Especial de San Valentín

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Se podían escuchar pequeños ruidos dentro de una cueva.

El joven lobo trataba de regular su respiración mientras recostaba la cabeza en el hombro de su pareja.

Por los cachorros no se preocupaban, Maiki había insistido en que los dejen salir, además, Theo, un cachorro de puma más grande que ellos los acompañaría.

Al principio Katsuki no quería que salieran y menos siendo de noche, pero confiaba en el otro cachorro, pues su mamá Yaomomo era su amiga, conocía bien a su familia y sabía que no le harían daño a sus cachorros, por lo que accedió a dejarlos ir.

Tener la cueva sola fue un poco aburrido hasta que llegó Deku e instantáneamente se le vino algo a la cabeza.

Por eso ahora estaba ronroneando feliz. Lo que acababan de hacer no podía considerarse como apareamiento, pues Katsuki no podía quedar preñado hasta el año siguiente.

--Deku... -dijo en un suspiro- Mi Deku.

--¿Ya estás un poco mejor? -preguntó, ya que él pensaba que de nuevo había entrado en celo.

--Más que bien. Quiero hacer esto más seguido, puedo mandar a los niños a casa de Momo.

--¿Entonces no estabas en celo? -al escuchar esa pregunta Katsuki río.

--Claro que no, todavía falta para eso. ¿Por qué? ¿Querías más cachorros? -preguntó viendo como la cara pecosa se teñía de rojo.

--N-No- O sea, sí, pero aún me fastidia el hecho de no pasar mucho tiempo contigo.

--No seas dramático -dijo rodando los ojos- Vas a poder estar todo lo que quieras cuando dentro de mi vientre tenga a nuestra siguiente camada, ya lo verás, igual nuestros cachorros no crecieron sin ti y eso es algo que agradezco.

Los brazos de Deku rodearon su cintura, por lo que el rubio solo acarició su cabello rizado.

--Sabíamos que esto sería complicado, ya que somos un dios y un híbrido.

--Lo sé.

--Pero haces todo lo posible por estar aquí. Comparado con lo de antes, los cachorros y yo podemos tenerte más tiempo -en cuanto ambos se calmaron, Katsuki se levantó del regazo del pecoso sonrojándose por el líquido que escurría de su entrepierna- Si el siguiente año sigues así, el número de patitas aumentará.

--Me gustaría ver eso. -dijo mientras iba y lo cargaba entre sus brazos- Vamos al lago, así podremos limpiarnos.

Katsuki tomó su ropa y se cubrió con la campera, mientras que la capa de peliverde los cubría a ambos para que de camino nadie los vea desnudos hasta llegar al lago.

El agua estaba tibia, pero eso no quitaba el hecho de que el híbrido le siga temiendo.

--Relájate un poco, el suelo no está tan profundo.

La capa del pecoso fue retirada junto a las ropas que cada uno traía para ponerse después.

Katsuki tomó la mano de su pareja para poder entrar un poco más y dejar que la pequeña corriente limpie su cuerpo, siempre era relajante estar a su lado. Amaba a Deku y a sus cachorros más que a nada en la vida.

--Ven -dijo el peliverde conduciéndolo a la orilla donde crecieron unas lindas flores- Estas son tan bonitas como tú, mi bello lobito -arranco una flor y la puso en el cabello cenizo.

Un beso fue lo que recibió por parte del híbrido, quien amaba aquella dulce manera de ser.

Al salir del agua, cada quien se vistió para luego pasar por los cachorros, quienes al sentir el aroma de sus padres se despidieron de Momo y Theo para ir a darles el encuentro.

--Que les he dicho acerca de salir así nomás. ¿Y si se pierden? ¿O les pasa algo? -regaño Katsuki mientras su pareja cargaba a dos de sus pequeños.

--Su madre tiene razón, es muy arriesgado, pero mejor vamos a dar un paseo en familia, les parece.

Los cachorros se alegraron al escuchar a su padre, pero un inusual olor en el aire llamó la atención de Haruka, pues algo le decía que muy pronto la familia crecería, aunque era muy temprano para decirlo, por lo que decidió callar hasta que sus padres se dieran cuenta.

Amor nocturno (DekuBaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora