Capitulo 21

69 29 1
                                    

Correr junto con ella es una de las cosas que más disfruto cuando está a mi lado.

Terminamos de correr, cuando estábamos ya bastante lejos de aquella casa, ella para y me queda mirando.

-¡Pense que yo era la loca! -Dice ella y ríe.

-Pues ya somos dos, respondo- y le guiño el ojo.

Seguimos caminando y las calles ya se estaban quedando solas.

-Ya es tarde-dice ella y me mira.

-Es cierto, vayamos a casa, respondo.

la agarro de la mano para seguir caminando.

El camino estuvo muy entretenido, entre chistes, risas, y silencio.

Después de tanto llegamos a A mi casa, abrí la puerta y ¡vaya sorpresa!

-¿¡Que haces aquí!? Pregunto mirándolo fijamente.

-Está hablando conmigo Responde mi madre.

¿Que hace el portero en mi casa? ¿Acaso y se conocían? ¿porque nunca me lo habían dicho?.

Esas y cientos de preguntas más estaban en mi cabeza y ninguna tenia solución.

-¿Que hace ella aqui?-dice mi madre señalando a darla que está a mi lado.

-Dormirá conmigo hoy, respondo.

-En mi casa no es bienvenida.

Dice esto pero la verdad no me sorprendo.

-¡O duerme conmigo aquí y o me voy con ella.! Respondo.

Esta no dice nada solo se queda mirando a Darla, El portero está muy tranquilo y no se inmuta en hacer o decir algo.

-Vamos Eduard.

dice mi madre y se levanta del sofá en dónde está y camina a la puerta, este no dice nada y va detrás de ella.

-¿Acaso ese no era el portero?-pregunta darla

Asiento a su pregunta y me siento en el sofá ella lo hace igual, y me pierdo en mis pensamientos.

-¡No sabía que se llamaba Eduard! -Dice Darla y me saca de mis pensamientos.

-Ni yo-Respondo y pongo mis manos en mi rostro.

Un silencio entre nosotras se hace, y cada vez siento que mi madre me esconde muchas más cosas.

-¡Ey! -Dice darla y me mira.

-¿Que pasó enana?-Respondo.

-Vayamos a un lugar más solo.

-Está bien, vamos mi habitación.

Me levanto de allí y ella igual y nos dirigimos al cuarto, ahí yo me acuesto en la cama, ella cierra la puerta se acuesta a mi lado y ponen su cabeza en mi pecho.

-Todo va a estar bien,- dice.

-Estoy empezando a dudar de eso, cada vez son más preguntas y no tengo respuestas para ninguna de ellas, cada vez la duda se hace mucho más fuerte.-Respondí.

-No se que hacer o que decir, pero aquí estaré por si necesitas compañia, es lo único que te puedo ofrecer, lo siento-Dice ella y se sienta en la cama.

-No te preocupes enana, tu no tienes la culpa-Respondí.

Un silencio se formó entre nosotras.

-En mi vida tu eres lo único que está bien,-La miro, y le dedico una sonrisa.

Me siento a su lado y la abrazo, Ella hace lo mismo

Un abrazo cálido, estoy tan cómoda en sus brazos que si fuera por mí me quedaría ahí para siempre, su sola existencia le trae paz a mi vida, ella es mi Mar en calma.

-¡Gracias enana!-Digo

-¿Porque?-pregunta.

-Por calmar el Mar de pensamientos que hay en mi mente, y hacer que este ya no tenga olas tan Fuertes.

Solo sonríe y deja un beso en mi frente.

-Tu le das paz y tranquilidad a mi vida Darla, -volteo mi cara la quedo mirando-Por favor no te vayas, porque si te vas, te llevaras una parte de mi contigo y sentiré un vacío inmenso, recuerda que tú eres la pieza que le hace falta a mi rompecabezas.
Lo

-No me iré, no tengo porque hacerlo -Acaricia mi rostro y continua-Desde que llegastes tu, todo en mi vida cobró sentido, lo que antes era gris, ahora tiene colores.

Una sonrisa y un pequeño beso que dejé en su labios.

Nos acostamos en la cama y estuvimos hablando, de galaxias, vida en otros planetas, y cosas totalmente sub reales.

Una carcajada salió de ella.

-O quizás Haya un imán que atrae todo al fondo del mar, -Dice ella.

-Pues no tiene coherencia,-respondo, ya que ¿quien habría puesto un imán al fondo del mar y con que objetivo?.

-Pues eso es lo que lo hace interesante, dice ella y no puedo evitar reír ante tu comentario

-¿Y las sirenas? Pregunto.

-¡No lo sé! Pero si pudiera ser un animal mitológico sería un unicornio, de preferencia rosadito, y con un cuerno morado.

No puedo evitar reír mucho más fuerte, y me queda mirando y hace un puchero.

-No me da risa, ¿pero te imaginas que yo fuera un unicornio rosadito? -pregunta ella.

-Si lo imagino, pero me gustarias más su fueras uno rojo.

-¡Nooo! Rojo no, -Ni que me estuviera quemando o yo que se.

Otra vez suelto una risa, y está chica que si que me encanta, es tan rara pero tan única.

-Pues a mí me gustaría ser una sirena,

-¿Y de que color serías? Pregunta curiosa.

-Noo espera ya sé, una sirena roja,-Dice.

No puedo evitar reír con cada palabra que ella dice.

-¡Pues no! Sería una sirena azul.

-¿Azul? -pregunta nuevamente.

-Si azul, porque así me puedo mezclar con el Mar y nadie me vería,

-Tiene lógica.

Ambas empezamos a reír, y así estuvimos hablando hasta que nos quedamos dormidas

La Historia Que Nunca Tuvimos [ Borrador ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora