- ¿Crees que ya es suficiente leña?-preguntó Gilbert.
-Sí, creo que ya podemos encender la fogata-le respondió Antonio.
El cazador se puso a frotar una rama contra un tronco que cortó a la mitad. Al cabo de un rato comenzó a salir humo y colocó el tronco al fondo de la fogata donde había un montón de hojas secas. En un rato comenzó a ver el fuego.
El príncipe usó un palo para cocinar unas liebres que habías cazado hace poco. Cuando la cena estuvo terminada, ambos se pusieron a comer con sus manos. Aquello no era algo habitual en la vida de un príncipe, y aun así Gilbert disfrutaba la simpleza e informalidad del momento.
-Esto es mejor que la comida del palacio-comentó el albino.
- ¿En serio?
-No-respondió y se rio, a lo que su amigo también rio.
Los dos conversaron y se rieron mientras cenaban. Juntos pasaron un buen momento que por instantes les hizo olvidar la situación que estaban atravesando. Pero cuando esta ilusión se desvaneció, llegó un momento de compartir sus penas y preocupaciones, y Gilbert sí que tenía de qué hablar.
-Tengo miedo de esa bruja. Temo que podría hacerle daño a Lud.
-Lud va a estar bien. Él es inteligente, más que nosotros dos.
-Lo sé, pero es mi hermanito. Debo cuidar de él.
- ¿No crees que exageras un poco? Desde que te conozco siempre lo andas cuidando-Antonio reevaluó sus palabras, temiendo ofender al otro-. Digo, él es bastante maduro. Creo que ya puede cuidarse solo.
Gilbert intentó responderle, pero no sabía bien qué decir.
-Lo que pasa es que... Es difícil de explicar.
Antonio lo miraba confundido. El príncipe miraba en todas las direcciones, pensando qué hacer. Finalmente, suspiró rendido.
- ¿Sabes qué? Creo que ya es hora de que te cuente la historia completa.
- ¿La historia de qué?
-La historia... de Lud.
-Pero si ya la conozco. Aún recuerdo cuando era un bebé.
-Créeme, hay mucho que no sabes-Gilbert hizo una pausa para dar inicio a su narración-. Todo comenzó el día de su bautismo...
ESTÁS LEYENDO
[Hetalia] Cuento de Luz y Sombra
FanficÉrase una vez en un reino muy lejano, un rey viudo que tenía dos hijos. El mayor, Gilbert, era apodado Blanco Nieves por su albinismo, el menor, Ludwig, era erróneamente conocido como un amargado. Ambos son obligados a elegir esposa en el próximo ba...