55. Esperanzadamente pesimistas por la desesperanza en el optimismo

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Guía de colores de Han JiSung:

Rojo: enojo. Rosa: vergüenza. Violeta: enamorado. Azul: triste. Celeste: emocionado. Blanco: peligro. Amarillo: preocupado. Verde: asustado. Naranjo: confundido. Gris: dolido. Marrón: neutro. Verde menta: alegre. Negro: cansado. Verde oliva: miedo. Rosa pálido: culpa. Rubio cenizo: nerviosismo. Crema: decepción. Magenta; frustrado. Turquesa: calma. Berenjena: querido, amado. Salmón: orgulloso. Fucsia: excitado. Índigo: celos nacidos específicamente por culpa de Seo SooJin.

Capítulo 55

Esperanzadamente pesimistas por la desesperanza en el optimismo

Junio 3, sábado en la tarde

La vista de MinHo estaba pegada en la copa de cobre, situado junto los cubiertos de cobre y separados por un plato de cobre cargado de comida que iba destinada a JiSung. Mitad pollo, mitad verduras, y mitad dulces que hacían el estómago de MinHo gruñir de hambre.

A la noche había luna llena.

—Ah, mierda —masculló, y tomó el tercer pudín de chocolate de la mesa para comerlo.

Estaba nervioso y con dificultades de encontrar la calma. Toda la escuela estaba puesta de cabeza y las decisiones tomadas poco a poco perdían el mismo sentido como el que MinHo tenía por la realidad.

En un instante, él estaba en la sala común de Hufflepuff. En otro, fue llamado por la profesora Sprout.

Y en otro, estaba encerrado en el despacho de la jefa de Hufflepuff con Erick y Hana.

—¿Qué te dijo? —le había preguntado Hana.

Estar frente a ella colocaba toda la rabia de MinHo en un pedestal, haciéndolo quemarse por lo bajo. Verla era ser hervido vivo en el recuerdo y en el dolor de todas sus acciones, y el desinterés profético que tenía ella con lo sucedido con JiSung más allá de un mero accidente lo hacía sentir peor.

Por eso, sus primeras palabras intercambiadas no fueron las más agradables.

—No te diré —masculló—. Habla con él si es que se recupera.

—Estamos preocupados, MinHo —Erick había intervenido antes de que la rabia de MinHo contagiara a Hana—. Queremos saber cuando despierte-

—No debe salir del dormitorio. Es una orden de la Compañía —interrumpió Hana.

—Él no es de la Compañía.

—Pero tú sí, y tu rol es dejarlo dentro de ese dormitorio.

—¿Cómo cree que saldrá, si ni siquiera se ha movido en los últimos dos días? —discutió MinHo—. Se lo diré a los chicos, si es que así desea. Pero debo de confesarle que JiSung no es alguien tan accesible para hablar si es que a él no se le da la jodida gana.

—Tu misión ahora es que tú me cuentes lo que él te ha dicho —dijo Hana—. Lo que dijo Dumbledore no es suficiente. ¿Por qué DeLuca quiere a JiSung?

—Es una preocupación real —de nuevo, Erick habló—. Quiero saber por qué mi hijo apareció allá. Qué es lo que tiene que ver DeLuca en todo esto.

A MinHo le fascinó la idea de insultar a ambos respecto al abandono. De la hipocresía que debían de cargar como para hablar en virtud de la preocupación cuando dejaron abandonado al chico en una casa ajena, reprimiendo sus memorias. Fue tentador para MinHo incluso que esbozó su sardónica sonrisa, pero al notar el semblante de inquietud que Erick cargaba, se trapicó.

—Yo no estoy en posición de hablar por JiSung —contestó MinHo, una vez más, con la esperanza de que lo dejaran ir—. Si quieren saber algo de él, deberán esperar a que despierte.

Han JiSung y la caza del mago [#4]; minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora