Capitulo 28

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Lean la nota que les dejo al final una vez hayan terminado el cap.

Meredith

— Debo entregar estos informes — me sonríe Stefan y observa a Milla al pasar

— ¿Todo bien?

— Si — me mira con duda — Meredith no me quiero meter, pero... ¿Todo bien entre tu y el capitán Lewis?

Pregunta y asiento con duda. He estado nerviosa porque no sé en qué momento llegará la noticia de Rachel.

— ¿Por qué la pregunta?

Niega primero pero finalmente me dice

— Milla se ha vuelto cercana a él, sé que no me debería meter... pues después de que me fui a acompañar a Rachel al parto de Luisa los encontré y los vi... algo juntos.

Doy un paso atrás ante lo que dice

— ¿Rachel estuvo con Luisa?

Stefan asiente

— ¿Por qué?

Niego y salgo dejándolo solo buscando a Bratt, mi mente evoca los llantos de Rachel, las veces que me rogó que los detuviera... Eliana... Angela, las lágrimas ruedan por mi mejilla y le gritó cuando lo encuentro.

— ¿Dime por qué?

— ¿Meth que sucede? — me tomó de los hombros — Cálmate

— Milla sucede

Y ver su rostro es más que suficiente, no fue Rachel, fue Milla. Pagó inocente por culpable, la culpa me invade, el miedo cruza y solo quiero escapar.

— ¡Meth espera!

Retrocedo y terminó cayendo al suelo bajo los pies de alguien levanto mi mirada y el mundo cae encima al ver al coronel junto a Alexei.

Y sé que debo irme porque no es solo el coronel al que debo temer.

***

Rachel James

Me vuelvo hacia la persona que me estira el brazo y reconozco a Daniel sonriendo con sorna clavando una aguja en mi brazo, vaciando la jeringa que me acelera el pulso.

— HACOC de primera para la reina más grande de todas — me dice.

Asiento absorbiendo los efectos, no es que sea débil es que la misma droga te torna vulnerable y lo único que tu cerebro aclama es la sensación que deriva del alucinógeno.

Repite y repite lo mismo porque no asimila el daño que le está haciendo a tu sistema.

Botellas ruedan en la mesa empapándome las piernas de un líquido espumoso y es irónico que una sensación tan vana se sienta única. Me quedó concentrada en como mis poros absorben el licor mientras gritan, patalean, aclaman sin embargo yo estoy en otra cosa.

— ¡Rachel! — levantó la cara encontrándome con Angela de frente, con su rostro a centímetros del mío viéndose totalmente diferente.

Tiene un ojo cerrado, la nariz le chorrea y exige mi ayuda una y otra vez. Llevó las manos al líquido rojo que le emana de la nariz y al labio partido que tampoco para de sangrar. Su cuerpo se mueve y es ahí cuando noto lo que pasa «La están violando»

Hombres se ciernen sobre ella y uno de ellos le clava la verga en la boca obligándola a que se la mame, volteo mi mirada y observó la melena pelinegra vuelta un ovillo, hay un charco de sangre bajo sus piernas, mi vista enfoca el coágulo de sangre que se encuentra ahí.

Deseo Indomable ( Christopher Morgan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora