Capitulo 13

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—¡Estefany! ¡Estefany!

Esa voz me despertó de mi sueño, ¡ohh Dioss me duele mi mano!.

Volteo y miro que darla está dormida dándome la espalda.

—¡Estefany! ¡Estefany!

—Voy—Respondo y me levanto de la cama.

Voy y abro la puerta,

—¡Que estabas haciendo, porque no me respondías llevo media hora llamándote!—Dice mi madre muy enojada.

—Nos quedamos dormidas, solo eso.

Por la cara de mi madre pude notar que estaba enojada, tenía una expresión totalmente desagradable.

—Es tarde, despierta la y dile que se vaya,—ordena y se da la vuelta para irse.

—¡Pero si está dormida mama!—respondo tratando de hacerla entrar en razón.

—¡No me interesa, la despiertas tu o lo hago yo!

—Pues no lo voy hacer, no la voy a despertar—dije retadora.

cerré la puerta de la habitación, y me puse enfrente de ella,

—No quiero que esté aquí y punto.

—Pero no entiendo nada, dime qué te ha hecho, desde que la vistes la tratas y la miras tan mal. Ell nisiquiera se mete contigo—grité.

Pude escuchar la voz de darla.

abrí la puerta de inmediato.

—Esta bien ya me voy señora—Dice ella saliendo de la habitación.

—No tienes porque hacerlo—le digo mirando sus ojos.

—Ya no quiero causar más discusiones, —Dice y mira a mi madre.

—Hasta mañana señora.

Es lo último que dice y camina.

fulmino a mi madre con la mirada y voy de tras de  Darla.

—¡Ey!— la llamo y ella voltea

—No tienes porque irte Darla, —le digo y hago una mueca de tristeza.

—No quiero causarte más problemas,—dice ella, y me regala una sonrisa.

Abre la puerta y sale de la casa.

No quiero que se vaya, es peligroso, no puedo permitir eso.—Me digo a mi misma.

salgo nuevamente tras ella le agarro la mano y la volteo, la jalo fuerte y su cabeza pega con pecho, la abrazo y ella corresponde.

—¡Quedate conmigo porfavor! ¡¡No te vayas!!

Pude sentir que al momento de decirle eso, ella me abrazo mucho más fuerte, —Se despegó de mi.

—No me iré, No lo haré,

La miro a los ojos, luego a los labios y la beso, con locura y con amor.
Despego mis labios de los de ella y por último le planto un beso pequeño.

—¿A dónde iremos?— pregunta.

—A un lugar donde solo seamos tu, yo y las estrellas.

—Al Mirador ? Pregunta nuevamente,

—¡Si!—respondí—Ahora ven, vamos antes de que se haga más tarde.

La agarro de la Mano y empezamos a caminar.

Cada que puedo la veo de reojo y puedo ver qué su mirada está totalmente apagada.

—Darla.

—Dime, —Responde ella

—¡Corre!.

Sin saber cuál iba a ser su reacción y salí corriendo, tenía miedo de que no me siguiera pero cuando volteo ella viene corriendo.

—¡Muy lenta!—Me dice y me rebasa.

Una carcajada sale de mi sigo corriendo, corrimos y corrimos.

No me gusta correr, pero por ella haría esto una y mil veces con tal de verla feliz.

Pasamos aquella Colina, de la otra vez y llegamos a la banca

—Estoy agotada—digo con la respiración entre cortada. Y me siento en la banca.

Ella hace lo mismo y me queda mirando

—¡Te hace falta más entrenamiento!—Dice eso y se ríe.

Sonrío igual que ella.

—La luna, está muy linda hoy!— Dice ella mirando al cielo.

—Linda igual que tú,

Ella sonríe enseguida, me mira y planta un beso en la mejilla.

Se acuesta en la banca y pone su cabeza en mi piernas.

—Me gusta estar contigo, dice ella.

—Y a mi igual,

Y de nuevo ahí está aquel silencio, ese silencio que trasmite paz y tranquilidad.

Ninguna de las dos decía algo, pero de lo que si estoy segura, es que estabamos comodas ahí, solo ella, las estrellas y yo.

—Donde dormiremos—pregunta y se levanta de mis piernas.

—En este momento no me importa dónde dormiremos, si no con quién dormiré.

Una sonrisa de ambas partes y un abrazo genuino.

—Vayamos a mi casa,— propone ella.

—Esta bien vayamos,

Nos levantamos de la banca, le agarré la mano,  y caminamos juntas,

Llegamos a su casa y ella, buscó debajo de la planta y sacó la llave, entramos y todo estaba apagado, no había nadie.

—Vamos a mi habitación, dijo.

Solo asentí y la seguí.

Entramos y ¡vaya! Es muy amplia, y hay mucho color rosa por todos lados, me fijo en la cama y sus almohadas, son de unicornio.

—¿Te gustan?—dice ella y me tira una almohada.

—Me gustas tu—digo sin pensar y ella solo rie.

La Historia Que Nunca Tuvimos [ Borrador ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora