❅ Muerdeme ❅

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Desde los cielos Yagi observaba a esa dulce parejita darse mimos a la orilla del lago. Era tan hermosa la primera ilusión, su amigo lo merecía.

Su encantadora esposa dormía en una suave nube que había sido preparada especialmente para ella, ya que impedía que la luz de sus rayos pasen e interrumpan la noche, la hora en la que la gran mayoría de seres duermen y recuperan fuerzas.

--Les deseo una vida feliz -fue lo que pronunció antes de dejar caer una gota de lluvia sobre el suave cabello cenizo.

Katsuki al sentir esto posó su mirada en el firmamento observando las tenues nubes que su agudo sentido de la vista podía captar, movió sus orejas en un divertido tic y volvió la mirada a su ahora pareja. Se sentía muy feliz de por fin encontrar una, pero la angustia que sentía por el posible exilio de sus padres aún lo tenía un poco intranquilo.

--Aún no sé qué puedo hacer mañana -dijo de repente, deteniendo las suaves caricias que Deku le estaba haciendo.

--Es sobre tus padres, ¿Verdad?

--Sí, y lo de Eiji… Espero pueda entender que ya encontré a quien realmente me hace feliz.

El pecoso depositó un casto beso sobre la frente del ojirojo.

--¿Por qué no comienzas de nuevo en una pequeña cueva no muy lejos de aquí? Sin gente que te obligan a nada, solo tú y yo. Esa es mi humilde opinión.

Katsuki lo medito por un rato, la idea no sonaba mal, podía defenderse de los depredadores en el día y en la noche estaría con la persona que ama. Y lo más importante, si no regresa a su manada después del horario de caza lo darán por muerto y a su familia no les pasará nada, solo es cuestión de hablarlo con sus padres, pero ellos sabrán entender o al menos eso quiere creer. Solo le faltaba un pequeño detallito.

--Muérdeme -esas palabras sorprendieron al peliverde.

--¿Ah?

--Muérdeme Deku, déjame una marca de tus dientes, sé que no será lo mismo que una marca alfa-omega, pero al menos bastará para convencer a mis padres.

--No creo que funcione así.

Era verdad, una marca no funcionaba de esa manera, entonces si se iba estaría muerto para todos, incluido sus progenitores.

--Lo sé, igual trataré de hablar con ellos -dijo algo desanimado, pues en el fondo en serio si quería que Deku lo marqué y escuchar como su propuesta era rechazada le causaba un gran dolor en el pecho. Era la primera vez que lo sentía y era horrible.

Al poco rato los bostezos del lobito comenzaron y Deku sabía que en unas cuantas horas amanecería.

Acompañó al rubio hasta dejarlo cerca de su hogar y lo vio irse en sus cuatro patas medio adormilado.

Por su parte, el lobo cenizo no se tomó la molestia en mutar a su piel humana, por lo que así como estaba se acurrucó en su cama sin notar el olor de un Alfa enfadado.

Kirishima lo vio llegar con un olor extraño impregnado en él, ciertamente no olía a ningún otro Alfa, pero eso no quita que su Omega se escape todas las noches a quien sabe dónde y con quién para vivir una aventura.

En menos de 3 días llegaría la etapa de celo de ese chico y él se encargaría de ser quien lo complazca. Katsuki tendría a sus cachorros y sería una excelente madre.

[***]

Al salir el sol, todos en la manada saldrían a cazar para alimentar a los omegas y que estos no pasen hambre en su periodo de celo.

Katsuki estaba rumbo a la casa de sus padres.

Esperaba que sepan comprender, aunque está claro que no les dirá de quién se trata.

Al llegar, tocó la puerta y esperó a que le habrá; los señores Bakugo al ver a su hijo lo abrazaron y lo invitaron a pasar, hablaron un rato de cualquier cosa hasta que el cenizo sintió que era el momento de hablar.

--Madre, padre -de por sí que les diga de esa forma asustó a los mayores y comprendieron que era algo serio- Yo… Yo me… Yo estoy… Encontré a la persona con quién quiero pasar el resto de mis días -hablo con seriedad antes de escuchar a su madre chillando de emoción y su padre vote un suspiro.

--Me alegro por ti mocoso -Katsuki estaba más relajado de saber que aceptaban sus palabras de buena manera- Eijiro te hará muy feliz, a ver, muéstrame tu marca.

¿Eijiro?¿Marca? No entendía nada.

--¿Qué? -fue lo que quería saber, ¿Por qué asumen que era él a quien eligió?- Eijiro no…

--Vamos, no seas tímido. Ni siquiera te molestaste en ocultar tu marca -el rostro de Katsuki palideció, no, no podía ser verdad, Deku no lo mordió entonces esa marca… Esa marca...- ¿Qué te pasa? -preguntó la mayor, quien veía como su hijo tanteaba su cuello hasta dar con el lugar donde los dientes fueron clavados- ¿Mocoso que tienes? Parece que viste un fantasma.

Su respiración se aceleró, Eijiro no pudo hacerle eso, él no…

--Creo que deberías volver con tu pareja.

--¡EIJIRO NO ES MI PAREJA! -gritó con lágrimas en sus ojos.

--Explícate -habló seriamente el hombre mayor- El joven Kirishima es el mejor lobo que-

--KIRISHIMA ME QUISO VIOLAR UNA VEZ, Y AHORA… ahora me ma-marca sin mi consentimiento. Yo no lo amo, lo detesto, mi pareja es Deku. Pero ya estoy atado a Kirishima… -se dejó caer en llantos- ¡No quiero estar con él!

Y bajo la mirada preocupada de los mayores, se transformó para correr lo más lejos que podía.

Lejos de todo, quería encontrar a Deku, quería estar con él. Quería que todo lo que le ha pasado solo sea una horrible pesadilla y que esa marca no esté ahí.

Corrió y corrió, no quiso mirar atrás.

Corrió hasta cansarse y dejar que sus lágrimas salieran libremente.

Se sentía inútil por descuidarse, sabía que el otro era así y lo dejó pasar.

Era idiota y le pasó eso.

Quería morir.

No servía ni para cuidarse él solo.

Entonces no merecía el amor del único chico que llegó a amar.

Aún era temprano, así que se escondería del pecoso, no quería verlo, pero no contó con un pequeño detalle…

Amor nocturno (DekuBaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora