✘◁ No eres bienvenida ▷✘

559 86 13
                                    

La noche llego y como siempre desde hace dos semanas, la nueva manada de lobos salía a pasear.

Iban seis pequeños lobeznos corriendo en sus cuatro patitas jugando entre ellos, pero siempre siendo liderados por Maiki un cachorro castaño de carácter parecido al de su madre, sus ojos eran de un rojo intenso, lo cual le ayudaba a dar una apariencia más intimidante e imponente al ser el segundo mayor de su camada.

--¿Te pasa algo, Kats? -preguntó el pecoso, quien notaba desde hace rato a su pareja algo pensativa.

--No creo que sea buena idea llevarlos al prado, no hay lugares donde esconderse si es que llega a pasar algo y la hierba alta está cerca, podríamos ser emboscados.

El rubio como buena madre es algo sobre protector con sus cachorros, en especial con Haruka que era el más callado de todos y el más diferente.

--No pasará nada amor, relájate y disfruta de ver a los niños jugar -tomó la mano del cenizo para dejar un pequeño beso.

--Lo dices como si algo malo fuera a pasarles -tenía un mal presentimiento desde la mañana que trato de olvidar, pero ahora no lo podía evitar.

Deku abrazo a su pareja mientras caminaban detrás de los pequeños quienes ya estaban planeando ir a explorar el lugar. Querían ver qué había más haya, aunque primero le avisarían a su madre, quien no paraba de votar feromonas que hacían obvio su estado de preocupación.

Ellos eran buenos cachorros junto con Haruka, quien los seguía atentamente sin decir nada, rara vez se le escuchaba hablar.

Al llegar vieron algo inesperado, algo que nunca pensaron ver por ser los únicos lobos a varios kilómetros.

Pero su madre se puso al frente antes de que siquiera pensaran en ir a conocer a la nueva criatura.

--Atrás -Katsuki reconocía el olor impregnado en esa cachorra rubia- Escóndanse en el manto de su padre, rápido.

Al ver a sus niños a salvo, muto a su piel animal para comenzar a acercarse de a pocos.

Esa pequeña olía igual a Kirishima y eso ya era un peligro para él y su familia.

Deku observaba de lejos junto a sus hijos, quienes mantenían las orejas gachas y Haruka que estaba temblando ligeramente.

--¿Mamá estará bien? -pregunto Ryu.

--No queremos que le pase nada malo -Yoko y Zukui eran los más apegados a Katsuki por lo que temían que algo malo le pueda pasar.

--Tranquilos. Él estará bien, es fuerte, además, no puedo dejarlos solos.

Sería mentir si Deku dijera que no se sentía inútil en estos casos, porque lo hace.
No le gustaba dejar solo a su chico que estaba dando vueltas al rededor de esa intrusa.

Katsuki no sentía otro olor cerca, por lo que esa niña pudo haberse perdido o huido de su hogar.

Al gruñir, la cachorra tembló por tener frente suyo a un imponente lobo en medio de la noche, en medio de la nada.

--N-No me hagas nada -habló cubriéndose la cabeza mientras lloraba- Solo quiero que papá ya no lastime a mamá, pero me perdí.

Al escuchar eso, el lobo soltó otro gruñido antes de mutar a su piel humana y quedarse a la altura de la rubia.

--Tsk, no te voy a comer, idiota -dijo mientras le tendía la mano- Hace frío, vamos a mi hogar.

Al verlo la pequeña se asombró, pues reconocía a ese Omega, su padre no paraba de hablar de él.

--Es usted -dijo algo dolida.

--¿Me conoces? -dijo mientras se volvía a parar.

--Papá siempre compara a mi mami contigo, por eso pelean.

Deku les hizo una seña a sus pequeños para que vayan a defender a su madre, pues esa niña parecia querer atacarlo.

En cuanto los seis lobos llegaron, la niña se asustó y más aún cuando vio y sintió otros dos aromas en el aire.

--Deku de mierda, no mandes así a mis cachorros -dijo mientras miraba a su espalda donde aparecía un hombre que lo estaba abrazando de forma posesiva junto a otro pequeño, el cual se acercó a la extraña, siendo seguido por Maiki y el resto de sus hermanos.

--No eres bienvenida en nuestro hogar -habló seriamente Haruka.

--Nadie que quiera hacerle daño a nuestra madre es bienvenido -hablo Ryome.

--¡Niños! -gritó el cenizo por ver ese comportamiento en sus pequeños.

--¡Largo de aquí! -Maiki era el más molesto de todos, pues si se metían con alguno de sus padres o hermanos, se metían con toda la manada- ¡No dejaré que una intrusa como tú pisé nuestro hogar!

La niña al ver eso quiso salir corriendo, pero algo se lo impedía, era como si se hubiese quedado pegada al pasto y ahora si temía por su vida.

Amor nocturno (DekuBaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora