•SEIS•

1.6K 163 27
                                    

Namjoon

Sintió a lo lejos un olor a chocolate y cerezas que lo dejo perplejo, era una exquisita combinación que lo llamaba, al mismo tiempo sintió como alguien se abrazaba a sus piernas miro abajo y se percató de un niño como de nueve o diez años se abrazaba a su pierna.

-Omma, por fin te encontré, no me dejes otra vez, por favor, no me abandones- lloraba el cachorro aferrado a sus piernas y algo se movió dentro de él.

Debía proteger a ese pequeño que su lobo interior ya reclamaba cómo suyo, era un pensamiento tan descabellado ¿recién conocía al pequeño y lo creía suyo? Su lobo estaba demente.

Simultáneamente sintió una presencia asu lado, ese aroma tan delicioso que percibió segundos antes.

-Yo... Disculpe, no se cómo disculparme, es mi cachorro- dijo el alfa más atractivo que hubiera visto en su existencia.

Cara como de ángel, Nariz alta y recta, ojos bonitos e inocentes, cara fuerte pero delicada, era alto y atlético, muy atractivo y con ese aroma que lo estaba haciendo perder el habla.

-No...- trato de decir él -No se preocupe, yo me encargo.

-Ese pequeño es mi hijo, yo soy Seokjin, Kim Seokjin, dueño de este restaurante, no le cobraré nada debido a las molestias ocasionadas por mi hijo- dijo el alfa haciéndole una reverencia la cual vio innecesaria.

-No es necesario que haga eso, por favor, no lo haga- sintiendo a la par como el cachorro se movía de sus piernas a su regazo.

-Omma, no te vayas, no me dejes otra vez- el pequeño lo abrazo pasando sus pequeños y delgados brazos alrededor de sus hombros y puso su cabecita en su glándula del aroma empezando a frotarse para impregnarse del aroma de quien creía era su padre Omega.

-¿Donde...- trato de decir pero debido a las acciones del cachorro tenía un nudo en la garganta así que intento pasar saliva tratando de que ese sentimiento lo abandone -¿Dónde puedo llevar al pequeño para tener privacidad? Siento que todos nos están mirando- dijo algo callado mientras daba palmadas suaves en la espaldita del niño y percatandose que todos en el restaurante los miraba, y no quería eso, no podían, no debían mirar a si a su cachorro, no.

Debía detener esos pensamientos, el pequeño no era su hijo.

-Por favor, Señor... Mmmm no se su nombre- dijo pregunto el padre alfa del pequeño.

-Namjoon, soy Kim Namjoon- informo al alfa.

Vio la expresión en su rostro, seguro había reconocido su nombre.

-Podria seguirme señor Kim Namjoon- dijo el así que se levantó de su asiento ahora cargando al cachorro que parecía no querer soltarlo por nada en el mundo.

-Es por aquí, en el tercer piso- indico el alfa, no era un camino muy largo, solo un piso de diferencia.

-Yo, disculpa yo puedo cargar a mi hijo- dijo el alfa algo nervioso por la situación.

-No lo creo Señor Kim, está bastante aferrado a mi cuello- dijo él mostrando lo obvio -además no soy un Omega débil, puedo sostenerlo y solo es un piso- dijo avanzando rapido por el camino señalado.

El no era como esos omegas tontos que eran la típica damisela en aprietos, esos omegas que no podían cargar ni una bolsa pesada porque eran demasiado delicados para ello.

No, el era fuerte, incluso más alto que muchos alfas, lo sabía, su familia se había encargado muchos años de restregarse lo en la cara, estaba bastante consciente de que no era el tipico Omega.

Asi que camino, camino cargando al cachorro que si era pesado pero por orgullo no lo diría, derrepente vio que el alfa lo adelantó y abrió la puerta de entrada a su casa.

-Adelante, está en su casa- le dijo invitandolo a pasar.

Al ingresar lo invadió el aroma penetrante del alfa, era puro, solo se combinaba con el del cachorro, lo que hizo que sus feromonas empiecen a salir con más fuerza.

Se dio cuenta también que su aroma combinaba perfectamente con el del alfa, sintiendo y confirmando quien era el, era su destino, por azares de la vida lo había encontrado.

Luego tomo asiento en el sillón con el pequeño que aún lo rodeaba y sintió el peso de la realidad, aunque aún su lobo sentía que ese niño era suyo, si, suyo y no quería que nadie lo arrebate de él.

Escucho el leve llanto del pequeño, quería limpiar sus lágrimas pero no soltaba su agarre.

-Esta bien cariño, no te dejare, estamos en casa, sueltate un poco- le dijo al cachorro, al cachorro que su lobo reclamaba cómo suyo para que lo soltara y pudiera reconfortalo.

-Sé llama Taehyung- vio como el alfa hacia la mica vocalizando para que el entienda- Taehyung.

-Taehyung, cariño, sueltame para que pueda acomodarte mejor- fue ahí cuando el cachorro se soltó y lo miro, lo miro con esos ojos llenos de dolor e ilusión. Eso solo le confirmaba que en esa casa no había presencia de ningún padre Omega para el cachorro.

-Omma, no me abandones otra vez, por favor, te lo suplico, te quiero conmigo, cuídame como los padres omegas cuidan a sus cachorros, quiereme- eso hizo que todas las barreras de su parte humana se derribaran, se acercó a su cachorro y beso su frente, lo abrazo a su cuerpo soltando su aroma maternal, ese que nunca imagino soltar.

Lo abrazo y meció, golpeando su espaldita con delicadeza, esa delicadeza que su lobo le pedía tener, esa delicadeza que nunca tuvo con nada debido a que era muy torpe.

Meció al cachorro y lo marco con su aroma,
Todo sería perfecto de no ser porque el no era el padre Omega real del niño y estaba con un desconocido en la sala de su casa.

Ese alfa dueño de uno de los restaurantes de moda que el fue a evaluar, nunca imagino que todo eso sucediera y menos tan rápido. Todo en un día.

Pasaron unos largo minutos, minutos en los cuales debido a su aroma y caricias el cachorro quedó dormido entre sus brazos.

-¿Podría llevarme a la habitación del cachorro?- pregunto al alfa, sintiéndose derrepente incómodo, su entrada empezaba a lubricar, eso no era normal y solo significaba una cosa.

Era su Omega haciendo aparición, tratando de engatusar al alfa.

-Si, si, sígame- le dijo guiándolos hacia la habitación del cachorro que aún tenía entre sus brazos, el alfa prendió la luz para que él se guíe.

Así que fue hacia la camita del cachorro y lo coloco con delicadeza, luego desabrochó los zapatitos del pequeño, era todo muy tierno, vio que en la cama había una pequeña mantita y un peluche que intuyo era el favorito del pequeño, así que tomo la manta y cubrió al niño y luego impregno el peluche con su aroma para que el menor siguiera durmiendo.

-Yo...- dijo viendo al alfa -Yo debo irme Señor Kim- logro articular -¿Tiene su celular a la mano?- pregunto.

-Si, aquí esta- le mostró el alfa, así que se lo quito de la mano y dígito su número en el y guardo su contacto.

-Apunte mi número ahí, no me puedo quedar aquí pero me preocupa el cachorro y creo que de ser necesario debe contactarse conmigo para que el pequeño pueda verse conmigo.

-En verdad es muy amable, muchas gracias, lo acompaño.

Fueron hacia la salida, olvidando completamente el restaurante, ahora podía oler otra vez ese aroma seductor en el alfa que lo estaba induciendo al celo, debía huir lo más rápido de ahí. Debía llegar a su departamento.

-Bueno, nos vemos señor Kim- dijo él saliendo del lugar rápidamente perdiéndose de su vista la vista del alfa poco a poco.

Al llegar a su departamento se percató de que no tenía sus pertenencias con el, su pequeño bolsito se habia quedado en el restaurante junto a su abrigo.

Llamaría a Christopher para que fuese a recogerlo al lugar ya que ahí estaba su libreta con el trabajo hecho en los restaurantes que visito.

Busco su celular y ese si lo tenía en su bolsillo, al no tener su bolsito busco en la planta que tenía al lado de la puerta, escarbo un poco y saco el duplicado que tenía escondido.

Entro a su casa aún pensando en ese aroma delicioso, estaba caliente y mucho, así que tomaría un baño y talvez se acariciaría pensando en el alfa.

EN LA COCINA DE JIN • [JINNAM] AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora