G U S T A B O P O I N T O F V I E W
Estoy sereno, estoy listo para encontrarle aunque mis pies quieran rendirse, siento que cada vez estoy más cerca de volverte a ver, vivo o muerto. Mis ojos estan cansados, son las ocho de la tarde y actualmente me estaba hospedando en un motel de mala muerte en la zona rupestre de Inglaterra, a unos cien kilómetros de Londres, Pogo me ha llevado hasta aquí convenciéndome de que esto nos ayudaría a estar seguros ante cualquier amenaza inminente, al menos la policía nos dejaría en paz.
Habían pasado un poco más de dos semanas desde que decidí convertirme en un traidor y un fugitivo de la justicia, no traigo teléfono y no he tenido contacto con Horacio en todo lo que llevo viviendo en la calle ya que hasta hace dos días, había estado durmiendo viendo las estrellas, como hacía años atrás, cuando Horacio y yo tan solo éramos niños, solo que ahora estaba yo solo, contra todo lo que se me venía encima.
He cruzado montes, caminado carreteras, avenidas, he gritado su nombre, he recorrido cada playa del norte de Londres sin ninguna respuesta, no puedo negar que tenía miedo, tenía miedo de no llegar a tiempo, de que estuviera muerto, si eso ocurriese, me vendería al puto diablo y me dejaría matar, no lo soportaría.
Estoy intentando dormir, hace frío, después de todo cuando me fui de casa no tenía mi dinero así que me vi obligado a ejercer delincuencia para obtenerlo, lo único que me había salvado era un billete de cien que había en el interior de una cartera, con él, me pude pagar una habitación de dos estrellas llena de polvo y cucarachas y sin calefacción en medio de las montañas nevadas, tenía frío pero era mejor que dormir en un banco entre cartones.
Seguramente la gente que me viera, se preguntaría que le había pasado a un chico rubio de ojos azules, guapísimo para acabar de esta manera, pero no yo sabía responder esa pregunta.
Habían demasiadas razones.
— Buenas noches, Gustabo.
Escuché a Pogo, el es el único con el que pude comunicarme hoy, el único dispuesto a escucharme, ahora que teníamos tiempo para hacernos caso, nuestra relación era más estrecha, aunque fuera extraño, estaba hablando conmigo mismo.
— Buenas noches, Pogo.
Por primera vez en mucho tiempo, había silencio en mi cabeza, nada más que mi padre me preocupaba pero me tranquilizaba el simple hecho de no haber recibido noticias sobre su cuerpo, por que eso significaría, que no estaba muerto.
Me reconcome el cerebro lo que ha sucedido con Volkov, sabía que a partir de ahora cualquier perdón era imposible, pero para cuando me tocase volver a verlos, yo ya habría escapado con mi padre a Los Santos de nuevo, el me protegería de la justicia y de mi mismo.
Me estaba durmiendo cuando escuché ruido en el exterior de la habitación, primero supuse que era el gerente del motel pero luego dudé de mi mismo tanto que me había forzado a abrir los ojos y notar las dos manchas de sombra debajo de la puerta, seguido del ruido que hacía la cerradura cuando alguien le insertaba una llave.
En ese momento, todos mis sentidos se agudizaron y silenciosamente me estiré sobre la cama para llegar a la mesa de noche en la que guardaba la pistola que le robé a Gordon y tras poner la manta que cubría la cama bajo las sábanas haciendo bulto me escondí debajo de la polvorienta cama, la sombra del sujeto reflejaba sobre las cortinas azules del motel, cuando vi esa sombra, me pareció ver una maldita revelación.— Atrápalo y destrúyelo.
Eso estaba dispuesto a hacer, pero si salía de esta, no sabía donde iba a meterme.
Apretaba la pistola entre mis manos mientras me metía aún más al fondo de la cama para evitar que me viese tan fácilmente al entrar. Cuando la puerta se abrió algo de mi tembló con tanta intensidad que hizo que cerrara los ojos con fuerza, por que aquel hombre rubio, fue el hombre al que estuve buscando por tanto tiempo, al único hombre que recuerdo del mes en el que estuve ausente por culpa de Pogo.
Se acercó a la cama y destapó las sábanas, gruñó en una frustración bastante notoria, estaba a punto de decir algo pero cuando se dió la vuelta directo a revisar el interior del armario, me arrastré desde la parte baja de la cama vertiginosamente, apuntándole en la cabeza con la pistola. Hizo el amago de girarse y apuntarme, pero retrocedió, elevando ambas manos en señal de sumisión.
— Deja el arma en el suelo y hablemos como hombres, Gambino.
— ¿Después lo harás tú?
Me mantuve en silencio, por supuesto, no iba a desarmarme después de todo, el era el que había invadido mi espacio para arrancarme la cabeza ¿No es así?
El supo que mi silencio no era para nada afirmativo, así que soltó la pistola en el suelo, se veía tranquilo, aunque estaba extrañamente pálido a como yo lo recordaba, quizás mis recuerdos se habían nublado a este punto.
— Toni...
— Gus.
Parecía extrañamente relajado y eso hacía que mis niveles de paciencia se desmoronasen casi por completo, pero me contuve, contuve la bomba de relojería en el interior de mi cuerpo.
— Pierdo la paciencia muy rápido, Gambino. — El esbozó una sonrisa burlesca, cuando lo hizo pude notar por su lenguaje corporal que en verdad, si estaba nervioso.
— ¿Qué quieres saber?
— ¿Dónde esta mi padre?
El miró hacia ambos lados y luego fijó su mirada en mi, buscaba hacerme daño pero, no iba a ser tan fácil como el esperara que fuera matarme a sangre fría, sabía perfectamente que Toni no era más que un niño mal influenciado por su hermano al que alguna vez llamó héroe.
— Muerto.
— Que mala suerte, fíjate que no te estoy creyendo, italiano.— Apreté aún más la pistola entre mis dos manos, aunque me hubiera mostrado seguro delante de el, por dentro dudaba de que esa palabra fuera una verdad que me iba a costar la vida. — Me parece que te vas a tener que inventar algo mejor.
El empezó a reírse, su rostro reflejaba la malicia en estado puro, como si tuviera la herramienta perfecta para hacer caer la torre de la que me estaba sujetando, la herramienta perfecta para hacerme caer de nuevo.
— No soy de ese tipo de criminales, no necesito mostrarte el cuerpo de tu padre delante de la puerta de tu casa para hacerte sufrir. — Tony se dió la vuelta y se sentó en la silla del escritorio, teníamos que tener una larga conversación. — Baja el arma y dialoguemos.
T O N I P O I N T O F V I E W
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Voz Silenciosa - Jack Conway
Fiksi Penggemar1# Suspense ¿Qué hubiera pasado si Jack realmente se hubiera reencontrado con su hijo un año antes de su muerte? ¿Cambiaría algo? ¿O solo empeoraría? Conway intenta encontrar una manera de pasar tiempo con su hijo pero, ¿Y si el amor no es suficient...