En el coche estuve intentando mejorar el humor de mi hijo, sin embargo no era variable en absoluto, solo se encerraba en si mismo y permanecía en silencio como si algo perturbara su cabeza sin parar, a menudo hacía gestos de molestia, estaba escuchando cosas que yo no podía.
Giró su cabeza al GPS del coche con manos sudorosas, estaba temblando como si algo lo estuviera aterrorizando, su pupila estaba de todo menos dilatada y su mirada estaba quebrantada del todo, hasta se desviaba un poco del carril, pero estábamos a segundos del aparcamiento.
— ¿Las voces? ¿Quieres que conduzca yo cuando salgas de la farmacia?
El no quiso hablar en absoluto, solo asintió mientras apretaba sus labios, estaba perdiendo el control de si mismo, Pogo intentaba tomar lugar y conversar pero Gustabo lo retenía en su interior, estaba aterrorizado, uno nunca puede acostumbrarse a tener un demonio dentro suyo, ¿No es así?
En mi mente intentaba descifrar cada cosa que le pasaba a mi hijo, pero era muy difícil de comprender, tanto que seguramente Gustabo tampoco lograba hacerlo del todo y era él el que sufría en sus carnes. Según yo Gustabo llevaba aquí meses, había vivido muchos años encerrado en una caravana después del psiquiátrico, se suponía que estaba "curado", pero no quiso entablar relación conmigo ni con nadie, siquiera con Horacio. Mi yo de ese momento tenía la esperanza de que hubiese tenido el apoyo de su amigo, sin embargo no fue así ni de lejos, la persona que Gustabo menos quería tener al lado en estos momentos era a Horacio.
Aparcó en frente de la farmacia, cuando soltó el volante estaba rebuscando entre los compartimentos del coche urgentemente, quise ayudarlo.
— ¿Hijo? ¿Qué buscas? Mírame. — Cuando me miró vi la sombra que había dentro suyo, habló como si se estuviera atragantando con algo.
— Dinero me- metálico. — Saqué de mi billetera 50 dólares, el los agarró con urgencia y abrió la puerta del coche, dudé de acompañarlo. — Acompáñame, no se si voy a llegar de pie.
El solo pidió la ayuda mientras caminaba al rededor del coche apoyándose en el como si fuera un bastón, cuando salí se apoyó en mi hombro jadeante, lo ayudé a caminar hasta el mostrador, luego el se aguantó solo en la barra de la farmacia mientras le mostraba el billete de cincuenta dólares que le había regalado para hacerle una ayuda.
— Dame lo que hay en la receta y un diace. Pam — Decía como si se estuviera ahogando, froté su espalda. La señora fue corriendo a los armarios y fue abriendo los dos botes, adivinó que era para tomarlos en el momento. — Tres pastillas del antipsicótico.
— Eso es mucho.
— Hágame caso, por favor. — La mujer puso las 3 pastillas encima de la mano de Gustabo, iba a por un vaso de agua pero Gustabo se las tragó en el momento, antes de taparse la cara como si estuviera en el clímax de su condición
La farmacéutica estaba a punto de llamar a emergencias al ver a Gustabo en tan mal estado, sin embargo sabía que si lo encontraban en este estado iba a volver al centro, no lo iba a permitir así que intenté defender a mi hijo como pude.
— No llame al 911, soy su padre, esto ya pasó muchas veces señorita, no hay nada de lo que deba preocuparse. — Mi personalidad habia cambiado a una un poco más dócil estos últimos años, ¿Era la vejez?
La señorita colgó acatando mi orden, Gustabo tomó mi mano, la apretó con todas sus fuerzas, me estaba clavando las uñas, cuando vi su rostro, definitivamente no era el.
— Quédese con el cambio, vamos. — Lo tomé de la cintura mientras caminaba a la salida, estaba abrochándole el cinturón cuando noté como metía la mano encima detrás de su pantalón, iba a sacar la pistola, Pogo me recordaba perfectamente.
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Voz Silenciosa - Jack Conway
Fanfiction1# Suspense ¿Qué hubiera pasado si Jack realmente se hubiera reencontrado con su hijo un año antes de su muerte? ¿Cambiaría algo? ¿O solo empeoraría? Conway intenta encontrar una manera de pasar tiempo con su hijo pero, ¿Y si el amor no es suficient...