Christopher.
Nada como los te amo que salen de su boca, miles de veces lo he escuchado pero ninguno se compara con los de ella, no podía permitir que me odie, tan solo escucharla decirlo me sentía amargado queriendo arrasar con todo y atarla a mi para siempre.
La estrecho contra mi inhalando su aroma.
— Repítelo
— Ya no te voy a subir el ego.
— Ya lo has hecho — le lleno el rostro de besos — Pero no me basta, quiero escucharte decirlo una y otra vez.
— ¿Por qué mejor no escuchas otra cosa?
Se refriega sobre mi entrepierna, desliza las manos por mis cuellos y alcanza mi boca prendándose con un beso profundo y caliente mientras yo deslizo mis manos por sus piernas.
Media hora después estoy subiendo al departamento de Eliana con ella en mis brazos media dormida a causa del alcohol. Tyler abre la puerta del departamento mientras yo dejo a Eliana en el suelo que actúa como si estuviera sola y el que el guardaespalda se la quede mirando idiotizado me da ganas de golpearlo.
— ¡Largo! —asiente y se encamina a la puerta.
Se empieza a desvestir caminando hacia su habitación mientras yo la sigo observándola en silencio, se voltea hacia mí rodeándome el cuello con sus brazos.
— Tengo vergüenza de pedirte algo — respira profundamente — Que sé que me vas a negar
Arrugó las cejas confundido.
— Dime
— Promete no reírte — asiento y ella me da una sonrisa triste — No me folles
Pide en un susurro
— Hazme el amor — alcanza mis labios — Quiero volver a probar tu cariño, tal como lo hice en París.
Da el primer golpe haciéndome saber que la estoy lastimando. ¿Paris? Fue nuestro primer viaje juntos en nuestra relación y fue la primera vez que le confesé que la amaba mientras le repetía una y otra vez que era jodidamente mía.
— ¿Segura?
Asiente.
La alzo en brazos para dejarla en la cama, ubico música llenando el ambiente, me desvisto y apoyo las rodillas en la cama donde ella retrocede hasta quedar a la altura de la almohada.
Empiezo con un beso pequeño, la toco, la venero y aprecio. Me da esa mirada que tanto aferro para mí y que me hace odiar la idea de que alguien más la tenga. Vuelvo a besarla dejando que nuestras lenguas dancen y se toquen con vehemencia, sujeto su mano y la pongo sobre mi pecho para que sienta el latido acelerado de mi corazón.
— ¿Lo sientes?
Asiente
— Solo tú lo causas Eliana Wilson.
Bajo por su mentón, me apodero de su cuello y desciendo por sus pechos, lo saboreo moviendo la lengua alrededor de los pezones duros y erectos, los chupo, muerdo y marco para que no se olvide esto.
Bajo y sujeto su cadera, la piel se le eriza, está untada de mi y no es problema pegar mis labios a su monte de venus y abrir los pliegues para poder saborearla. Tiene el coño empapado y degusto el sabor de sus jugos cuando acerco mi boca y pasó la lengua sediento y gustoso de probarla.
Arrastro los fluidos a la entrada de su sexo e introduzco los dedos masturbándola y arrancando leves gemidos, aprovecho para prenderme de su clítoris succionando y tocándolo con mi lengua, arquea la espalda y aprovecho para meter las manos y apretarle los glúteos, su excitación me pone duro.
Mi polla palpitando, vuelvo a prenderme de su clítoris, jadea gustosa, recorro los labios chupándolos y besándolos como si fueran los labios de su boca, introduzco la lengua en su entrada mientras me toma del cabello y ahogó su desespero envolviendo los brazos en sus piernas.
Empieza a tensarse y aprovecho para volver al punto que tanto me gusta probar, lo chupo, me encanta como sabe, como jadea y lucha por no correrse. Me prendo y es demasiado ya que se tensa corriendose empapandome con sus jugos.
Me elevo sobre ella tomando mi erección, le separó los pliegues y entró con cuidado, debo respirar para no arremeter como me gustaria, la cubro cuando caigo sobre ella y empiezo a moverme sin ningún tipo de afán, acaricia mi espalda y mantiene el ritmo moviendo la pelvis según el ritmo de las embestidas.
— Te amo — susurra
Pasa las manos por mi cuello y vuelve a besarme, no me contengo y empiezo a moverme como me demanda mi instinto, no quiero dañar su petición pero mi personalidad es ser bruto y salvaje, así que tomo su cara y la obligo a mirarme a los ojos.
— Te amo — le susurro para los dos
Sigo moviéndome.
— La central, la oficina, el despacho de Alex, Paris, Brasil, Grecia, España, esta semana.
— Esta mal — susurra
— Tal vez pero escapaste una vez, no te dejaré hacerlo otra vez así que henos aquí con las cadenas nuevamente.
Vuelvo a prenderme de sus labios y arremeto alargando el momento acallando sus gemidos con mi boca, estoy ansioso y envuelto en ella, en su belleza. No quiero alejarme, tampoco verla en brazos de otro, la necesito junto a mi porque no puedo vivir sin ella.
Recorro sus muslos y levantó una de sus piernas hundiéndome más, empiezo a sudar y ella empieza a moverse clavándome las uñas en la espalda mientras la marco en el cuello y la clavícula, los jadeos se confunden con las notas de la canción, me besa y la beso, me aprieta y la estrecho.
Sus piernas abrazan mis glúteos y va arqueando la espalda a medida que voy incrementando los movimientos para la llegada del orgasmo, siento como se dilata y contrae, es eso lo que estalla la eyaculación.
Me aparto para que reciba aire, pero no le importa porque recuesta la barbilla en mi pecho y empieza a trazar círculos en los músculos de mi abdomen. Me abraza y entrecruza nuestros dedos sobre mi abdomen, siento que se va apagando poco a poco, vuelvo a estrecharla contra mis costillas, la respiración se torna pesada.
—Quédate —habla en medio de nuestro silencio — Me gustaría que siempre estemos así
— ¿Sin importar que se joda el mundo?
— Sin importar lo que le pase al resto.
Mantengo sus palabras en mi mente y cuando la vuelvo a observar está totalmente dormida. Me levanto a revisar mi celular, discuto con Cristal sobre Gema ya que no sé qué diablos está haciendo.
Me volteo observándola dormir y retrocedo a cinco años atrás cuando se despidió aquella noche de noviembre, donde me dejo con el mismo sentimiento que experimenté con Sara, reafirmando mi ideal de que es mejor ser victimario a ser la víctima.
Eliana Wilson tiene el poder de romper a quien se le plazca, por lastima de ella no soy de ellos que se dejan golpear.
Acepto que lo hizo una vez, pero no habrá una segunda.
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Deseo Indomable ( Christopher Morgan)
FanfictionEl pasado de Christopher Morgan regresa y no hablamos de la teniente de ojos azules. Eliana Wilson una de las tenientes más importantes de la FEMF, hija de uno de los miembros del concejo y de una de las abogadas más importantes. Los secretos salen...