En diferentes bosques en los cuales no se les permite la entrada a nadie. Se encuentran criaturas que se creían ficticias. Demonios, hadas, hibrídos y más.
Si nos adentramos al bosque podemos notar que aunque sea un mundo en el que todo se vé genial...
-A ver, entonces... tu eres un hada de muchas que hay en este bosque- dijo el rubio dudando lo que el mismo decía mientras miraba al hada quien asentía con su cabeza.
-Y... tu amigo es de una especie que viaja en el tiempo llamados viapus- se explicaba a si mismo entre cerrando los ojos como muestra de concentración intentando procesarlo. George solo atinaba a asentir con la cabeza como respuesta.
-Pero, no solo existen las hadas y viapus, también los magos, los híbridos y demonios.- seguía intentando creerse todo lo dicho, era difícil entender que todo eso es real.
George asentía y giró su cabeza hacia atrás rápidamente al escuchar un ruido unos metros más allá lo que llevó a que tapara la boca del humano.
-Shhh- el castaño callaba al ojiverde quien lo miraba confundido intentando escuchar lo que él había escuchado pero no lo lograba.
Mientras el ruido se hacía más fuerte pudo notar una leve luz violeta saliendo de entre los arboles.
-Mierda.- maldijo el mayor destapando la boca del chico a su lado rápidamente y chasqueó sus dedos haciendolo desaparecer al instante.
La luz violeta recubrió el lugar en un segundo dejando ver a una criatura multicolor, no, no es un viapus, es EL viapus. El jóven Viapus abrazó al hada transformandose poco a poco en un muchacho de ojos azules con cabello castaño claro.
-Supe lo de Tommy, lo siento mucho- dijo Karl dejando caricias en la espalda del contrario mientras este solo trataba de calmar su nerviosismo ante la inesperada llegada de su mejor amigo.
Luego de que el abrazo se rompiera el menor se sentó a lado del hada ofreciendole un frasco. George lo miraba confundido y en silencio.
-Me lo dió Phil, le dije se tu problema primaveral e hizo una medicina para tí. Dijo que será fácil para tí controlar tus poderes si bebes esto- esbozó una pequeña sonrisa pero el mayor no estaba de acuerdo en eso.
-Karl- el nombrado lo miraba atento a lo que fuera a decir. -Sabes que Phil es un mago ¿no?- Karl borró su sonrisa en un instante.
-George, ya te dije que Phil no es como los demás Magos, el está en contra del abuso a las hadas. Sabes que apoya a tu especie- el mencionado negó con su cabeza teniendo algo de miedo, no podía confiar en un mago sabiendo que son ellos los que mayormente lastiman a su especie.
-¿no crees que talvez quiera hacer ver eso para que confiemos y así poder acabar con mi especie más rápido?- Karl rió ante lo dicho mientras tomaba las manos del chico a su lado para que tuviera el frasco.
-Entiendo tu preocupación, pero si no puedes confiar en un mago al menos confía en mí- dijo sonriendo y George con algo de duda miró el frasco en sus manos para acercarlo a su boca lentamente y nervioso lo bebió.
Karl lo miraba expectante esperando a que algo suceda, él realmente esperaba a que la posión de Phil funcionara.
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-¿Aún no llega? - preguntó el híbrido de cabra entrando a la casa mientras veía a su golpeado amigo quien había negado con su cabeza. Tommy estaba realmente deprimido del estado en el que se puso George luego de saber la verdad, por eso era que no quería decirle.
Tubbo suspiró y cerró la puerta tras de sí. Había ido a comprar algo para la cena pues como no había llegado el hada mayor debían encargarse ellos mismos de la comida.
Puso las cosas en la mesa y se sentó en el sofá a lado de su mejor amigo dándole pequeñas y suaves caricias en la espalda.
-¿Quieres agua? - preguntó con un tono tranquilo para transmitirle paz al rubio quien había negado como respuesta. -Tommy... No has comido ni bebido nada-
-Hasta que no vea a Gogs no lo haré, siempre como la cena con él- desvío la mirada al piso. Se sentía culpable aún que sabía que no era su culpa.
Y como si hubiesen invocado al hada mayor, apareció justo allí junto con el Viator amante del violeta. Tommy de inmediato se levantó y abrazó con fuerza al de ojos café.
George no tardó en corresponder a ello con suaves toques en la espalda del contrario. -¿Ya cenaste?- preguntó el mayor.
-No. Esperaba por tí- dijo separándose para mirarlo con una sonrisa y George no podía evitar fijar su vista en los hematomas en su rostro, pasó su mano delicadamente sobre cada uno mientras sus ojos comenzaban a cristalizarse. Y por supuesto que el más jóven lo había notado.
-Gogy... Estoy bien- George negó con su cabeza aún dando suaves caricias sobre la piel lastimada de Tommy. Lágrimas empezaron a humedecer sus mejillas y al volver a abrir sus ojos se centró en la preocupada mirada del hada lastimada.
Los otros dos en la habitación simplemente los dejaron tener un momento a solas pues ellos sabían muy bien que se necesitaban el uno al otro en ese instante. Pero harían algo productivo de mientras, hacer la cena.
-No estás bien... Yo no estoy bien... Ningún hada está bien viviendo en este puto bosque- dice con un notable tono dolido hacía el hada más jóven quien no tardó en ser contagiado por el dolor del mayor.
-Mañana... Mañana iré a ver a alguién Tommy y creeme que sin importar que... Haré que puedas ser libre de todos estos maltratos ¿si?- el rubio solo asintió y sin importarle mucho la notable diferencia de estatura entre él y George, apoyó su frente en la del mayor cerrando sus ojos mientras sentía las caricias en su lastimado rostro.
"Solo al mantenerte bien ya me has pagado todo en la vida"
Esas palabras jamás las olvida desde ese día y ahora que no pudo cumplir con el mantenerse bien, le debe mucho al que cuidó de él.
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