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Estos días me he sentido como una completa perdedora

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Estos días me he sentido como una completa perdedora. Realmente no estoy de humor, ni siquiera tengo la suficiente fuerza como para seguir adelante.

Me odio.

Las ganas que tenía de salir del sello se han esfumado. No quiero ver a nadie. No quiero salir y seguir con la misma batalla.

Mi corazón me duele y sólo me grita el nombre de mi hermana. No pudo morir, ¿o sí? Se suponía que Yorozu estaba en el cuerpo de Tsumiki y la iba a cuidar.

Mi corazón me duele y sólo me grita el nombre de mi hermano. No pudo morir, ¿o sí? Se suponía que Megumi estaba con Itadori...

Megumi con Itadori.

Itadori tiene a Sukuna dentro de su cuerpo.

Sukuna siempre quise tener el cuerpo de mi hermano para hacer uso de su técnica maldita.

Aprovechando que estaba solo, que Zen'in salió del sello y que todo es un caos... Lo más seguro es que obtuvo la posesión de su cuerpo.

No tenía motivos para salir pero ahora sí.

No tenía ánimos para salir pero ahora sí.

Mi niño no puede sufrir por culpa de la aberración llamada Sukuna Ryomen; el Rey de las Maldiciones.

[. . .]

Ese de ahí no es Satoru. No es mi esposo. No es mi Seis Ojos. Es un sujeto que se hace creer que es él. Está idiota si piensa que voy a caer.

Inmediatamente me lancé hasta Zen'in, depositando una patada en su cara pero logró cubrirse con su escudo. Conozco ese escudo, puede que ya no sea usuario de alguna técnica maldita pero por años la usé. El punto débil es en las orillas porque cada vez que se usa, el centro se fortalece y no suele romperse con facilidad a menos que el usuario esté débil o no está concentrado. Por lo tanto, di una patada en una orilla y los pétalos rojos, señal de que se rompió el escudo, se interpusieron entre nosotras, con el arma en mano le di una atajada logrando hacerle un corte en el brazo. Los pétalos me dieron ventaja ya que, al ya no tener energía maldita, podía moverme con total libertad sin que ella me sintiera. Así que le logré encajar la espada en una parte de su cuerpo. Hubiera preferido que en lugar de ser el brazo haya sido el corazón.

- ¡Ryujin, debes de calmarte! - exclamó y sentí una patada en el abdomen. Me alejé de golpe porque sí me dolió -. Vamos a solucionar todo esto, por favor. Pero no recurras a la violencia.

- Cállate - dije y el hombre de camiseta negra se interpuso entre nosotras - ¿Ahora tú? ¿Qué quieres? Tengo una cuenta pendiente con ella.

- Luego la pagas. Pelea contra mí - dijo con una sonrisa arrogante. Vaya idiota. Miré a Zen'in, estaba cubriendo la herida con su mano y me observaba con calma, no con coraje a comparación mía.

- Ya veo. Te volviste débil y traes a tu perro guardián, ¿no? Qué idiota eres - dije y pasé mi mano por la hoja del arma -. Está bien. De igual manera iba a matarte.

Silent Cry; Gojo Satoru.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora