EN LA COCINA DE JIN • [JINNAM] AU

•CUATRO•

Namjoon

Al salir del restaurante vio la hora, aún le faltaba cuarenta minutos para su reservación en "Sempiterno" debía buscar un lugar donde esperar, camino un poco más y vio una pileta con mucha gente alrededor, no era fan de lugares abarrotados de gente pero en ese momento perdería más tiempo regresando y saliendo de su casa.

Al sentarse vino a su mente un recuerdo de su padre tomándolo de la mano cuando tenía cinco años mientras caminaban por ese mismo lugar.

No quiso pensar en su familia, pero fue inevitable, sobretodo rodeado de tantas personas, se le vino a la cabeza una frase de una canción que siempre le hacía llorar "maybe surrended by a million people I so feel alone just wanna go home, I miss you, you know", estaba tan cerca a casa ese verdad, pero al fin del día ese solo era un edificio, no lo sentía su hogar.

Extrañaba su niñez, en la que fueron realmente cálidos con él.

En fin, debía alejar esos pensamientos de su cabeza y ponerse a trabajar ya que él era su propio sustento y nadie más iba a trabajar por él.

Carcajeo y pensó que debía conseguirse un sugar, aunque a su edad él daba más para uno.

—A ver, a ver— dijo mientras golpeaba su quijada con el lapicero.

Escribió palabras al azar que vinieran a su mente cuando pensaba en ese restaurante: mediocre, buena atención, pobre menu, buen ambiente, sabores sosos, planos, verduras sobre cocidas, carnes muy crudas, falta de técnica, cero innovación, muy caro para lo que es.

Y así tenía su inicio.

Rápidamente inicio describiendo el lugar el cual sintió frío al llegar y era una desventaja, demasiado aire acondicionado en las zonas incorrectas lo cual enfriaba más rápido la comida. Añadió que debía colocar las fotos del lugar. Un seis de diez

Luego pensó en el trato del recepcionista y el mesero, fueron muy educados la verdad y amables también, en eso tenían un diez completo y puso un post-it que indicaba añadir fotos.

Comida describió cada plato y como estaba descontento con muchos detalles que no le agradaron de dicha comida. Seis de diez incluso le pondría menos de no ser por la elección del vino.

Por último el precio por lo que ofrecían la verdad es que todo se le había cobrado demasiado caro para lo que era, si que la atención era buena pero lo demas simplemente no lo valía.

Claro que le daba pena escribir reseñas así pero debía ser honesto con lo que había sido su experiencia.

Le pondría tres estrellas para no ser tan mezquino aunque por él le pondría una.

Reviso su celular, faltaban diez minutos para su reservación así que se levantó de la pileta donde se había sentado, desconocía la razón pero se sentía algo ansioso, cosa que nunca le pasaba ya que él era un Omega muy tranquilo y relajado para la mayoría de cosas aunque con tendencias depresivas pero de esas cosas no le gustaba hablar.

Camino como una cuadra y llegó, no había imaginado que el lugar se distribuía en dos locales de comida, se veía bonito a primera vista así que tomo la foto de referencia al lugar.

Subió las escaleras que llevaban al restaurante, todo muy limpio y bastante moderno, le gustaba el contraste, llegó a la recepción y le atendió un joven muy amable por cierto y lo llevó hasta su mesa, se sentó y al minuto ya tenía un mozo con la carta del menu.

—Buenas tardes, sea bienvenido a "Sempiterno" tenemos una carta muy variada lo cual hace de todo una nueva experiencia— recitó el muchacho, muy joven por cierto.

—Buenas tardes, dame un minuto para poder escoger lo que ordenaré, por favor.

Leyendo la carta se percató de que habían distintos tipos de cocina, francesa, mexicana, peruana e italiana y decía que todo era trabajado por manos coreanas, le pareció algo interesante, también estaba la opción experimental la cual llamo su atención al instante.

—Explicame en qué consiste la opción experimental, por favor— le pidió al muchacho.

—Bueno, señor, consiste en una suma de platos que serán preparados por el chef ejecutivo, son platos de la carta al azar pero en versión pequeña para que pueda degustar las distintas especialidades de la casa, acompañados de las bebidas y los postres— dijo el muchacho.

Eso le pareció bueno, ya que demostraba que el muchacho conocía bien el menú, lo cual hacia que todo el personal estuviera preparado para dar recomendaciones.

—Esta es la que tomaré, muchas gracias— termino Namjoon mientras el joven recogía la carta e iba a la cocina.

Pasados los minutos llegó el muchacho con los platillos.

Todo olía muy bien y tenía muy buena pinta.

—Bueno esto es lomo saltado, es un platillo peruano y como verá tiene algunos toques coreanos, luego pasamos a los ravioles rellenos de aji de gallina, siendo está una fusión de la cocina italiana y peruana, continuando con un pozole muy aromático y lleno de sabor para la opción mexicana, por último para la opción francesa confit de pato, como acompañamiento de bebida le ofrecemos una botella sellada de agua para limpiar el paladar después de cada comida, asu vez un Cabernet Sauvignon para acompañar, en un momento regreso con sus postres— dijo el muchacho dejando lo sorprendido con su explicación.

Tomo una foto a la comida ofrecida.
Apunto las primeras impresiones y para empezar con lo conocido empezó con el confit de pato, la carne estaba tierna y tenía muy buen sabor igual que la salsa, le agrado que para ser la opción experimental las porciones eran buenas, como para comer con compañía, lástima que debía dejar comida ya que venía de haber comido antes.

Tomo algo de agua y probo los ravioles de ahí de gallina, definitivamente era un sabor bueno, nuevo pero bueno, estaba delicioso. Escribió sus pensamientos también en su libreta.

Continúo tomando algo de agua nuevamente y probó el pozole otro plato que nunca había probado, olía muy rico y tenía muy buena pinta, tomo la cuchara y probó, la verdad es que estaba muy bueno, era un sabor diferente, más especiado pero muy sabroso en verdad.

Para terminar con el menú tomo otro poco de agua y comió del lomo salteado, estaba delicioso, tenía un sabor ahumado, era jugoso, las papas, el tomate, la carne, se podía sentir los sabores a la perfección y venia con un poco de arroz sancochado que también estaba bueno.

Definitivamente estaba teniendo una muy buena experiencia en Sempiterno.

Dejo sus cubiertos en el plato a manera de indicar el plato siguiente.

El muchacho llegó como a los dos minutos y recogió los platos.

—En un momento regreso con los postres— dijo y se fue con lo recogido.

Minutos más tarde el muchacho llegó, con cuatro postres, vaya que saldría rodando del lugar.

—Para la opción de postres iniciaremos con el francés que son unos macarrones con rellenos de crema de leche, para la opción mexicana unos churros de chocolate con azúcar espolvoreada, como opción italiana tenemos la panacotta en salsa de frutos rojos y como opción peruana tenemos una mazamorra de calabaza acompañado de una taza de café para contrastar el dulce.

Le explicó un poco de cada comida y se retiró, tomo fotos de lo servido y probó de cada postre hasta que sintió a lo lejos un olor a chocolate y cerezas y quedó mudo volteó para ver de dónde provenia, al mismo tiempo sintió como alguien se abrazaba a sus piernas, miro abajo y se percató de un niño como de diez años.