Sentimientos (Un fanfic Bluey X Mackenzie)

Una noche inolvidable

Mackenzie continuaba besando a Bluey.

-Oh Mackenzie! se siente tan bien! No quiero que te detengas! Está noche será inolvidable para los dos.-

Mackenzie se sonrojó. Él la amaba más que a nada en el mundo. Estaba dispuesto a entregarse en cuerpo y alma a su alma gemela.

Entonces ellos se fundieron en un abrazo fuerte. Bluey se estremecía de la emoción, era algo que nunca había experimentado. Sentimientos fluían en su mente y en su cuerpo.

Era una sensación extracorporea. Mackenzie era suyo.

Como Dos piezas de un rompecabezas que encajan, así era como se sentían los dos.

Mackenzie la besó mientras que con su mano recorría su cuerpo lentamente. Sólo se detuvo un instante para poder grabar en su memoria cada sensación, cada sentimiento de lo que experimentaba al estar con su Bluey.

Bluey entonces tomó a Mackenzie y lo puso de espaldas a la cama.

Agarró con fuerza a Mackenzie y se preparó para unir su cuerpo, su alma y sus emociones con los de Mackenzie

-Mackenzie! Te amo con toda mi alma, eres lo mejor que me ha pasado en la vida.-dijo Bluey.

-Bluey yo también te amo con gran intensidad! Puedo decir sin temor a equivocarme que yo soy tuyo y de nadie más!- dijo Mackenzie mientras besaba a Bluey

Al otro lado de la calle, en el edificio donde estaba viendo Donatella a los ahora esposos.

-Eres un maldito desgraciado Mackenzie! Debía ser yo quien estuviera ahí!- gruñó Donatella.

Aunque estaba totalmente fuera de sí, Donatella no pudo evitar empezar a tocarse. Su mente la llevó a imaginar un escenario en donde estaba con Bluey, donde besaba esos tiernos y suaves labios.

Donde recorría su cuerpo lentamente hasta llegar a su intimidad y Bluey le correspondía. Imitando lo que ella hacia.

Una hora más tarde, Donatella decidió irse lejos.

"Me vengare Mackenzie! Haré que Bluey sea mía! Pero primero tendré que deshacerme de cualquier obstáculo!"

Con esto en mente empezó a preparar su  retorcido plan para tener a Bluey para ella sola, algo que requeriría de mucho esfuerzo y talvez tiempo. Pero estaba segura de lo que planeaba.

Nada ni nadie podría evitar que Bluey fuera suya.

Con este último pensamiento se marchó mientras se reía como alguien que hace mucho había perdido todo atisbo de cordura