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—¿Mamá?—Preguntó el rubio estando medio dormido y mirando hacia todos lados buscando a su progenitora.

—Má ¿Dónde estás?— fué a la habitación de invitados para ver si seguía dormida. No estaba.

De repente la conversación de ayer le vino a la cabeza de golpe y dandole un escalosfrio. Ay no ¿Sería posible que-...?

Miró hacia el bosque y en pijama sin importarle nada salió corriendo de la casa llendo al bosque adentrandose esperando que si es que su madre había entrado al bosque no hubiese ido tan adentro.

Pero... no había dicho que le gustaba un lugar ¿o si?
George pasó por su dormida mente y recordó. El pequeño descampado de margaritas era su favorito, al igual que George.

De inmediato se dirigió al descampado pero se detuvo en seco al ver a George caminando hacia la misma dirección que él. Eso sería un grave problema por lo que cambió su dirección al hada.

—¡George!— Gritó mientras corría hacía él.

El hada con tranquilidad caminaba al descampado como no hacía de hace unos días

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El hada con tranquilidad caminaba al descampado como no hacía de hace unos días. Porque ya no tenía porque salir tan seguido ya que la poción de Philza había funcionado.

No creía que funcionaría puesto a que no confiaba en un mago. Talvez Karl tenía razón al decir que Phil era diferente a los otros magos.

Es bueno saber que tenía a un mago de su lado, ya que son los más "poderosos" por así decirlo. En el bosque emerald algunos les temen, otros les respetan, unos cuantos los aman y a los demás simplemente no quieren tener nada que ver con ell-...

—¡George!— escuchó que gritaron su nombre y al haber estado sumergido en una paz inmensa se asustó creando un lobo salvaje mientras gritó del susto. Pero sus gritos se mezclaron con los de Dream quien empezó a correr del lobo y George al calmarse se dió cuenta y lo desapareció.

Clay llegó hacia él respirando agitado por el susto y por el ejercicio que tuvo que hacer.

—Maldita sea, George ¿Querías matarme?— preguntó recomponiendose y george se le acercó tomando su rostro entre sus manos para revisar en caso de algun daño recibido por su creación.

—Lo siento ¿Estás bien?— Preguntó mientras continuaba su revisión, Clay solo permanecía callado y por alguna razón disfrutando de aquella cercanía.

—Si— dijo algo perdido en los ojos café de George quien sonrió soltó sus mejillas y su expresión cambió a seria rápidamente otorgandole un golpe en el brazo.

—¡¿Estás loco?! ¡Pude haberte matado con ese lobo!— se cruzó de brazos y lo miraba con el ceño fruncido.

—¡Es TU lobo, TU lo creaste, TU hibas a ser el culpable de mi muerte por crearlo!— frunció el ceño igualmente.

—¡Porque me asustaste! ¡Fué instinto de supervivencia!—Levantó un poco la voz y el rubió suspiro poniendo las manos en los hombros del de baja estatura.

—No hay tiempo para pelear, tengo algo importante que decirte si es que vas al descampado— la expresión del mayor se relajó y lo miró con curiosidad asintiendo para que continuara hablando.

—Puede que mi mamá esté en el bosque en este preciso momento y justo en ese descampado.— La expresión de George volvió a cambiar pero a una asustada y preocupada.

—¿Qué? Es una broma ¿no?— Preguntó George y en cuanto Clay negó con su cabeza el mayor dejó ver sus alas y voló rápidamente en dirección al descampado. —¡George no!—.

George seguía su camino, no dejaría que otro humano estuviera en el bosque, ya muchas reglas había roto como para romper más o romper las mismas pero el doble.

Rápidamente llegó al descampado donde sintió un gran alivio al ver que no había nadie, no humanos, no peligro. Todo estaba bien.

Suspiró y cerró sus ojos volando encima de las flores y bajando poco a poco sentandose en aquel lugar. Al sentir el suelo y el cesped con las flores en sus pies, guardó sus alas.

No pasó mucho para que llegara un Clay agotado de tanto correr, el definitivamente no conocía la velocidad que poseían las hadas al volar pero ahora sabía que era mucha.

El rubio vió hacia los lados buscando a una mujer con su mirada, sin embargo no había nadie más que el hada sentado en medio que parecía meditar para encontrar la paz y la relajación.

El mayor abrió los ojos y lo vió.
—Parece que no está— dijo encojiendose de hombros con una sonrisa y estando sereno. Clay se sentó a su lado y asintió.
—Bueno ¿Porqué sigues aquí?—

—George, nadie viene aquí asi que no uses la excusa de que debería irme porque alguien me podría ver.— dicho eso el ojiverde se cruzó de brazos mirando al castaño.

—Dream-...—

—Ya sé, ya sé, ya no me quieres ver— fingió dolor y pena bajando la mirada y recibió un pequeño golpe en su hombro.

—no digas estupideces, además deberías agradecerme, solo lo hago por tu bien— Clay rodó los ojos.

¿Un hada? ¿Se conocen? ¿Debería irse o seguir viendo desde detrás del arbol?

🍃EQUALITY: The Fairy Tales Aren't Always Perfect🍃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora