Capitulo 40

37 18 0
                                    

Subo a la habitación y empiezo a leer la carta.

Ey, te dije que no te le acercaras, te lo advertí muchas veces, y mira lo que me tocó hacer por tu culpa, ella está en un hospital, ahora y todo por tu culpa, si te le acercas está vez será mucho peor, y no la volverás a ver.

Cuida lo que haces porque yo no estoy jugando, y tú me estás tomando como un juego, la próxima será peor, y luego de eso puede que ya no haya una próxima, porque ella no estará.

Cuídate y cuídala.

Termino de leer y tengo los pelos de punta, eso quiere decir que la próxima vez la matará.

Empiezo a llorar y no puedo creer nada de esto.

Solo de pensar que ella está en un hospital me hace sentir tan Miserable, todo por mi culpa y por no hacer caso.

Empiezo a llorar.

Necesito una solución para todo esto.

Llamo a mi padre y él me da varias soluciones, pero hay una de ellas que me gustó más.

—Está bien, ahorita mismo empiezo a buscar todo. ¿Pero estás segura?

—Si por favor, Es la única solución.

Mi padre asiente, y se pone en marcha.

Esto es lo único que puedo hacer por ti y por mí, ya no quiero hacerte más daño princesa, No quiero.

NARRA ESTEFANY

Mi cuerpo duele mucho.

—¡Mama!

—¿Qué pasa hija? Llega corriendo, al igual que mi padre.

—¿Llamaste a Darla?

Un Silencio y una mirada entre ellos.

—Si hija, pero no contesta las llamadas, — responde mi padre.

—Ray, llama a Ray el sí va a contestar.

—Descansa hija, te tienes que reposar.

—Llama mamá llama, por favor, necesito saber de ella.

—No lo haremos Estefany, no seas terca y descansa, —Responde mi madre enojada y solo sale del cuarto.

Quedo mirando a Estefan, pero este tampoco dice nada y solamente sale de la habitación.

3:30 de la mañana y no puedo dormir, he vomitado mucho y mi cuerpo duele más de lo normal, mis ojos lloran por qué el dolor es muy fuerte.

Me levanto de la cama y voy al baño.

—Agss— un quejido se escapa de mis labios, y me tocó el estómago cuando me miro las manos veo que me está sangrando, al parecer se me reventaron los puntos.

—¡Mama! —Grito tan fuerte como puedo.

Y al hacer fuerza mi estómago duele y bota mucha más sangre.

Mi madre llega corriendo y yo estoy tirada en el piso del baño con muchísima sangre al rededor.

—Estefan, ven corre, se está desangrando.

—Toma las llaves y prende el auto Elizabeth.

Mi madre sale del cuarto.

Y yo estoy tirada en el piso mi padre presiona la herida para que no salga más sangre, pero es en vano porque sigo botando mucha más sangre.

Mi padre me toma de brazos, y está tan desesperado lo puedo sentir, corre conmigo de brazo hasta llegar al cuarto

—Abre la puta puerta Elizabeth, —grita mi padre.

Mi madre abre la puerta, y me montan en el carro, mi padre sube y mi madre de copiloto, Estefan empieza a manejar muy rápido y mi madre ve a tras cada que me quedo callada.

—Háblame hija háblame, no te quedes callada por favor. —Grita mi padre.

Intento hablar, pero es estúpido mi cuerpo parece no reaccionar a nada.

Llegamos al hospital, Estefan me toma en brazos y me saca del auto.

Entramos al hospital y mi padre empieza a gritar muy duro.

—Una maldita camilla, mi hija se desangra, y a ustedes parece no importarles.

Luego de unos minutos llegan varios enfermeros con una camilla, me montan ahí y me llevan a urgencias.

Mi padre va al lado de la camilla agarrando mi mano.

—Todo va a estar bien mi cielo, todo estará bien.

No dejan ingresar a mi padre.

Me ponen un tubo para respirar, y no recuerdo más.

—Pero ya está bien, pudimos parar la hemorragia interna, uno de los puntos que le tomamos por dentro se reventó—Escucho decir a la enfermera.

Intento levantarme, pero no puedo, aún tengo esa cosa para respirar.

Mi madre se da cuenta de que estoy despierta, y va a dónde mi.

—Cariño, oh cariño estás bien, ya pasó todo.

Intento hablar, pero no puedo, me siento demasiado cansada.

—Está bien cariño, no te esfuerces, tienes que descansar.

Entra mi padre a la habitación y apenas me ve viene dónde mi y me abraza fuerte, muevo mi brazo y le acaricio el cabello.

—Que dijo la doctora. Pregunta él mirando a mi madre.

—Tendrá que quedarse aquí por lo menos una semana, está muy mal.

Mi padre me queda mirando y se pone las manos en la cabeza en forma de desespero.

Es como si pudiera sentir su frustración.

Ambos salen del cuarto para hablar afuera.

Quedo mirando a la ventana y solo se ve el cielo muy azul y no hay más nada.

Mis pensamientos de repente empiezan a recordar a Darla, y quiero abrazarla y decirle cuanto la amo, no he sabido nada de ella desde hace 2 días, y mis padres tampoco la han llamado, estoy segura de eso.

La necesito, ahora la necesito más que nunca.

La Historia Que Nunca Tuvimos [ Borrador ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora