56. Hijo de Dragón

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Guía de colores de Han JiSung:

Rojo: enojo. Rosa: vergüenza. Violeta: enamorado. Azul: triste. Celeste: emocionado. Blanco: peligro. Amarillo: preocupado. Verde: asustado. Naranjo: confundido. Gris: dolido. Marrón: neutro. Verde menta: alegre. Negro: cansado. Verde oliva: miedo. Rosa pálido: culpa. Rubio cenizo: nerviosismo. Crema: decepción. Magenta; frustrado. Turquesa: calma. Berenjena: querido, amado. Salmón: orgulloso. Fucsia: excitado. Índigo: celos nacidos específicamente por culpa de Seo SooJin.

Capítulo 56

Hijo de dragón

—¡Auch!

—¡Ash! ¡¿Por qué estamos atascados?!

—¡Creo que cerraron la chimenea!

—¡No jodas, Sherlock! —gritaron los otros tres.

—Ya, ya, ya- ¡No me toques el trasero!

—Ups, fui yo.

—Bien, ¿quién está más cerca de la sali-

—¡Ay! ¡Felix, detente!

—Es inevitable, HyunJin. Estás de camino.

—Son un grupo de incompetentes, incluso para estas situaciones —bufó SeungMin con desgano, aplastado por sus tres amigos. Con dificultad, acomodó su varita en la mano y presionó la punta en el muro cercano—. Okey- ¡Bombarda!

—¡¿Qué?!

La fuerte explosión derribó el muro que bloqueaba la chimenea, y los cuatro chicos rodaron por la sala del departamento del Hotel Índigo cargados de escombros y polvos. HyunJin pasó a llevar el arreglo floral de la mesa ratonera, y Felix se detuvo al chocar con uno de los sofás.

SeungMin intentó incorporarse, pero se trapicó con el polvo. El único que se colocó de pie enseguida fue JiSung para buscar la llave en su polerón.

Sin embargo, a medida que el polvo se iba disipando, JiSung comenzó a notar con mejor claridad todo el cuarto. A pesar de algunas fotografías y objetos de la familia estaban presentes, finas sábanas tapaban los sofás y el comedor por completo. La cortina de las ventanas estaba cerrada, y el murmullo de la calle en noche ni siquiera era lo suficiente como para dar a entender de que el departamento había sido abandonado.

HyunJin se levantó del suelo y fue hacia la cocina. Aunque tuvieran el tiempo en contra, JiSung también tenía esa punzada de inviabilidad a las cosas que veía, preguntándose qué era lo que sucedía. No esperaba que HyunJin se tomara de mejor forma regresar a casa, pero JiSung tampoco esperó que le afectaría de igual manera.

—Está inhabitada —SeungMin al fin hizo la observación—. Como si... como si desde hace mucho tiempo ya nadie vivía aquí.

Con timidez, Felix se acercó hacia la ventana para ver mientras que HyunJin continuaba vagando por el piso. La vista de SeungMin en los cuadros también generó un apretujo en su pecho, notorio para JiSung, porque nada de eso pareciera verse correcto.

—Nuestras cosas siguen acá —dijo HyunJin, apareciendo por el pasillo—. Pero está todo lleno de- Merlín, ¿dónde han estado viviendo?

—Creo saber dónde —repuso JiSung con amargura, dirigiéndose hacia la puerta—. Bien, vámonos.

—Primero deben ver esto —detuvo Felix.

Los tres chicos se acercaron con rapidez para observar hacia fuera. La particularidad de la soledad y el silencio en las calles nocturnas no debía de ser demasiado escandaloso para JiSung, porque la mayoría de sus noches que pasaba en ese lugar se quejaba del ruido que moría por la madrugada. Si quisiera dormir en ese instante, lo haría en un soñar tranquilo.

Han JiSung y la caza del mago [#4]; minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora