser miserable dentro de él. 

No escucho nada, muero en la incertidumbre de mi supervivencia por que tristemente la muerte era un destino que yo ya había aceptado, aunque no creí que acabara siendo de esta maldita manera, por mi padre al que por tanto tiempo Pogo me enseñó a despreciar absolutamente todo lo que había construido en mi.

Entonces me di cuenta, Pogo y yo nos habíamos vuelto una sola persona, Pogo y yo siempre habíamos sido la misma persona, solo que el era todo lo que yo me forzaba en esconder de los demás, todo aquello que mantenía en un tabú constante.

— Gustabo García.
Lo oí, mi propia voz llamándome por mi nombre.

Sentí como si me cayera de un abismo infinito fruto de una fuerza mayor, podía abrir los ojos, sin embargo, por primera vez tenía miedo de algo que yo ya conocía, por que no quería que me obligaran a vivir una vida que yo había desmerecido siempre, la única cosa buena que hice fue estar muerto de hambre solo para que Horacio pudiera comer.

Robaba manzanas, juguetes y comida preparada para alimentarle, el fue la persona a la que más amé y amo hasta el último aliento de vida. 
Ya no quería ser ese muchacho rubio ojiazul al que todo el mundo amaba por su picardía y su sonrisa por que ese hombre ya no existía, me había convertido en un ser inerte que solo se drogaba y tomaba pastillas para locos. Ya no quería vivir así, quería ser libre de un cuerpo independientemente de la gente que me amara.

Hasta ahora nadie además de mi hermano me dijo jamás que me amaba, nadie de los Ángeles se había preguntado que coño había pasado conmigo por que sin el pasamontañas y un nombre falso era escoria para la comisaría, sin saber de que en esa operación los únicos que se estaban jugando el cuello dentro de una organización era yo y Horacio.

Y los únicos que salieron gravemente heridos de esto y para toda la vida habíamos sido nosotros.

Aún sin abrir los ojos escucho una voz femenina y una risa que se me hacía demasiado conocida, era Jack, cuando me di cuenta abrí los ojos y me encontré justamente la casa en la que yo nací, ahora lo recuerdo, joder como no me pude haber dado cuenta de que Jack era mi padre.

¿Cómo no había podido recordar esto hasta ahora? Definitivamente Pogo lavó mi cerebro y limito mi memoria a pequeños detalles para que no sintiera que había huecos en blanco de mi vida que todavía no había completado y que necesitaban ser reescritos.

— Matti, cariño. —  Julia, mi madre. — Míralo Jack, como sonríe.
Que cielo de mujer, no me extraña que Jack se hubiese enamorado de ella, tenía todo el amor que a mi me falta por dentro.

Envidio a Jack, poder formar una familia era lo que yo necesitaba para encontrarme a mi mismo, para motivarme a avanzar, pero no tenía ya nada por lo que luchar, estaba acabado y esta casa donde había nacido se había convertido en mi lecho de muerte antes del renacimiento.
— Sonríe cuando te ve, Jack, le gustas.
— Nunca creí que pudiera amar a un ser humano de vuelta.
Julia rió después de que Papá le diese un beso en la mejilla, el le devolvió una lágrima de alegría acompañada de una enorme sonrisa fruncida por la emoción.
— Sois lo mejor que me ha pasado en la vida.

Julia besó a Jack, ¿Esto pasó de verdad? ¿Jack me quiso tanto? ¿En realidad merecía la pena morir y hacer sufrir a mi única razón para seguir adelante?

Todas esas preguntas pasaron por mi mente, estaba entrando en colapso de nuevo pero en un lugar acertado por que Pogo iba a decidir si vivía o moría. El estaba con la cabeza agachada y con la barbilla apoyada en su propia clavícula, mantenía una pequeña sonrisa y sentí que lo único que quería hacer era hablarle a mi padre. 
Absorbí aire con dificultad por la ansiedad que me hacía sentir ver a un Jack feliz a mi lado, desde este momento sé que merece la pena una segunda oportunidad de vivir, de saborear la vida junto a esa persona que fue feliz a mi lado. Y lo único que podía hacer era asegurar que todo se volvería a repetir de la misma forma en la que había ocurrido.

— ¿Has acabado? Siéntate.
Los miré por última vez antes de darles la espalda y obedecí las ordenes que Pogo me había dado, esto se podía negociar, había esperanza de enmendar mis errores, aunque luego me avergonzara de ello, quería volver.

— Quiero volver.
— ¿Quieres volver o quieres que desaparezca?
Hasta ahora creí que yo era el sistema central de mi cuerpo, que yo manejaba mi vida y que yo era el personaje principal de mi propia historia, ahora me doy cuenta de que todo este tiempo Pogo había estado manipulando al que todos llamaban manipulador

— ¿Ahora eres mudo? ¿Somos mudos?
Negué con la cabeza y abrí la boca por segunda vez.
— Quiero volver y dejarte atrás, Pogo.

Su rostro se mostró molesto aunque pícaro por que su personalidad tenía la naturaleza de ser manipuladora, morbosa y psicópata. Estaba tenso por que sabía que no podía curarme sin afectar a mi entorno y a la persona que más amo en este mundo y a la que antes odiaba.

— Negociemos esto.
—Tiene sentido.
— Si te dejo libre voy a llevarme a Jack por delante antes.

No me lo perdonaría nunca, siquiera me lo pensé dos veces, mi expresión hablaba por si sola, entonces antes de que dijera nada Pogo intentó arreglarlo de una mejor manera, de una mucha más divertida para el.

— No lo voy a matar, me voy a meter en su cabeza.
— No, no acepto, solo devuélveme.

Pogo empezó a reír descontroladamente, sin control, una risa escalofriante que hizo que me asustara de sobremanera, me levanté y di pasos hacia atrás, toda la casa se empezaba a desfigurar a medida en la que Pogo se iba tranquilizando, todo se estaba tornando negro, podía escuchar voces, entre ellas la de Gordon.

Lo único que quedaba visible, curiosamente era el cuerpo del Jack del pasado y un impulso hizo que todo cambiara, entonces entendí, entendí que yo mismo era el que había hecho que me reencontrara con mi padre en la maldita comisaría.

— JACK, TE NECESITO ¡BUSCAME EN EL FUTURO!

Por eso, justamente por eso Jack me ayudó y no me dejó marchar de la policía, por que sabía que el que le gritó aquella vez había sido aquel chico que había conocido por una denuncia y impertinencia tremenda. Por que si, era demasiado impertinente por que no había tenido a nadie que me llamara pesado, gilipollas y imbécil hasta que me encontró.

— Estas aquí, Gustabo... Te encontré.