LOVE AGAIN ━━ fubuki shirou

capítulo diecisiete

  Lograste observar de reojo a los jóvenes que conformaban el equipo de Raimon, son jugadores que han desobedecido las órdenes que Fifth Sector les habia dado. Y todo esto desde que un joven había ingresado al instituto, su nombre es Matsukaze Tenma, un joven que logró que los jugadores de Raimon no siguieran los mismos patrones que los demás institutos.

  Y después de esto tuviste un recuerdo de melancolía al recordar a Endou, quién también tenía ese don con las personas.

  Las órdenes que te dio el emperador fueron claras, tenías que impedir que Raimon ganará durante este partido y para lograrlo tuviste que acceder a cambiar el estadio. El estadio Snowland, los jugadores de Hakuren tenían las capacidades para jugar sobre un estadio de hielo, pero Raimon no, y a decir verdad fue algo que tú no habías elegido.

  Pero fue una buena idea si querías dejar en desventaja al equipo de Raimon, después de todo ese era tu plan, hacer que ellos no lograrán avanzar pero, conociendo al entrenador sabía que intentarlo será aún más difícil.

  Cuando giraste la vista hacia los jugadores de tu equipo te habías percatado de que uno de ellos te observaba de una manera curiosa, lo que provocó que colocarás tu atención sobre él, aquel joven con el que habías mantenido una conversación antes de entrar al vagón de tren.

  Debías de admitir que algunos jóvenes del equipo no aceptaban del todo que Fifth Sector estuviera involucrado en su equipo, pero aunque les costará aceptarlo tenían que admitir que las técnicas junto con las estrategias que les habías enseñado lograron aumentar el potencial del equipo. Los jóvenes también querían ganar el torneo por lo que las habilidades que les habías enseñado les ayudarían bastante al momento de enfrentar al instituto Raimon.

— ¡(T/N)!

  Antes de girar la mirada sabías quién era aquella persona, por lo que simplemente presionaste tu mandíbula con un toque de frustración.

— Vayan a calentar, en un momento los alcanzo— ordenaste después de observar como es que los jóvenes de tu equipo se habían detenido, no querías que los menores escucharán como es que tendrían que discutir nuevamente con los miembros de la resistencia.

  Nuevamente lograste observar como es que Yukimura te observaba de reojo, mientras su mirada viajaba hacia donde se encontraba su ex entrenador, él de alguna manera esperaba que hicieras algo al respecto con la resistencia, justo igual que todos los de Fifth Sector.

— No puedo creerlo, de verdad eres tú.

  Una sonrisa orgullosa había sobresalido de ti rostro después de que tú mirada se estuviera en el propietario de aquellas palabras, se trataba de un joven de cabellos castaños con una banda anaranjada en la frente, tenía una camisa blanca y unos jeans azules, él estaba sumamente sorprendido por encontrarte en el bando contrario.

— Que gusto verte, Endou— murmuraste en un tono neutro, lo que generó que el presionará su mandíbula.

  Para tu mala suerte él no estaba solo, estaba acompañado por un hombre de cabellos largos y castaños sostenidos por una pequeña coleta; con unos goggles, lo que más destacaba en el era tenía un traje formal. Después de el se encontraba una fémina de cabellos cortos y azules, quién tenía unos lentes sostenidos en su cabello.

— ¿Qué es lo que quieres lograr con esto (T/N)?— tu mirada se había centrado en la última persona, un hombre de cabellos platinados con una expresión de molestia.

— Creo que ya lo sabes Fubuki, Fifth Sector está buscando mejorar el fútbol— le explicaste.

— ¿Fifth Sector?— cuestionó Endou—. Por favor dime qué no acabas de decir eso.

— Ya no somos niños Endou, las condiciones del fútbol siguen siendo igual de peligrosas como antes— afirmaste con dureza— ¿O es que no recuerdan esas batallas que tuvimos que enfrentar? ¿No recuerdan las lesiones que cada uno de nosotros obtuvo en este deporte? Fifth Sector se encargará de que esto no vuelva a suceder, cuidando a cada uno de sus jugadores.

— Le estás quitando toda la libertad al juego— agregó Kidou con el mismo tono que los demás.

— No— respondiste—. Solo le estamos quitando lo peligroso, las nuevas generaciones no pueden pasar por este tipo de cosas.

— Eso no es el fútbol— afirmó Fubuki, lo que provocó que tú mirada se acercara a él.

— Mostrarles un fútbol peligros a tus estudiantes fue una mala idea Shiro— añadiste entre dientes—. Dejaste a uno de tus jugadores, lo abandonaste y nosotros nos encargamos de él.

— Eso no fue lo que...

— ¿En serio?— cuestionaste, los demás habían observado la reacción del hombre de cabellos blancos—. Porque eso fue lo que Yukimura me contó.

— Y te aprovechaste de ello— formuló Endo con cólera—. Esta no es la (T/N) con quien yo jugaba hace años.

  Giraste la mirada hacia el hombre de bandana naranja.

— La (T/N) que jugaba contigo hace años, se dio cuenta de que el fútbol tiene que cambiar por completo— añadiste hacia el.

  Les habías dado la espalda, estabas dispuesta a regresar con los jóvenes instituto Haruken ellos aun no sabían que estrategia utilizarian, pero una voz que lograste reconocer al instante provocó que tú cuerpo se detuviera.

— ¡Esta no eres tu hermana!

  Se trataba de tu hermana menor, la joven qué no tenia idea de lo que estaba sucediendo y tampoco podrías contárselo libremente como querias.

— ¡Tú no eres así con los demás!— exclamó una joven— ¡Tú me enseñaste este fútbol con el que solía verte jugar, esta no eres tu (T/N)!

  Mordiste tu labio inferior, los jóvenes de tu equipo ya se habían percatado de que algo andaba mal debido a las cosas que estaban pronunciando y la tensión qué tenía el campo de fútbol.

— Yo ya no soy tu hermana, Hanan— formulaste aun dándole la espalda a la joven—. Buena suerte en el partido.

  Comenzaste a caminar directamente hacia donde se encontraban tus jugadores, estabas hecha un mar de emociones y no podías seguir cargando con todo eso, es muy difícil tener que dar una cara qué no era la tuya y lamentablemente decirle esas cosas a gente con quien creciste durante tu adolescencia.

— ¿Esta todo bien?— Kuroki tomó su sombrero con un toque de burla, una vez que él llego a tu lado.

— Nada qué te importe, a decir verdad— murmuraste al momento de cruzarte de brazos.

  Los jóvenes aun seguían entrenando, y la verdad es que primero tratarías de utilizar la táctica especial que Fubuki había creado para el equipo, para después ejecutar la verdadera estrategia y tomarlos por sorpresa.