25. «Oh, dios. El amor es una mentira.»

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Guía de colores de Han JiSung:

Rojo: enojo. Rosa: vergüenza. Violeta: enamorado. Azul: triste. Celeste: emocionado. Blanco: peligro. Amarillo: preocupado. Verde: asustado. Naranjo: confundido. Gris: dolido. Marrón: neutro. Verde menta: alegre. Negro: cansado. Verde oliva: miedo. Rosa pálido: culpa. Rubio cenizo: nerviosismo. Crema: decepción. Magenta; frustrado. Turquesa: calma. Berenjena: querido, amado. Salmón: orgulloso. Fucsia: excitado.

Capítulo 25

«Oh, dios. El amor es una mentira.»

Diciembre 8, jueves en la tarde

Entre escapar de los niños de primer año, el grupo de la Sociedad Secreta y mantener su temperamento en el borde de una persona normal sin contar que esa noche era la luna llena, MinHo decidió transitar hasta el abandonado marco de la ventana donde las ramas caían. Limpió con su varita la mugre de pájaro y búho, y ubicó su mochila de forma específica para que Soonie se recostara en ella mientras MinHo se disponía a continuar con su estudio para los EXTASIS.

Sin embargo, a medida que realizaba síntesis de capítulos de su texto de Estudios Ancestrales, su mente no podía evitar divagar en su pelea con JiSung. Le gustaría reprimir todo ese tema y dejarlo solamente como algo que fue durante sus días, pero los demás estudiantes no se acostumbraban a verlo con el cabello naranjo y ya llevaba cuatro alumnos castigados por burlarse de él abiertamente. Lo que lo llevaba a su siguiente disyuntiva:

¿Debía de hablar con JiSung?

El otro no parecía motivarse a querer dar el primer paso, lo cual era ridículo porque fue su culpa la pelea. MinHo demoró en poder confesarse y admitir sus sentimientos respecto a esa reunión en el callejón Knockturn, y JiSung no fue más que una piedra en su zapato como impedimento y generador de inseguridad a todo lo que hacía- es decir, MinHo sabía que el miedo estaría palpable, pero si JiSung confiaba en él... Podía echarle la culpa a la codependencia.

Es decir, las parejas peleaban, ¿no es así? Y con JiSung discutían todo el tiempo cuando eran amigos, pero jamás dejaron de dirigirse la palabra- o JiSung regresaba como si nada hubiese pasado, e intentaba conquistarlo con alguna que otra palabra y tonalidad de cabello que lo caracterizaba en su personalidad bromista, o MinHo regresaba a él con su orgullo en los pies y la frialdad en el cielo para dar-a-entender que estaba ligeramente arrepentido de su malinterpretada mal acción.

Así funcionaban los amigos, ¿no? Si se considera que MinHo y JiSung fueron algo-así durante cinco años, no debía de cambiar mucho si es que eran pareja, ¿no?

Entonces, ¿por qué dolía como el infierno?

MinHo no evitaba más que sentirse patético al reconocer que JiSung no parecía tener el mismo problema como lo tenía él. Sí, su cabello se encontraba azul, pero Callaghan fue una muerte prematura sumado con la herencia- podía ser esa la razón de su tristeza; no obstante, él continuaba en su misma personalidad con sus amigos: tranquilo, un poco perturbado, con defensas altas y, como siempre, ruidoso. Demasiado ruidoso. Tan ruidoso que MinHo evitaba a toda costa mirarlo desde la mesa de Slytherin y pensar si es que algo sentía en ese instante.

¡Mierda! ¿Y qué ocurría si ya no le gustaba a JiSung como antes? Las probabilidades de que todas las ilusiones que JiSung tuvo de él se evaporaron al instante de estar en pareja; que MinHo era demasiado complicado de lidiar, que su temperamento era bastante inviable y que, lo peor de todo, en realidad no lo quería como MinHo lo hacía.

De hecho, ¿alguna vez JiSung se le confesó? Su cabello solamente brotó violeta una mañana después de la luna llena, cuyo color catalogó de «amor» y eso fue suficiente como para generar la analogía del enamoramiento adolescente.

Han JiSung y la caza del mago [#4]; minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora