capítulo uno

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  Presionaste el plumón que tenías sobre tu mano, observando de nuevo que lo decía el portapapeles que estabas sosteniendo.

  Había pasado mucho tiempo después de que Raimon ganará el torneo mundial de fútbol, fue una etapa que jamás olvidaría por nada en el mundo, además de la sensación que sentiste en el momento después de cumplir aquella promesa de tu padre. Lamentablemente todo el fútbol actual había cambiado por completo actualmente, y ya nada es como era antes.

  A tus veintidós años ya habías madurado por completo, tus cabellos cortos ondulados de color rubio, hacían que tus facciones de vieran aún más maduras que antes, tu vestimenta igualmente había cambiado por completo.

  Una vez que habías salido del instituto Raimon, tu abuela pensó que la mejor decisión que tomaría al respecto contigo sería el de cambiarte de continente. Así que una vez que iniciaste con la preparatoria te habías mudado a Estados Unidos, con la aprobación de tu madre quién se encontraba como responsable, pero cuando terminaste tus estudios regresaste a Japón para seguir visitando a tu familia y así no perder el contacto con todos tus amigos.

  Una vez que habías dejado Japón te sentiste incompleta porque allí habías dejado unos buenos recuerdos, los cuales fueron importantes para ti, por lo que hace apenas unos cuantos meses que habías regresado de nuevo, justo después de haber terminado de terminar tus estudios.

  Las cosas habían cambiado demasiado ahora y aunque fue difícil para ti acostumbrarte a tu madre, finalmente lo habías conseguido después de todo lo que había sucedido con anterioridad. Podías ver a Kasumi como a una madre, igual que Kudou, Hanan y Fuyuka, como la familia que siempre necesitaste.

  Pero incluso ahora sabía que tu familia estaría sumamente decepcionada de ti, sobre todo por la decisión que tomaste al estar con Fifth Sector.

— Me alegro que hayas pensado mejor las cosas Goenji— una ligera curvatura en tus labios había aparecido sobre tu rostro, cuando él mencionado se encontraba frente a ti—. Tomaste una buena decisión al unirte.

  Desde hace tiempo que el actual santo emperador Senguji Daigo había intentado convencer a uno de tus queridos amigos, para ser más específicos a  Goenji, para que él pueda ser el siguiente santo emperador del Fifth Sector y así seguir controlando el fútbol desde dentro, manteniendo las reglas que Daigo tuvo.

  El rubio mantuvo su semblante lleno de seriedad con un toque de sorpresa una vez que te reconoció por completo, él no sabía que tú también te encontrabas en aquel lugar. Y a decir verdad tampoco sabías que es lo que había hecho Daigo para terminar de convencer a Goenji, porque sabías que él amaba demasiado el fútbol y lo menos que él quería es que siguieran controlando el deporte.

— Se que esto es lo mejor— reveló con una pequeña sonrisa.

  Desde hace tiempo que lo habías visto por última vez, por lo que está sería un reencuentro sumamente sorpresivo debido a que no sabías que él accedería a ser el nuevo santo emperador del Fifth Sector.

  Ahora es como si una nueva persona estuviera frente a ti, alguien que cambió por completo físicamente. Goenji había cambiado físicamente, sus largos cabellos rubios ahora estaban teñidos de un color azul en las puntas, mientras que su vestimenta deportiva lo había cambiado por un traje en color carmesí y una bufanda en un tono grisáceo.

— Y ya no soy Goenji, llámenme Ishido Shuji.

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— Necesito que me digan cuál es el resultado final del partido contra el siguiente instituto— mantuviste tú teléfono celular lo bastante cerca de tu oído, escuchando atentamente las palabras del secretario.

  Estabas lo bastante cerca de donde se encontraba tu residencia, ya habías terminado tu trabajo pero debías de hacer un reporte, acerca de los marcadores de los partidos que tendrían las instituciones y para que el Fifth Sector pueda decidir que instituto tiene el honor de ganar el partido, por está ocasión.

  Tus mirada color azulina había visualizado la silueta de una persona que rápidamente lograste reconocer, lo que provocó que detuvieras tu paso en seco. No esperabas verlo allí, así que presionaste tus labios con dureza tratando de mantener la calma frente a él, al menos estabas segura de lo que él quería hablar contigo.

— Necesitamos hablar (T/N)— insistió aquella nueva persona, su rostro estaba sumamente serio observando cada acción de tu parte.

— Quiero el resultado del marcador por e-mail— ordenaste al hombre que había contestado el teléfono, para después observar de reojo al hombre de cabellos morados frente a ti—. Antes de las seis.

  Aquel hombre era él esposo de tu madre y aunque fuera extraño para ti, sabías que Kudou había sido un excelente padre para tus hermanas, en especial para Fuyuka, quién había tenido sus problemas mentales desde muy temprana edad.

— No tenemos nada de que hablar Kudou— tus palabras fueron duras, por lo que provocó que él mayor presionara sus nudillos.

  Tus ojos habían observado a tus alrededores justo antes de tener aquella conversación, encontrando a uno de los hombres de Fifth Sector siguiendo tus movimientos, por lo que no habías dudado en apartar la mirada del mayor para observar al hombre observando fijamente hacia tu dirección.

— Todo quedó resuelto la última vez que te vi.

  Sabías que Kudou estaba trabajando como entrenador del instituto Raimon, justo como hace años atrás como cuando ustedes estaban en las mundiales. Pero ahora todo había cambiado ahora ambos eran enemigos, conociendo al esposo de tu madre, sabías que él sería capaz de iniciar algo contra del Fifth Sector.

— Tú madre ha estado muy preocupada por ti— anunció él hombre, tratando de convencerte—. Hanan, tu hermana no ha dejado de preguntar por ti.

  Hanan es tu hermana menor por parte de Kudō y tú madre, ella había crecido demasiado por lo que ahora ella tenía doce años de edad, la misma edad que tú tuviste cuando decidiste entrar al equipo de fútbol de Raimon. Te preocupabas por tu familia, eso nunca cambiaría, pero el no tendría que saber eso, además las cosas ahora habían cambiado demasiado.

— Tu hija— corregiste, tu expresión se endureció justo para que después tu entrecejo se frunciera—. Yo no tengo hermanos, menos una familia ¿Lo recuerdas?

— ¿Es lo único que vas a decir al respecto?— alegó Kudō, quién ya se encontraba severamente molesto por tus palabras—. Somos una familia (T/N).

— Somos enemigos ahora Kudou— nuevamente le corregiste—. No se que tipo de tratos esperas de mi parte, pero te equivocaste ya no soy la misma persona de antes.

  Eso definitivamente había sido muy grosero de tu parte, pero es la manera en la que podrías deshacerte de un familiar.

— Así que te pido de favor que nunca más me vuelvas a buscar.

LOVE AGAIN ━━ fubuki shirouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora