Siempre dices “Estoy bien”, pero yo puedo verlo todo.
~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~
— Chicos, van a tener que quedarse aquí — dije, mirando por la ventana. Pudimos conseguir un lugar más o menos decente.
— Podemos ir contigo — comentó Itadori, negué mientras me dirigía a la puerta.
— Lo siento, pero ahora no — respondí —. Sólo iré por comida y para encontrar a Nobara o Maki incluso Mei Mei. Pero de aquí no salen, no los quiero en peligro.
— Entendido — dijeron con pesadez. Asentí y salí del pequeño departamento.
Todo va a cambiar, lo sé. Pero necesito recuperar fuerzas porque la poca comida que mi hermano consiguió para nosotros no me ha sido de provecho.
Es tanto el estrés que se me está acumulando que, en cualquier momento, voy a estallar. Como un globo, cada vez que se infla se ejerce presión y, cuando no puede más, estalla.
Dejé la mochila con la comida, en la mesa para sentarme un momento. Esa batalla me dejó muy desgastada que lo único que quiero es paz. Pero...
En las condiciones que nos encontramos...
Sin Nanami...
Sin saber dónde están los demás...
Sin Satoru...
No puede haber paz.
— Sunmi, ¿qué vamos a hacer? — preguntó al salir de su habitación. No tengo cabeza para responder a esa pregunta, así que me limité a mirarlo — ¿Ya tienes un plan?
— Sunmi-senpai — dijo Itadori, también saliendo de su cuarto y tomando asiento en las sillas de enfrente de mi.
Ambos salieron como si me hubieran esperado escondidos todo este tiempo. No puedo hacer nada más que no sea mirarlos. No quiero hablar con nadie. Cada vez que miro a Itadori es ver al hijo de puta de Sukuna que no se encarga más que joderme la vida.
— ¿Y bien? — insistió Megumi — ¿Ya sabés qué hacer?
— ¿Podemos ayudar en algo? — preguntó Itadori con delicadeza, teniendo miedo a mi reacción.
— ¿Encontraste una manera de vencer a Kenjaku o de liberar a Gojo de ese sello?
Sigo sin responder, sólo lo que hago es ver. En ambos se les nota la preocupación y el cansancio. ¿Cómo me veré yo? ¿Demacrada? ¿Cansada? ¿Decaída? Lo único que sé es que carezco de bienestar. La ansiedad se ha encargado de mantenerme despierta todas las noches, igual que mis múltiples pesadillas. La depresión es la responsable de que vomite la comida porque me da asco, tenga arrebatos de enojo, irritabilidad o frustración, incluso por asuntos de poca importancia, problemas para pensar con claridad y sentimientos de culpa a cada cierto tiempo, no tienen un horario determinado.
— ¿Tendremos aliados? — siguió preguntando mi hermano — ¿Sabés dónde están Maki y los demás?
Me levanté de la silla, tomé la pistola y me dirigí a la habitación sin ver a ninguno de los dos. La atmósfera se ha sentido pesada una vez que inicié mi caminata.
— Sunmi, di algo — seguía diciendo mi hermano —. No te vayas. Di algo.
— F-Fushiguro... — habló Itadori con nervios en el momento en que me detuve —. Lo mejor sería...
— ¡Lo mejor sería acabar con esto de una buena vez! — interrumpió molesto — ¡Sunmi!
— No grites — dije al fin. Me di media vuelta con la intención de mirarlo. Estaba molesto, sí, porque no le contesté sus múltiples cuestionamientos. Nuevamente me di media vuelta para ir a mi cuarto.
ESTÁS LEYENDO
Silent Cry; Gojo Satoru.
Fiksi Penggemar«Puedes mostrɑrme lɑs lɑ́grimɑs que tɑn silenciosɑmente me hɑs estɑdo ocultɑndo». [Libro II; Saga: Lovefool] - Spoilers del manga. - OC de mi propiedad. - Los personajes pertenecen al mangaka Gege Akutami.