•UNO•

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Seokjin

Hace tanta calor, se encontraba picando unas zanahorias en bastones delgados que usaría para el guiso que debe preparar, no sigue una receta como tal sino que se deja llevar por los sabores, texturas y colores.

Pica unas cebollas en juliana, unos ajíes, algo de ajo. Tiene la hornilla encendida, pone el wok en el fuego y añade aceite de oliva, ve que se calentó así que procede a poner carne que previamente corto, la flamea haciendo que tome ese sabor ahumado que el fuego puede ofrecerle, añade unos puerros verdes y las cebollas, luego las zanahorias picadas y lo saltea en conjunto para que todo tome el sabor.

Decide hecharle un poco de vino para que se perfume la comida ahora está escogiendo las especias, algo de pimienta, paprika, comino y sal, un ligero chorrito de salsa de ostiones y salsa de soja.

Debe emplatar.

Sirve la comida en un lado y al costado con la ayuda de una cuchara vierte un poquito de salsa.

Esta listo, estos años ha estudiado cocina francesa, cocina italiana, mexicana y peruana, y a tomado un poco de todas para experimentar en su cocina.

Siempre añadiendo un toque de su hogar, de su Corea.

Si alguien le hubiera dicho que las decisiones que tomo lo llevarían a dónde se encuentra hoy, les diría que están alucinando y mienten, le hace feliz saber que ahora ya puede darle la vida que se merece a su aún pequeño Taehyung que ya tiene diez años.

Su pequeño Taehyung, un niño único con grandes ojos curiosos, amoroso, muy inteligente, quién siempre suele robarse el corazón de quien lo conoce por primera vez.

Ese niño ha sido el motor de su vida, había llegado a París hace más de diez años y fue gracias a la ayuda de su primo Kim Jae Hwan, quién le dio trabajo en el restaurante a su cargo, que está donde está, claro que fue como lavaplatos pero luego con el tiempo y estudiando cocina, le permitieron ascender.

Ahora el poseía su propio negocio fusión, claro que también hacia comidas normales que estaban en su menú, pero casi siempre experimentaba, tenía una variedad de platos de los cuatro tipos de cocina que había estudiado incluyendo postres pero había la opción experimental, dónde él se podía permitir crear.

Luego de servir el plato dejo que los meseros se lo llevarán al comensal, esta semana estaba atareado ya que según había escuchado el poderoso crítico de comida Kim Namjoon, hijo del afamado chef Kim Heechul, quién hacía y deshacía con la reputación de los restaurantes a los que iba, iría a su restaurante, él quería que se llevará una buena experiencia, lamentablemente no sabía cómo lucía ni cuando iría así que debía esperar lo mejor de su visita.

A fin de cuentas el servicio que él ofrecía y en el ambiente que tenía su restaurante eran muy buenos, si quería ser humilde pero él no lo era, él sabía lo que hacía y lo que valía su comida.

Vio el reloj, 12:50, debía apurarse para ir a recoger a su niño de la primaria, dejo a cargo a su segundo al mando Min Yoongi el souchef de su restaurante alguien demasiado centrado en su trabajo quien amaba mucho a su pequeño, a decir verdad en estos años ese alfa se había vuelto su hermano.

-Yoon, quedas a cargo, iré por mi osito- dijo llamando la atención del otro chef.

-Ok, dile que le prepararé su postre favorito para cuando llegue- dijo continuando con lo que hacía.

-No lo consientas tanto- dijo en queja -lo malcriaras pero gracias igual, vuelvo en un rato.

Fue al área de lockers para cambiarse, se quitó sus implementos de cocina y se puso ropa cómoda, tomo dinero y su bolso.

Al salir pudo ver apreciar el lugar, amaba Francia pero extrañaba tanto su Corea, más tecnología, mejor comida en su humilde opinión, aunque la gente era igual de borde.

Los paisajes no se podían comparar aunque si el nivel de contaminación.

Camino alrededor de quince minutos y llegó, su pequeño salía a la 1:30 aún y para eso faltaban diez minutos, decido tomar su teléfono.

Tenía mensajes de la última Omega con la que había tenido intimidad, una muy bonita, pero no era su tipo, ella siempre le escribía cosas que seguro animarían a cualquier alfa pero el no era cualquier alfa él era un padre y un chef ocupado.

Prefería seguir libre, su prioridad en ese momento era su niño y el restaurante. Total, de amor no se vive, el amor no paga las cuentas, ni el seguro de salud, ni una casa y tampoco se podia permitir confiar en los omegas, aún no perdonaba a Seungmin, al padre Omega de su hijo.

El niño siempre preguntaba por él pero nunca supo que decir, aún era muy pequeño para decepcionarlo así.

En ese momento vio salir a la maestra de Taehyung una beta francesa muy mala gracia.

-Kim Taehyung por favor- dijo a la maestra en el idioma de ella, le había costado tanto aprenderlo y los franceses eran tan maleducados para hacerte saber que lo estabas haciendo todo mal como para ayudarte en la pronunciación.

-Espere un momento- le dijo la maestra, vio como traía a su niño de la mano y él salía dando brinquitos.

-Papá- gritó su hijo mientras corría hacia él.

Debido al país su pequeño era bilingüe, hablaba muy bien el coreano y el francés y estaba aprendiendo inglés aunque sin mucho éxito.

-Hola mi amor- dijo levantándolo en sus brazos y besando sus mejillas ya estaba pesado.

No aguanto mucho tiempo el peso en sus brazos, el niño lo sintió y se bajó, despidiéndose también de su maestra.

-¿Que aprendiste hoy pequeño osito?- pregunto Jin a Taehyung.

-Aprendimos de mariposas, hoy trajeron unas a clase y dijeron que nosotros podíamos criarlas desde bebes, desde oruguitas- señalo el niño -se llaman capullos debemos observar el proceso desde crisalidas hasta mariposas y redactaremos el proceso en un diario.

-Tienes que enseñarme cuando tú lo aprendas cariño.

El niño le contó más cosas que aprendió en el día, lo hizo haciendo muchas maromas, moviendo mucho sus brazos pero se distrajo cuando vio a un perrito y se acercó a acariciarlo.

-Sabes tu tío Suga- así le decía a Yoongi ya que aprendió palabras en inglés y el azúcar blanca le recordaba a la piel de su tio -dijo que te prepararía muchos croissants para cuando regreses.

-Siiiii- dijo haciendo un bailecito de felicidad a medio camino.

Le hacía feliz ver qué su pequeño crecía feliz.

De pronto sintió una opresión en el pecho, sintió un aroma a coco y vainilla algo dulce que siempre le había gustado.

¿De dónde provenia?

En ese momento paso una pareja de Omega y alfa cargando a su niño cada uno con una mano mientras lo balanceaban y el niño reía.

Vio como la carita de felicidad de su niño cambio a una triste.

-Papi, ¿Cuando veré a mi papá Omega?- pregunto el pequeño más él no supo responder.

Sabía que debía confesarle todo a su hijo, que tuvo que decírselo desde pequeño pero no pudo, no quería romperle el corazón, no quería que esa inocencia se viera manchada por las maldades y el poco tino de su padre Omega.

Así que lo único que hizo fue cambiar de tema y tratar de apurarse para llegar al restaurante.






EN LA COCINA DE JIN • [JINNAM] AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora