19.

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Capítulo 19.

Mañana debemos levantarnos temprano para irnos al trabajo, pero aún sabiéndolo me llevo la botella de vino a la habitación, donde Niall está desnudo bajo mis sábanas.
La imagen de él me saca suspiros, porque se ve maravilloso después de todo el sexo alocado que hemos tenido en las últimas horas.
Pronto será media noche, lo que indica que debemos guardar silencio para cuando Tara cruce el umbral de la puerta.

—Te vez sexy con mi camisa —Dice mientras le entrego una copa.

—Gracias, quizás me quede con ella.

Niall se ríe. Con cuidado vierto el vino en su copa y luego hago exactamente lo mismo con la mía.

—Me tienes tan hechizado, que podría darte todo lo que quisieras.

—Cuidado Horan, que puedo ser muy peligrosa.

Se ríe otra vez mientras me acuesto a su lado.

—Puedo correr el riesgo, señorita Fitzgerald.

Sonriendo me acerco y dejo un beso en sus labios.

—Está bien, señor Horan.

En silencio bebemos lo que queda del vino y luego me acurruco entre sus brazos. Sus manos son tan inquietas como las mías, porque no dejamos de acariciarnos. Mis dedos se deslizan por su vientre y más abajo de su ombligo donde un pequeño rastro de vello adorna su piel. Luego continuo por sus costados, trazando las líneas de su V, y encantándome por ello, porque tiene un cuerpo de ensueños. Antes, no estaba tan definido como ahora, cuando incluso sus bíceps y hombros son hanchos.

—¿Pensaste en algún momento que volveríamos a estar así? —Me pregunta.

—Nunca. Me había resignado.

—Yo nunca lo hice.

Me incorporo para mirarlo.

—¿Lo dices en serio?

—Muy. Sabía que la única manera de volver a verte sería yendo a Mullingar, a la casa de mis padres. Y con mucha suerte, encontrarnos por casualidad —Sus dedos acarician mi mentón —Pero nunca perdí la esperanza de volver a estar contigo.

Le sonrío.

—¿Te gustó verme entrar a la oficina, aquella primera vez?

—Agatha, por Dios. Casi me morí de la impresión, y es que...joder nena...—Se detiene de manera abrupta y reprime una sonrisa.

—¿Qué? Dímelo —Él se ríe —Niall, dímelo.

—Bueno, estás muy cambiada.

—¿Cambiada?

—Ajá —Me observa y vuelve a sonreír.

—Sigue hablando ¿En que he cambiado? Yo siento que sigo igual.

—No, definitivamente no.

—Entonces dímelo.

—Vale —Sonríe —Cuando te vi aquél día en la oficina, no pude evitar darme cuenta de esas dos grandes... esas dos grandes virtudes que has adquirido.

—¡Niall, que sucio eres!

Vuelve a reír mientras me abraza y me lleva con él, depositándome sobre su cuerpo.

—Solo estoy siendo sincero —Susurra besándome el cuello mientras sus manos descienden por mi espalda baja —No puedes culparme, estás preciosa Agatha. Y tienes un culo delicioso —Añade, dándome un suave apretón justo allí con ambas manos.

—Sí que has estado mirándome.

—No he dejado de mirarte.

—Eres imposible. En la oficina eres mi jefe —Susurro sobre sus labios antes de besarlo.

ADIÓS, Y QUE TE VAYA BIEN - BY NATH 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora