59. La caída de Hogwarts

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Guía de colores de Han JiSung:

Rojo: enojo. Rosa: vergüenza. Violeta: enamorado. Azul: triste. Celeste: emocionado. Blanco: peligro. Amarillo: preocupado. Verde: asustado. Naranjo: confundido. Gris: dolido. Marrón: neutro. Verde menta: alegre. Negro: cansado. Verde oliva: miedo. Rosa pálido: culpa. Rubio cenizo: nerviosismo. Crema: decepción. Magenta; frustrado. Turquesa: calma. Berenjena: querido, amado. Salmón: orgulloso. Fucsia: excitado. Índigo: celos nacidos específicamente por culpa de Seo SooJin.

Capítulo 59

La caída de Hogwarts

Felix escuchaba las explosiones desde fuera del castillo, con los temblores del techo, la ceniza cayendo de las vigas, y con su vista pegada en la puerta de la Sala de Menesteres sin estar muy seguro de con qué comenzar en ese instante.

—¡Protege el pasillo oeste! ¡Tú, ve hacia las ventanas!

Como si de esa forma saliera de su ensoñación, Felix se tomó su cuarzo en el pecho y buscó con su mirada hacia todo los extremos en busca de las voces. Los menores de SeungMin habían llegado al séptimo piso, más él no estuvo con ellos.

—¡Se perdió en uno de los pisos! —había informado un menor.

La voz de órdenes le llamó la atención, y se asomó por el pasillo, solo para retroceder enseguida cuando un encantamiento rojo pasó cerca de su cabeza.

—¡Soy de acá! —gritó Felix—, ¡soy alumno!

Asomado enseguida por el pasillo, Erick suspiró de alivio. —Carajo, pensé que estarían más abajo.

—Eran demasiados chicos para dejarlos todos en un mismo lugar —informó Felix, asustado. Su mano temblaba sobre el collar en su pecho—. ChangBin se llevó un grupo, y SeungMin y yo subimos con otro.

—¿Y dónde está?

—No tengo idea.

Erick esperó a que Felix hiciera otra reacción, pero el chico continuaba ahí plantado, más cercano a estar muerto del miedo, mientras miraba a todas partes totalmente desorientado. En sus ojos había una captación de los brillos de encantamientos y maldiciones que propulsaban dicha desorientación. Todo hasta que las manos de Felix se soltaron de su cuello.

—Te unes a nosotros —informó Erick entre tanto que Felix vagaba en su mente—, algunos estarán por las ventanas, y otros por las escaleras. Colócate en la ventana y ataca desde arriba-

—Tenemos algo más con lo que trabajar- unas pequeñas bolitas mágicas —informó Felix, a la par que la puerta en el muro se asomaba de manera mágica.

Erick pareció sorprendido a primera instancia, incapaz de escuchar los demás gritos que pedían órdenes. Felix abrió la puerta y, con los pufs, los libros, las mesas de pociones y los recuerdos, todo fue una muestra del trabajo del último tiempo.

—Hicimos unas pelotitas con los tubérculos de las plantas de la profesora Sprout porque tienen propiedades mágicas aleatorias —informó Felix, yendo hacia la mesa de pociones para recoger todas las Merodeadoras que quedaron de su comercio—, inicialmente las gastábamos en bromas los tubérculos- disolvíamos en agua y el que lo bebía tenía alguna secuela mágica. Después, generamos estas pelotitas que, al mero contacto con el agua, explotan en algo contraproducente —informó Felix, entregándole un par a Erick—. Supongo que podemos repartirlas y usarlas como armas-

—Un encantamiento de crecimiento y direccionalidad ayudará demasiado al interior del castillo —reconoció Erick—. Así, no usamos todas las balas de cañón de Durmstrang está cediendo.

Han JiSung y la caza del mago [#4]; minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora